15.

111 9 25
                                    

Han pasado dos días desde que volvieron a estar a punto de besarse pero ninguno ha tocado el tema.
Harry se está preparando para irse a comer junto a su familia como cada domingo y por otro lado, Louis está ordenando un poco la habitación para cuando vaya la psicóloga.

-¿A qué hora me dijiste que venía? - pregunta Harry empezando a guardarse las cosas en los bolsillos para salir.

-En una media hora, a las doce.

-¿Sabes cuánto va a durar?

-Una hora, no mucho. ¿Tú a qué hora vuelves?

-Sobre las cinco y media supongo. Comeremos y estaré un rato con ellos - Louis asiente - Bueno, chao, nos vemos luego - echa media sonrisa antes de salir.

-Adiós - se despide también y no deja de mirar la puerta hasta que definitivamente vuelve a quedar cerrada.

                                             xxxx

En cuanto llega a casa, Harry saluda a todos los que estaban con un pequeño abrazo o dos besos.

-Vamos - dice Anne diez minutos después de que su hijo llegara - ¿No te lo ha dicho Gemma? Hoy iremos ahora a misa, esta mañana no ha podido ser. Y después nos confesaremos todos.

Harry odia eso. Siempre va más tarde a verles para no tener que ir con ellos.
Quiere decirla a su madre que no quiere ir, pero no se atreve ya que siempre le han obligado y hoy no iba a ser menos.

-Pero mamá...

-Sin rechistar.

Durante todo el camino Gemma y Harry no hablan ya que hay más familiares junto a ellos y no se sienten cómodos hablando sabiendo que les están escuchando.
Ninguno de los dos son tan religiosos como el resto de su familia, aunque por obligación siempre han tenido que seguir todos los pasos que les iban diciendo, sin ser capaces de oponerse a ello.

-Ya me podrías haber avisado - le susurra Harry sin dejar de sonreír antes de entrar a la iglesia.

-No me iba a comer el marrón yo sola - sonríe también hacia el resto de personas.

-Pues muchas gracias.

-De nada hermanito. Luego tenemos que hablar tú y yo, y no te vas a escapar como la última vez porque ya me he enterado yo de que solo te quedan dos exámenes y tienes tiempo - no contesta nada. 

Ambos entran a la iglesia siguiendo al resto de las personas y se sientan juntos en el lugar de siempre.
Cinco minutos después, empiezan a hablar y ellos van siguiendo los pasos que llevan haciendo desde pequeños.

                                             xxxx

Poco después de terminar de desayunar, Louis escucha que están llamando a la puerta y va a abrir, asegurándose de que todo está medianamente presentable para no pasar mucha vergüenza.

-Hola Elisabeth, cuánto tiempo - saluda en cuanto abre.

-Elisa - le corrige seriamente aunque luego empieza a reír para romper un poco el hielo.

-Eso, Elisa. Pasa, pasa - se echa a un lado cediéndole el paso - ¿Qué tal?

-Yo bien, pero por lo que me han contado tú no tanto. O al menos no tanto como la última vez que tuvimos una sesión - Louis pone los ojos en blanco.

-Están exagerándolo. Solo he tenido la pesadilla unas pocas veces, pero realmente no me han afectado tanto como hace unos años. - ambos empiezan a sentarse, Elisa en la silla del escritorio y Louis en su cama, con la espalda apoyada en el cabecero - Vuelvo a repetirlo, son como las pesadillas de todo el mundo. Las sueño por la noche y quizá lo paso mal un tiempo, pero en cuanto abro los ojos eso ha pasado, ni siquiera les doy importancia.

Roommate 28Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz