Capítulo. 29

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Lucía

Veo por las ventanas en lo que Ashton no  deja de besarme el cuello, sus besos me tienen las bragas humedas y siento que si sigue asi voy a terminr yendo al baño para calmar la calentura, me sentiría plena si no supiera que voy a un lugar con un hombre misterioso, que al parecer tiene una obsesión conmigo y lo peor es que mete a Ashton en sus cosas. Y no solo eso, el hecho de que Ashton tiene información de su esposa me taladra la cabeza, aun no le he preguntado sobre ello pero se que la conversación tiene que darse si o si.

Solo que no siento que sea momento, quiero salir de una cosa para poder pensar en otra si no voy a colapsar y lo primero será encontrar la manera de hablar con el Ruso.

Entramos a una residencia malditamente grande, hay hombres armados en cada esquina, traen uniformes negros y la bandera de Rusia pegada en una parte del hombro. Estan armados hasta las narices y Ashton ni siquiera lo nota por estar prendido de mi cuello acariciandome y llenándose de mi olor. Los autos que al parecer van al mismo lugar que nosotros son tan imponentes como la limusina en la que vamos, siento como la velocidad disminuye y el chofer habla por los altavoces indicando que hemos llegado. Ashton se aparta de mi de mala gana y sonrio al verlo como un niño tierno.

Bajamos y el asombro se pega en mi cara. Es una mansion, una mansion tan o mas grande que la de Ashton, no tenia idea de que veniamos a algo tan grande pero hay reporteros en cada lado, no se si es por Ashton o por Ryan pero toman foto de cada persona que entra.

—Que demonios es esto?—Le susurro a Ashton antes de entrar

—Invito a varios hospitales—Susurra de vuelta—No solo firmo contrato conmigo, lo hizo con varios asi que es una actividad un poco grande.

<<Poco grande>> De poco no tiene absolutamente nada. Toma mi mano y subimos las escaleras que dan a la entrada de la mansión, las piernas me tiemblan y me obligo a caminar firme cuando toman fotos, me siento una jodida celebridad pero apuesto que ni una de esas fotos será buena, no soy la jodida Megan Fox. Soy segura de mi misma pero no tanto cuando son mas de 10 camaras las que te apuntan.

Trato de avanzar pero siento a mi acompañante atascado, me volteo hacia el y esta hablando con un periodista. Son preguntas de medicina, la mayoría de reporteros que hay aqui son por canales o paginas web de médicos y los otros supongo que por farandula ya que Ryan, segun lo que leí, es una clase de celebridad en su país y al parecer aquí también.

Sonrió con mi mejor cara cuando espero que Ashton termine de contestar y avanzamos, el camino se me hace eterno, es incomodo y no dejo de pensar en que me veo ridicula de la mano de un hombre tan imponente como lo es Ashton. Entramos y los ojos me escapan en salir. El lugar parece de cristal, es negro, negro como donde casi me violan y el me rescato, la sala essta llena de gente, extrangeros y de todos, todavía adentro hay gente armada en cada esquina, todo se ve sumamente caro y ordenado.

—Parece que estamos en el palacio de Inglaterra—Habla Ash mientras me ofrece una copa de las que tomo

—Esto es una vulgaridad—Murmuro y mis ojos se pasean por la sala, mujeres sacadas de revista, con atuendos tan o mas caros que el mio y hombre igual, todos imponentes.

Me siento chiquita, extremadamente pequeña al lado de toda esta gente. Jamas pense verme en un lugar de estos y menos acompañada de un hombre como el que tengo a la par. El sentimentalismo me avasalla las neuronas, ese jodido sentimiento de que va a dejarme porque no estoy a su nivel me quema y no me veo donde estoy, me veo en donde empecé. Me veo limpiando la casa de mis abuelos sucia y sin comer.

—Muñeca estas bien?—Busca mis ojos y me aparto

—Lo estoy solo necesito aire— Tomo un trago mas—Saldré afuera un momento, si?

Inefables [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora