liar

1K 103 5
                                    

02.

El sabor del tequila quema mi garganta, pero tranquiliza un poco mis pensamientos. Mentirme fue mucho, no llegar a casa fue aún peor, ¿estoy siendo demasiado dramática en ello? ¿lo estaré exagerando?

Tantos años a su lado y algo cómo esto jamás había sucedido, es completamente nuevo que ni siquiera sé cómo debería sentirme al respecto. ¡Pero por supuesto! Debo pensar fríamente e intentar pensar en lo mucho que Nayeon confía en mí.

Nayeon no haría algo para lastimarme, ella no es así. Podría esperarlo de cualquier persona, pero no de ella.

Tomo la liga de mi muñeca y sujeto mi cabello en una cola alta, mi rostro descansa en las palmas de mis manos y suspiro leyendo el correo en la pantalla de la laptop en mi escritorio, tengo una pila de papeles en el lado contrario pero en este momento no puedo pensar correctamente.

La puerta de mi oficina se abre, Kwan está entrando con una grande sonrisa y una botella de vodka en la mano derecha. Hace bastante no lo veía y es que entre tantas discusiones en las que Nayeon lo mencionaba ni ánimos me daban de verle la cara, pero es mi amigo así que un poquito lo extrañaba.

—Haz estado un tanto desaparecida, ¿problemas?

Con sólo una mirada que me dio dedujo eso, realmente me conoce tan bien, le señalo el asiento libre frente a mi escritorio y no demora en sentarse ahí.

—Eres adivino, mi querido amigo.

Ríe, salgo de mi asiento y voy hasta el minibar en la oficina, tomo un vaso de cristal para entregárselo a Kwan, él se sirve de la botella que traía consigo. Iniciamos una conversación sobre trabajo, cierto tiempo después me encuentro contándole lo sucedido hace una noche, él me escucha atento mientras sigue bebiendo.

—Debes hablar con Nayeon, quizás se quedó con alguna otra amiga, o puedes preguntarle directamente a Momo porqué te mintió.

—Tienes razón, no puedo ni trabajar por sobrepensarlo, ¿deberé ir ahora mismo?

—¿Por qué esperar? Te volverás loca de no saber la verdad -dice y le tomo la razón.

Caminamos juntos a la salida de la oficina, cinco minutos después estamos en el Porsche, manejo a la dirección de casa de Momo y Dahyun. Minutos después estaba entrando a su hogar.

—Que sorpresa tenerte por acá -saluda la japonesa.

—Quería conversar sobre anoche, ¿cómo les fue?

—Umh supongo que todo bien, Nayeon fue muy linda, preparamos postres -mintió.

—Oh, ¿eso fue antes o después de comer frituras?

Momo estaba buscando que nueva mentira decir, suspiró y me observó atenta mientras achicaba los ojos.

—Ya lo sabes, ¿cierto?

—Me mentiste, Momo-unnie.

—¡Perdón! no fue mi intención, no tenía idea de en dónde podría estar Nayeon, no estaba con ninguna de las chicas y -...

—¿Nayeon no salió con ustedes? -interrumpí.

—Mierda.

No la deje que dijera algo más, ni una excusa o algo, me levante decidida y salí de su hogar, Kwan sonreía mientras me veía volver, estuve en el asiento de piloto encendiendo el coche. Nayeon debía explicarme todo en este momento.

—¿Entonces qué sucedió? -inquiere Kwan.

—Momo mintió, Nayeon no durmió aquí ni con ninguna de las chicas -murmure con disgusto.

Las palabras salían de mi boca con amargura, era horrible la idea de Nayeon mintiéndome y aún más de Momo cubriéndola. Eso me daba un pequeño deja vú y aún más disgusto me provocaba.

No supe en qué momento llegué a casa, caí en cuenta de que lo hacía cuándo la puerta de entrada se abrió y Kwan iba cómo un perrito faldero detrás mío, camine por los pasillos hasta dar con ella, mi esposa estaba en la sala de estar recostada y con una copa de vino entre los dedos.

Suspiro disgustada al verla tan serena y tranquila ahí cuándo en mi mente todo era un caos.

—¿T/N? ¿todo bien?

Su dulce voz y la preocupación en su tono me tranquiliza, ella jamás podría hacer algo para lastimarme. No ella.

—¿En dónde estuviste anoche? -cuestione.

—Puedo explicarlo yo-...

Ese puedo "explicarlo" produce una sensación horrible en mi cuerpo y siento mi piel erizarse. Me mintió.

—Entonces ahora me mientes, ¿qué te pasa?

—No lo sé, realmente no fue algo malo, tranquilízate y podemos hablar.

Suspire, tomé su mano guiándonos hasta nuestra habitación, mi tacto era suave y no estaba siendo ruda en realidad sólo la guiaba. Para este momento no me encontraba molesta, ni disgustada ni tenía ningún sentimiento parecido, me encontraba triste de creer que por primera vez mintió para pasar la noche fuera.

Nayeon enredó sus brazos en mi cuello y tenía sus ojitos llenos de lágrimas, acaricio la parte trasera de mi cuello y logré respirar con tranquilidad.

—Explícame, te escucho.

—En realidad no puedo hacerlo, no sé cómo.

—¿No me lo explicarás? no puedo estar con una mentirosa, es que dios. Entiendo a Momo, eres su amiga al final pero ¿por qué? jamás me habías mentido así.

—No es algo grave, más no puedo explicarlo ahora y lo siento por eso.

Sus palabras sonaban tan sinceras y se aferraban a mí pidiendo que confiara. Casi era un ruego.

—¿Qué se supone que haga, Nayeon?

—Confiar en mí, no haría algo para dañarte así como sé que tú tampoco lo harías.

Suspiré agotada, no podía estar molesta con ella cuándo me ve con esos ojitos lindos. Es irritante cómo con sólo una mirada puedo deducir que no se trata de algo grave, no hay culpabilidad en sus ojos, esa mirada sólo ruega que confíe en ella y creo que es algo que puedo hacer.

Estoy anonada, realmente loca podré estar. Me vuelvo una ciega y caigo rendida a ella. ¿Si es mentira que ganaría? ¿si es una infidelidad qué podría perder?

—Confío en ti.

The Tour » im nayeon.Where stories live. Discover now