XLV- Omu

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-¿Limón? ¡¡eres tú!!- el chico no deja de verla, mientras ella evita su mirada.

-Di algo, por favor- dijo suavemente mientras se hincaba para ver su rostro y ella dio un largo suspiro antes de responder, lo conoce tan bien que sabe que es lo que sigue.

-Omu... perdón... no quiero dar problemas solo... me iré de aquí- dijo evitando llorar, no quiere que se burle de ella como tantas veces lo hizo antes.

-¿Qué te pasó?, ¿por qué estás mojada?, ¿dónde estabas?, ¿cuándo regresaste?- el chico también parece nervioso, no sabe si ayudarla a levantarse, disculparse, abrazarla o darle espacio.

-No me pasó nada... estoy bien, perdón por molestar- el Limón se levantó de un solo movimiento sin siquiera mirarlo y caminó en sentido contrario.

-¡Tu pie Limón!, quédate quieta, estás lastimada- gritó Omu al verla cojear y avanzó a su lado.

-Estoy bien- ella siguió caminando convencida en que entre más pronto se aleje menos burlas escuchará, ya tuvo suficiente con el Nara, Temari, Sakura e Ino.

-Quédate quieta por favor, yo... vamos, te llevaré a un lugar donde

-No puedo ir a la zona de tolerancia, ni al área de refugiados- dijo ella cuando sintió que Omu la tomó del brazo.

-Bien, pero tengo otra opción, vamos-

-No quiero ir a un basurero, me dan miedo las ratas- dijo al recordar que alguna vez el le dijo que su único lugar estaba en la basura.

-Sí eso... perdón Limón, olvídalo, era estúpido y tú no lo merecías- lo siguiente que sintió el Limón fue que Omu la cargó.

-No Omu... tu ropa. Te estás mojando-

-No importa, vamos- Omu avanzó entre hasta que llegaron a una tienda bastante escondida y bien camuflajeada en el bosque.

-¿Estamos dentro del campamento?- dijo el Limón viendo a su alrededor y sin atreverse a entrar.

-Vamos Limón, entra- dijo Omu.

-Omu no, no te preocupes yo

-Te vas a resfriar, entra, no te preocupes por nada- ella avanzó, el lugar es cálido, Omu le dio un haori y una toalla para que se secara.

-Ahí hay una tina con agua, está caliente y... ahí hay un yukata y un haori. Yo, yo regresaré en una hora- Omu salió sin decir más y ella se quitó la ropa mojada y se metió a esa linda tina de madera redonda, completamente sorprendida de todas las adaptaciones que le han hecho a ese lugar.

Ahora que lo piensa cree que Omu estuvo a punto de usarla pues en el lugar encontró un frasco de lavanda, la esencia favorita de Omu, incluso al pensarlo recuerda que Omu llevaba el haori cerrado y no el hakama y el kosode como siempre acostumbra a vestir.

Ella se sintió tan relajada que se quedó dormida en la tina, reaccionó hasta que escuchó a Omu disculparse.

-Eh... creí que, creo que necesitas más tiempo- el chico salió de la tienda y el Limón se apresuró a tomar una toalla secarse y ponerse el yukata.

-Lo siento Omu, yo- dijo al salir a buscarlo.

-No te preocupes, fue mi culpa por entrar sin avisar... eh, no salgas, acabas de bañarte. Yo... olvida eso... traje ramen para que comamos- el Limón no pudo resistirse al oler el delicioso aroma y Omu entró y colocó todo para que cenaran.

-Gra... gracias, Omu, por todo- el Limón se levantó cuando terminó de comer y tomó su ropa mojada lista para salir.

-Limón, ¿qué haces?, déjame ayudarte... quédate aquí y... por Kami tu pie- Omu la tomó del brazó y la sentó en un taburete que ahí había, mientras el se hincó y comenzó a revisarlo.

RefugiadaWhere stories live. Discover now