LXXIV- Sangre es sangre

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-Y yo fui y le pegué-

-¡Kumo!, eso no estuvo bien-

-Pero él empujó a Kaedi, mamá-

-Y me tiró y me dolió, ve mi rodilla-

-No niños, no... ustedes no debieron hacer eso-

-Pero papá dijo que estuvo bien, ¿verdad papá?- dijo Kumo

-Sí... sí, algo así- dijo Omu sonriendo nerviosamente.

-¿En serio Omu?-

-Vamos Limón, Kumo solo defendió a Kaedi, no pasó nada... ni siquiera les pusieron un reporte-

-No, no se defendió, ¡les puso una trampa a esos tres niños y usó a Kaedi de carnada!-

Kumo y Kaedi lucen sorprendidos, saben que han sido descubiertos.

-¿Cómo te diste cuenta mamá?-

-¿Qué? qué cómo....?... pues... los conozco perfectamente, son mis hijos... y como ya terminaron de cenar, a dormir, vamos yo los acompaño- responde nerviosamente tras involuntariamente usar su habilidad para saber si le estaban diciendo la verdad.

-Y a ti, te espero en el jardín- susurró a su esposo que sigue sonriendo nervioso.

-Sí sí... claro amor... pero aún tengo que resolver unos pendientes, tal vez tarde... amor-

El tiempo ha pasado, Kumo y Kaedi no tardaron en aceptar a Omu como su padre, lo único complicado fue cambiarse de casa después de estar tan acostumbrados a vivir con Daikuro y dejar de dormir con su madre, incluso durante su primer año de casados Omu tuvo que acostumbrarse a dormir con los niños quienes no querían dejar a su madre, pero poco a poco fueron soltándola.

-Entonces Kumo dime la verdad ¿por qué golpeaste a esos niños?- la niña suspira, sabe que fue descubierta.

-Es un fastidio mamá, esos niños nuevos nos molestan, dicen que no somos hijos de papá, que solo lo avergonzamos-

-Pero sabes que no es cierto, ¿verdad? Sabes que tu padre está muy orgulloso de ustedes aunque no lleven su sangre-

-Sí mamá lo se... pero tenía que darles una lección y ya no se meterán con nosotros- dijo golpeando su puño en su palma y sonriendo maquiavélicamente, recordando lo bien que se sintió darle una lección a esos niños.

-Son más grandes Kumo-

-Pero nosotros más listos y cayeron en nuestra trampa- dice orgullosa.

-Al menos algo bueno sacaron del Vago- pensó el Limón mientras le daba un beso a su hija, después fue con Kaedi quien tiene una versión similar de los hechos.

-No te preocupes Kaedi, todo estará bien. Ahora descansa- dijo dándole un beso a su hijo, quien contrario a relajarse, apretó su puño y se mostró enojado.

-¿Eso es todo o hay algo más Kaedi?-

-Es... que... mamá, ellos dicen que tú... que... nada- dijo el niño suspirando, a lo que el Limón respondió abrazándolo fuertemente, ya sabe qué es lo que dijeron los pequeños.

-No debes preocuparte Kaedi- dijo y le dio otro beso al niño que sucumbió a sus mimos hasta quedarse dormido.

-Tranquilo, amor. Yo me encargo... pero antes, hay algo más que resolver- salió al jardín y entró a la tienda, descubriendo que su marido no ha llegado.

Omu apareció casi 20 minutos después dando mil excusas, pero ella no responde, solo le hace una seña para que se siente a su lado.

-Lo olvidaste, lo olvidaste Omu- reclamó mientras le daba un ligero golpe en su hombro, después le dio un beso y comenzó a desabrochar su vestido.

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