16.

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A lo largo del camino ninguno dice nada más, posiblemente por la presencia del primo pequeño de Harry, que había tenido que ir en su mismo coche y le tenían que llevar a su casa.

Harry está pensando en qué es lo que le pasa a su madre, por qué ha salido así de enfadada y gritándole directamente a él. Vuelve a tener todas las extremidades congeladas y no puede parar de mover la pierna derecha.

"Eso era secreto de confesión" se repite una y otra vez, tratando de convencerse de que el cabreo de su madre no se puede deber a lo que le ha confesado al cura tiempo antes.

Mira a Gemma que está sentada a su lado derecho unas cuantas veces, tratando de pedirla alguna explicación, pero no le escucha (o no le quiere escuchar), aunque en su rostro se puede ver que sabe lo que está pasando y la que le va a caer a su hermano por ello.

Dejan a su primo con sus padres y siguen el camino de vuelta a casa, aún sin decir nada.
Harry puede ver por el espejo retrovisor la mirada que tiene su madre. Odia esa mirada y más aún que sea dirigida hacia él. Decepción, odio, asco. Puede ver todo eso en esa mirada que no le mira directamente a él.

Empieza a aparcar y desea que no termine nunca de hacerlo. Quiere saber lo que está pasando pero no que sea su madre la que se lo diga entre gritos y esas miradas.
Bajan del coche. Anne enfadada, con prisas y cerrando de un portazo, y Harry en cambio, baja despacio tratando de alargarlo más como si de esa forma fuese a ser menor la bronca que le fuera a echar, y cierra la puerta lo más flojo que puede por si hacerlo de otra forma pudiera enfadar más a su madre.

-Mamá - se atreve a decir Harry en cuanto han entrado a la casa - ¿Qué ha pasado?

-¡¿Que qué ha pasado?! - se gira de golpe hacia él - No sé a ver, dímelo tu.

Harry le vuelve a echar una mirada a su hermana, que está sentada detrás de su madre sin intención de meterse. No sabe qué contestarla, por lo que no lo hace.

-¿No vas a decir nada?

-No sé qué quieres que te diga.

-Me llegaron rumores de que estabas empezando a estar mucho con un chico, un tal Luis.

-Se llama Louis, y es mi compañero de habitación.

-No me dijeron eso y por eso hoy te he llevado a confesar. ¿Sentir cosas por otro chico? ¡¿Qué clase de tontería es esa?! Ya mismo te cambio de universidad, y ni se te ocurra juntarte con enfermos de esos una vez más. ¿Qué he hecho mal contigo? ¿Por qué no puedes ser como tu hermana? Con su novio, su casa y sus estudios. Con una vida normal como Dios manda.

-No me puedes cambiar de universidad, estoy terminando este curso y hacerlo haría que me perdiese mucho más.

-Me da igual, prefiero que bajes de notas a que seas un desviado. Tú lo que tienes que hacer es estar con chicas como todo los chicos, que te están comiendo el coco.

-No me están comiendo el coco, es lo que yo siento y no vas a cambiar mi mentalidad por más que deje de estudiar dónde estoy ahora. Lo sabes perfectamente y por eso te jode - le pega una bofetada y automáticamente se cubre con ambas manos esa parte en la que está empezando a sentir picor.

-Mamá - interviene Gemma.

-Tú no te metas. Ya te dije yo que lo mejor era que siguieran dándole de hostias en el colegio para que así se hiciera un hombre de verdad, como su abuelo. Y si no hubiera podido con ello mejor que le hubieran matado de un buen golpe. Mejor eso a que estuviera como está ahora. Mucho le he consentido ya, pero esto sí que no. - vuelve a dirigirse hacia Harry, quien está sentado en el sofá aún con ambas manos sobre el moflete y con un nudo en la garganta que casi no le deja tragar bien - O dejas de hacer esas gilipolleces y empiezas a orientarte bien o no vuelves por aquí. Muérete de hambre si quieres, vuelve a intentar "suicidarte" si es lo que mejor ves, pero a mi no me vuelvas a dirigir la palabra.

Harry siente todas y cada una de esas palabras dentro de sí mismo, dando vueltas sobre su cabeza una y otra vez.
Quiere contestarla, quiere decirle todo lo que lleva callando todos esos años en los que no le han dejado ser como realmente ha querido por la mentalidad que le inculcaron desde pequeña a su madre, pero no es capaz.

"Vamos Harry, hazlo, ¿qué puedes perder? No te puede hacer nada" se repite constantemente, queriendo que así termine diciéndolo, pero no lo consigue.

-Si te vas a ir dame las llaves del coche. No quiero que tengas nada más que te haya dado yo - dice cuando su hijo se empieza a levantar del sofá, extendiendo el brazo para que se las dé.

-Mamá no puedes hacer eso, la universidad está a veinte minutos de aquí en coche - vuelve a intervenir Gemma.

-Que se busque la vida. Dámelas - Harry le hace caso, las saca del bolsillo y antes de dejarlas sobre la mesa coge el llavero que se encontró entre las cosas de Louis.

-Yo te llevo Harry - le dice su hermana, empezando a coger sus cosas.

-Tú de aquí no te mueves. Él ya no es de esta familia.

-Me da igual lo que digas, él sigue siendo mi hermano y le voy a llevar hasta la puerta de su habitación. Y luego si hace falta le voy a dar el amor que necesita por tu parte y tú no le das. Déjame pasar.

-No.

-Déjalo Gemma, no te preocupes. Llamaré a un amigo para que venga a por mí, pero gracias. Hablamos otro día - sale de casa y antes de empezar a andar echa una última mirada al lugar donde vivió tanto tiempo.

Saca el móvil del bolsillo mientras se aleja unos pocos metros de la puerta de su casa y ve la batería que le queda (2%) y la hora que es (15:03).

-Hola Liam - saluda en cuanto su amigo le contesta a la llamada - Me queda poca batería, pero necesito que me hagas un favor, ¿estás libre?

-He quedado para comer pero dime, ¿ha pasado algo?

-No, no te preocupes, luego te cuento. Suerte en el examen - cuelga sin llegar a escuchar lo que le contesta.

1%. Llama a Louis y no coge. Vuelve a intentarlo.

-Hey dime - le escucha contestar y siente alivio por ello.

-Me queda poca batería y necesito pedirte algo. ¿Estás ocupado? - Louis sabe que le pasa algo por la voz que tiene. No sabe cómo pero sabe que lo que necesita es realmente importante.

-No - miente, había quedado con su entrenador para contarle lo de la sesión y alguna que otra cosa más - ¿Qué necesitas?

-¿Puedes venir a recogerme? Estoy cerca de mi casa y no tengo como volver.

-Sí, claro, ¿dónde es? - se corta la llamada y Louis supone que es por la batería.

Harry le da unos golpes al móvil, cabreado porque siempre se tenga que apagar cuando más lo necesita, y decide sentarse en la escalera de un portal.

Roommate 28Where stories live. Discover now