✧Cap ⅩⅩⅩⅦ

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Los chicos se lanzaron a sus brazos mientras lo felicitaban. Yunho los miraba con una sonrisa nostálgica, no comprendía que le sucedía a su corazón.

Al ver a los bebés de Yeosang una gran corriente pasó por todo su cuerpo, su corazón latiendo fuerte le gritaba algo que no podía identificar mientras su cabeza le decía que esos bebés no eran suyos, Yeosang no era su pareja y nada entre ellos ocurriría en el futuro.

—De verdad estaba muy asustado —Yeosang dijo mientras limpiaba los restos de sus lágrimas de felicidad que quedaban en su rostro.

—Nosotros nos preocupamos demasiado cuando Yunho hyung nos llamó, sonaba muy asustado y desesperado, pensamos lo peor —Mingi dijo.

—Gracias por venir y perdón por asustarlos tanto —sonrió avergonzado.

Hongjoong negó mientras lo abrazaba. Tenía muchas ganas de abrazar a Yeosang y a todos a su alrededor, era uno de esos días en los que estaba demasiado feliz, como ya era costumbre.

—Vayamos a casa, es tarde y hay tres bebés que necesitan descansar correctamente —San besó la mejilla de su novio para ahora sonreírle al vientre de Yeosang.

Cada pareja se despidió para tomar caminos separados en el estacionamiento del lugar.

El doctor Lee salió de su consultorio mientras miraba a Yeosang alejándose con Yunho. Pronto llevó una mano a su bata blanca donde sacó su celular de uno de sus bolsillos para marcar un número y llevarlo a su oído.

—Mi jefa debe de estar muy asustada, ayer le avisé lo que había sucedido y que eran dos bebés pero ella de verdad se preocupa por mí —se rio un poquito mientras guardaba las imágenes de su ultrasonido

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—Mi jefa debe de estar muy asustada, ayer le avisé lo que había sucedido y que eran dos bebés pero ella de verdad se preocupa por mí —se rio un poquito mientras guardaba las imágenes de su ultrasonido.

Yunho asintió sonriente. Había despertado feliz, y de solo levantarse de su cama había corrido a la habitación del menor para besar su vientre y charlar con los bebés que sabía que lo escuchaban ya que se movieron de solo saludarlos.

—Me alegro de que estés rodeado de gente que te quiere y que también quieren a tus bebés.

—Lo se, estoy muy agradecido con todos —sonrió.

—¿Le contaste a WooYoung...?

Yeosang dejó de sonreír un poco para aclarar su garganta y asentir. Todavía no sabía si era apropiado hablar de WooYoung con el pelinegro cuando sabía que no tenía mucho tiempo en el que habían terminado su relación para ambos curarse. Yunho logró entender porque rápidamente sonrió mientras le decía que no había problema al hablar de su ex-novio con él.

Yeosang asintió sonriente para contarle. Después de hablar con su jefa y decirle que se encontraba bien, había llamado a WooYoung para contarle sobre sus bebés, el menor casi había soltado un grito del otro lado de la línea para luego comenzar a llorar de la alegría, prometiéndole a su mayor que pronto estaría con ellos para llenar de besitos su vientre y charlar con ambos bebés, contarles como se sentía en Busan y como estaba llevando su nuevo cambio de vida.

Porque sí, al parecer Jung se había tomado muy en serio, aquello de los nuevos comienzos y todo lo demás. Después de comentarle a Yeosang como se estaba sintiendo en esos poquitos días y lo feliz que se encontraba, le había confesado que se había hecho un gran cambio en su apariencia e imagen, cambiándose el color rubio oscuro de sus cabellos para colocarse uno más claro. Ahora era rubio claro y aunque no parecía un gran cambio o diferencia, su cabellos se veía bonito con un rubio dorado y estaba feliz con ello. También se había deshecho de todas sus prendas para comprarse otras nuevas de acuerdo a la temporada y a su estado de ánimo.

Yunho asintió con respecto a la respuesta de Yeosang, le alegraría volver a ver a WooYoung, era muy pronto pero lo seguía queriendo.

—Él está muy bien. Gracias por dejarlo ir, eres una excelente persona, Yunnie —sonrió.

Yunho asintió sonriente, sus ojos no se despegaban de los de Yeosang. El menor se acercó a su rostro para dejar un tímido beso en su mejilla.

Y el tiempo pareció congelarse para Yunho. Parecía ver todo en cámara lenta, a un precioso Yeosang alejándose lentamente para ahora sonreírle tan brillante y genuino. El también sonrió, probablemente sus mejillas estaban rojitas. No entendía que le sucedía.

—¿Nos vamos? —preguntó. Yunho bajó de las nubes para ahora asentir rápidamente.

Yeosang se rio ante su reacción, Yunho se había perdido por unos momentos y le había gustado ser el causante de eso.

Salieron de casa para ahora tomar camino a la pastelería.

Charlaban de cualquier tema, le gustaba eso, con Yunho podían hablar horas y horas sin aburrirse. Había algo en su forma de ser que le gustaba, si ambos estaban en desacuerdo con un tema, Yunho se mostraba normal mientras daba su opinión con respecto a la charla, haciendo a Yeosang entender porque no estaba de acuerdo, pero lo hacía de una forma tan formal y tranquila que hacía a Yeosang dudar de sus propios gustos y argumentos. Era un hombre sumamente interesante.

—¡Suerte! ten mucho cuidado, no levantes cosas pesadas y con el mínimo movimiento pide que te hagan cambio y siéntate hasta que paren de moverse, por favor —lo miró suplicante.

—Yunnie, no puedo hacer eso, me la pasaría sentado todo el día —se rio un poco—. Desde que comenzaste a hablar ellos no han parado de moverse y no lo harán hasta dentro de unos minutos más —acarició su vientre riendo con ternura.

Felicidad, emoción, amor y cariño... Eso sintió el pelinegro al escuchar lo inquietos que estaban esos bebés y todo provocado por el sonido de su voz ¿Era malo que los bebés reconocieran su voz y que se pongan alegres?

Sonrió, estaba muy feliz. Lentamente se movió en su auto para llegar a una distancia muy buena al asiento de Yeosang. Lo miró casi pidiéndole permiso para ahora acercarse más y dejar dos besitos en su vientre.

Yeosang lo miró feliz, miles de sentimientos habían explotado en él, se sentía bien, no lo iba a negar. Yunho separó sus labios de la tela de su vientre para ahora regresar a su lugar y mirar al mayor.

Los ojos de Yeosang brillaban, no sabía si era porque quería llorar o porque no terminaba de asimilar que eran dos bebés y que Yunho los quería como si fueran suyos. Su mirada bajó a los labios del pelinegro, Yunho lo notó, él también miró los de Yeosang.

Se acercó lentamente hasta que sus labios tocaron la piel del menor. Yeosang se encontraba con los labios de Yunho en su frente ¿Por qué su corazón latía fuerte? Sus bebés se estaban moviendo mucho, como si estuvieran festejando aquel inocente y hermoso beso.

 Yeosang se encontraba con los labios de Yunho en su frente ¿Por qué su corazón latía fuerte? Sus bebés se estaban moviendo mucho, como si estuvieran festejando aquel inocente y hermoso beso

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𝐁𝐚𝐧𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐄𝐬𝐩𝐞𝐫𝐦𝐚 // ʸᵘⁿˢᵃⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora