XLVII- ¿De nuevo?

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Estúpida, estúpida, estúpida. ¿cómo fue que esto pasó de nuevo?, se repetía el Limón una y otra vez mientras estaba tirada en el piso del baño vomitando.

Al terminar caminó hacia el lavamanos y se vio en el espejo, claramente luce demacrada y muy pálida, pero sus ojos y pelo brilla más.

Carajo, el Limón no necesitó más para saber que de nuevo está embarazada.

Estúpida, ¿cómo?... bueno, es obvio como pero... esta vez no puede saberlo nadie, nadie debe darse cuenta. Debo terminar esto y debo terminarlo pronto, su soliloquio es interrumpido por alguien tocando la puerta.

-Limón ¿estás aquí? los de la brigada quieren hacerte unas preguntas-

-Dame un minuto- dijo y se lavó la cara con agua mientras intentaba recomponerse antes de salir.

El Limón entró a esa sala donde estaba Raido y Genma girando instrucciones, mientras el Limón se estresaba de más, ahora sentía que le dolía la cabeza, tenía hambre, sed, náuseas, todo a la vez.

¿Cuánto tiempo tengo?, ¿cuánto hasta que se note?... ¿cuándo?, ¿con quién?, necesito salir de aquí... no puedo pensar, no en el mismo lugar en el que está Shikaku si él se da cuenta jamás volveré a ver a mi hija.

-¿Escuchaste lo que dije?- Raido la regresó a la realidad, el Limón lo mira sin tener ni puta idea de qué dijo.

-Perdón, me perdí-

-Hoy estás muy distraída, ¿qué tienes en la cabeza?-

-Lo siento. Es que, no he dormido bien-

-Bien, pero no te distraigas tanto- dijo el chico y dio por terminada la reunión, el Limón se apresuró a llegar a la puerta encontrándose con Shikaku, el hombre la observa detenidamente y por la forma en que la mira, cree que el también lo sospecha.

El Limón logró esquivarlo y corrió al baño, ella se quitó el chaleco, subió su camiseta y se vio de perfil, y ahí ésta una pequeñísima curvatura.

-Carajo- de inmediato se acomodó la ropa y salió, está pensando... ya pasaron seis semanas desde que regresó, y luego Hatake y Omu, pero eso fue

-¿Todo bien Limón?- pregunta Sai, el encargado su vigilancia, ella iba tan concentrada que casi se tropieza.

-¡Sai!... sí, ¿por qué?, ¿me ves algo raro?- el chico sonrió por lo rápido que habló.

-Creo, que no... estás igual, solo venía por ti. Nos tenemos que ir- dijo Sai viendo que estuviera correctamente vestida. El Limón ya no va como bailarina, ahora lleva el uniforme azul de los ninjas y el chaleco, además de una peluca castaña, en contadas ocasiones entra a las tabernas y si lo hace es siempre acompañada de Shikaku o Kakashi.

-Eh... Limón, espérame en la entrada. iré por tinta y pergaminos- dijo Sai tras revisar sus insumos.

El Limón siguió caminando, aunque lentamente par disfrutar del sol a la espera de que sus mejillas se ruboricen un poco, incluso se detuvo unos instantes para disfrutar del momento, pero alguien jalándola del brazo interrumpió su momento.

-¿Qué tienes?-

-Nada-

-¿Qué me estas ocultando?-

-Que tengo una hija, pero eso creo que ya lo sabes, Shikaku-senpai- digo el Limón esperando hacerlo enojar tanto como para que termine su sermón y la deje ir, pero contrario a lo que esperaba él le abrió su chaleco y luego tocó su abdomen.

-Oye, ¿qué te pasa?- dijo el Limón fingiendo estar ofendida.

-Vámonos-

-¡Que me gustara tu hijo no quiere decir que tú también!- dijo intentando zafarse de su agarre.

RefugiadaWhere stories live. Discover now