19🌩

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Manila, Philippines.        

Después de la pequeña escapada decidimos que era momento de regresar al hotel, la primera en entrar fue Sana, mientras yo hacía un pago sobre el coche rentado.

Al entrar al Living estaban los miembros del staff y el grupo mirándome con sorpresa.

—¿Ocurrió algo? -pregunté confundida.

—¡Las estuvimos buscando cómo locos! -reclamó Kwan.

—Deben avisarnos cuándo salen, están a nuestro cargo, ¿por qué no piensan en eso? -siguió Manager Oppa.

—Necesitaba un descanso es todo, Sana no tiene la culpa de nada -hablé.

Junto a las miembros del grupo entramos al ascensor, Tzuyu llevaba las mejillas rosadas a mi lado.

—¿Te pasa algo? -pregunté.

—Me enteré, ¿estás bien? -cuestionó.

Nayeon se quejó audiblemente, giró su cuerpo encarando así a Tzuyu, comenzaba a ser molesto ver ese modo de ella, ¿qué le ocurría?

—¿Pueden hablar sus cosas en otro lado? las escuchamos -dijo Nayeon.

Tzuyu soltó una carcajada abrazándose a mí.

—Lo que ocurre es que estás celosa - exclamó.

—¿Celos de ti? estás mal Tzuyu.

—¿Qué te pasa Nayeon? -pregunté harta de esta personalidad.

Ella sólo bufó volviendo a su lugar entre los brazos de Jeongyeon, al estar en su piso todas bajaron, la taiwanesa quiso seguirme pero necesitaba espacio sola lo cuál entendió.

Entre a mi habitación y bebí mis píldoras, sin siquiera ducharme o ponerme el equipo me recosté a dormir.

[...]

Me sentía exhausta, acabamos de terminar el concierto, mañana a primera hora tomaríamos un vuelo a Singapore esperaba que ese tiempo fuera rápido, ya necesitaba un buen descanso

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Me sentía exhausta, acabamos de terminar el concierto, mañana a primera hora tomaríamos un vuelo a Singapore esperaba que ese tiempo fuera rápido, ya necesitaba un buen descanso.

Tras el concierto me reuní con mi manager y fuimos a celebrar sólo los dos, escogimos un buen restaurant de carnes.

Cuándo llegamos y tomamos nuestra mesa su rostro cambió drásticamente a uno serio.

— ¿Sucede algo? -pregunté.

—T/N, ¿cuándo me ibas a contar que estabas saliendo con Nayeon? -interrogó.

Mis mejillas comenzaron a arder al escucharlo, ¿cómo se había dado cuenta de eso? o más bien ¿por qué hasta ahora?

Me removí en mi asiento incómoda.

—No estamos saliendo -aclare.

—¿Por qué me mientes? -gruñó.

Kwan parecía enojado, golpeó un poco la mesa y masajeo su rostro intentado calmarse, por suerte el mesero apareció, tras tomar nuestro pedido volvió a irse.

—Oppa te prometo que no estoy saliendo con ella, eres cómo un hermano para mí, ¿por qué te mentiría? -hablé retomando el tema.

—¿Cómo explicas los gemidos en su habitación?, fui a buscarte, la manager dijo que estarías con Nayeon, al ir sólo estaban sus gemidos.

Me atasqué, mi rostro ardió aún más, ¿había escuchado bien?, claramente la de la habitación no había sido yo, en todo nuestro tiempo sólo había logrado ver a Nayeon en su ropa interior.

—¡Esa no fui yo! -me excusé.

—¿Eh? ¡Claro que si eras tú! ¿Crees que no las vi incontables veces besándose?

Suspiré.

—Kwan, comenzamos a salir cuándo me mude con ellas, teníamos algo hasta hace unos días, supongo que sé quién fue su compañía en los gemidos, más no es algo que me corresponda, éramos novias, pasado -relaté.

Una punzada en mi cabeza me hizo removerme de mi lugar, Kwan buscó mi mano más no sé la di, ¿cómo Nayeon se había acostado con Jeongyeon?

Estaba rota, lo nuestro quizás ya no tenía arreglo, las pocas esperanzas que tenía se habían ido por la borda con sólo unas cuantas palabras de Kwan.

Bunny, ¿por qué me dejaste?

Me encontraba aturdida, completamente lastimada, me hundí en mi asiento y peleaba con las voces en mi cabeza.

Ruego paz.

Mire la servilleta de tela que estaba en la mesa, tenía un decorado en un azul cielo y un pequeño conejito en el borde.

¿En qué momento la medicina se convirtió en enfermedad?

Me encogí en mi lugar, los murmullos burlándose de mi, recalcándome lo anterior, aclarándome que nadie jamás lograría amarme.

Quizás soy un estorbo aquí.

No, no, no debo dejarme llevar por estos estupidos que hablan en mis oídos, no existen.

Cuándo el mesero apareció tomé fuerzas y hablé.

—¿Podrías traerme una cerveza? -pedí.

—¡Claro! Ahora mismo vuelvo con ella.

El chico desapareció, al mirar al frente pude notar cómo la vena de Kwan resaltaba, estaba molesto, quizás eso quedando corto.

—¿Por esa niña vas a hechas a perder tú vida? ¡Por eso los idols no deberían enamorarse! -bufó.

—¡No eres quién para decirme si puedo o no enamorarme! Eso lo decido yo.

El chico apareció, tras dejar la cerveza en la mesa volvió a irse, tomé la botella y sin pensarlo la pegué a mis labios bebiendo de ella. Es la primera vez que pruebo esta cosa y su sabor me gusta.

—Estás mal T/N, ¡Hablaré con tú madre! -gruñó.

Reí tras dejar la botella de cerveza en la mesa.

—¿Esperas que me castiguen o algo así? Tengo veintiún años, no seis.

—¿Esperas que me castiguen o algo así? Tengo veintiún años, no seis

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The Tour » im nayeon.Where stories live. Discover now