✧Cap ⅩⅩⅩⅠⅩ

264 40 12
                                    

La zapatilla de Yunho se estampaba en el suelo con desesperación. Estuvo buscando a Yeosang por todos lados, había ido a casa de JongHo, Mingi y de San y Hongjoong pero no estaba allí. No sabía a donde más ir, así que prefirió regresar a casa para asegurarse de que el menor no esté en el lugar pero no. No estaba.

Estaba por llamar a la policía cuando escuchó ruido de llaves y después la puerta abriéndose. Casi saltó de su lugar para correr a la entrada.

—Descansa, bonito y piensa en lo que hablamos... —dijo mientras dejaba un beso en su mejilla.

Yunho se quedó mirando la escena sin saber que hacer. Yeosang terminó de cerrar la puerta para ahora girarse y toparse con el pelinegro.

—Yun... Perdón por... —no logró seguir hablando.

Yunho se había lanzado a sus brazos para envolverlo en un cálido abrazo, se quería asegurar que Yeosang estuviera bien. Sea quien sea la persona que le había llamado por teléfono los estaba vigilando. No le gustó que Yeosang estuviera con Youngmin pero a la vez estaba agradecido de que todo ese tiempo estuvo con él y no en las manos de algún psicópata.

Yeosang abrió los ojos grandes al recibir ese gran abrazo. El pelinegro no tenía intención de soltarlo y lo entendía, seguramente lo había preocupado. Youngmin no le había dejado llamarlo o enviarle un mensaje para avisarle que estaba con él, ya que el chico se empeñaba en ser empalagoso y llenarlo de besos.

—Estás bien... —suspiró tranquilo—. Pensé que les había sucedido algo —. dijo mientras dejaba varios besitos en su cabello para ahora bajar a su vientre.

Nuevamente Yeosang volvió a sentir esas cosquillas en su vientre seguido de sus bebés que se movieron al escuchar la voz de Yunho.

—Yun, estoy bien. Estamos bien —sonrió—. Lo siento por no avisarte, Youngmin solo llegó a la pastelería y me llevó donde él.

—Me dijeron que te envío un mensaje que te puso mal para después verte siendo casi arrastrado por ese chico... ¿Ustedes están...?

—No, Yunnie, todo tiene una explicación... —entrelazó su mano con la del pelinegro para caminar a los sillones de la sala—. Estaba terminando en la pastelería cuando me llegó un mensaje, pensé que eras tú avisándome que estabas afuera pero luego me di cuenta de que era Young. Sí, tuve un cambio drástico de ánimo... Me envió un mensaje demasiado largo donde me decía que estaba aquí, que me había extraño y que quería pasar por mí y muchas cosas demasiado empalagosas —se rio un poco—. No supe como sentirme, en verdad quería salir del trabajo y venir a casa contigo —sus manos seguían entrelazadas, Yeosang repartía pequeñas caricias en las manos del pelinegro sin despegar la mirada de la de él.

Yunho sonrió mientras sus mejillas se sonrojaban. Otra vez no, su corazón latía fuerte y sus manos y labios picaban.

—Pero me insistió en que quería llevarme a cenar, entonces muy a mi pesar acepté, por eso te dijeron que casi fui a rastras. No quería ir con él —suspiró—. Y no, Youngmin y yo no estamos juntos, no somos nada, lo único que nos une son mis bebés.

—Tarde o temprano se enterará, entonces querrá que tú y el... —guardó silencio. Yeosang negó rápidamente.

—No lo amo, Yunho —su mirada buscó la del pelinegro, tenía la necesidad de dejarle en claro que Youngmin y él no eran nada—. Se que estoy metido en un gran lío, no quiero que cuando se entere me los quite o que me quiera obligar a casarnos porque solamente nos engañaríamos. Aunque yo... Haría lo que sea por mis bebés... Condenándome a él solo porque ellos sean felices y tengan a su segundo padre... —una lágrima bajó de uno de sus ojos.

Yunho rápidamente la apartó. Negó millones de veces para abrazarlo y refugiarlo en su pecho. Dejó varios besitos en su rostro, odiaba ver a Yeosang triste y no, no tenía porque pasar el resto de su vida atado a una persona que no amaba.

—No, Yeosang, prometo cuidarlos, a ti y a los bebés, Youngmin tendrá que pasar por encima de mí antes de obligarte a algo que no quieres y si te vuelve a insistir para salir invéntale algo, dile que estás cansado o que estamos saliendo. Dile que estoy dispuesto a golpearlo si te vuelve a obligar a algo que no quieres —lo miró seguro de sus palabras.

Yeosang dejó salir un llanto que desde hace rato quería salir de su garganta. Tenía tantas cosas en la cabeza que le estaban haciendo mal y todas ellas estaban relacionadas con Youngmin, sus bebés y esas cosquillas que sentía cuando estaba cerca de...

—Se fue para comprar una casa —se apartó un poco del pelinegro para mirarlo—. Ahora que regresó me pidió que me fuera con él y no quiero, Yunho. No me quiero ir, no con él.

Yunho sintió tanta rabia. Youngmin no podía hacer eso y llevarse a Yeosang solo porque le gustaba, el mayor ni siquiera lo amaba y una cosa eran sus bebés y la otra ellos dos como pareja. No, no lo permitiría.

Pero de pronto algo regresó a su memoria. Se apartó rápidamente de Yeosang. El menor lo miró extraño, con los ojos llenos de lágrimas y necesitando seguir entre sus brazos.

—Tendré que regresar a casa... Desde hace un largo rato que no regreso... —suspiró. Era lo mejor, sí esa persona los estaba vigilando sabía que él y Yeosang casi vivían juntos.

Yeosang lo miró con ojos grandes, quería llorar más y suplicarle que no se fuera, se había encariñado demasiado al pelinegro, extrañaría tenerlo en su cama abrazando su cuerpo y dándole mimos a su vientre. O simplemente escuchando su voz hablando de esos temas que se le hacían completamente difíciles pero que él los entendía a la perfección. No quería, no ahora que sentía un vacío en su pecho por la partida de WooYoung y un gran dolor por el regreso de Youngmin y el tema de irse con él.

Yunho no podía dejarlo, no cuando Yeosang lo quería...

Yunho no podía dejarlo, no cuando Yeosang lo quería

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐁𝐚𝐧𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐄𝐬𝐩𝐞𝐫𝐦𝐚 // ʸᵘⁿˢᵃⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora