19 | Dos puntos de vista

145 14 1
                                    

Quinn llegó a la oficina de John y golpeó tres veces. El recepcionista la había dejado pasar porque ya la habían visto antes, pero le había informado que John se encontraba con mucho trabajo aquella mañana.

– Adelante. – oyó su voz desde dentro. Abrió la puerta lentamente, dejando ver su rostro. Al verla, su mirada se iluminó y una gran sonrisa se apoderó de su rostro. – ¡Quinn! – exclamó.

– ¿Estás ocupado?

– Si pero no importa... !Qué sorpresa me has dado! – exclamó sonriendo amplio y se paró de su silla, Quinn entró a la oficina sonriendo y cerró la puerta tras de sí.

– Logré mi cometido, quería sorprenderte. – se encogió de hombros. – ¿Qué estás haciendo?

– Los de Manchester quedaron encantados con mi trabajo, y me han llamado para ir una semana. – explicó acercándose a ella.

– ¿De verdad? wow... – exclamó Quinn sorprendida. John al llegar a ella tomó su rostro con ambas manos y plantó un gran beso en sus labios.

Pero Quinn se separó enseguida, la verdad aún le costaba un poco el cariño y todo eso.

– Así es, me voy el lunes por eso estaba adelantando algunas cosas de aquí. – sonrió y volvió a su silla.

– ¿El... Lunes? ¿Te vas el lunes? – preguntó sentándose en la silla de los clientes. John acomodó unos papeles y asintió con la cabeza.

– El lunes. – comentó feliz. – ¿No es increíble?

– Si... Y rápido. – hizo una mueca. – ¿Solo una semana, cierto?

– Por ahora sí. ¿Por qué...? ¿No me digas que me extrañarás? – preguntó juguetón y alzó su vista divertido.

– Ya quisieras, imbécil. – le lanzó un lápiz y John estalló en carcajadas.

– Jajajaja, solo es una semana. Vas a sobrevivir sin mi... A menos que... – la miró alzando una ceja, aún con esa mirada divertida.

– ¿A menos que qué?

– Que quieras venir conmigo un día... O dos. – tenía un brillo en sus ojos. – O toda la semana. – sugirió.

– Ya quisieras. –repitió jugando nerviosa con un adorno de su escritorio que se prendía y se apagaba. John le quitó el adorno de las manos para que lo mire.

– Hablo en serio. – sonrió con sus labios, sin enseñar sus dientes, buscando una respuesta en su mirada.

– ¿Y mi trabajo qué?

– Creí que tu jefe era tu tío...

– Lo es, pero no puedo tomarme esas atribuciones. – se encogió de hombros. – ¿Además qué haría yo allá?

– ¿Acompañarme? ¿Tener sexo en Manchester? – sugirió divertido y Quinn rió negando con la cabeza.

– No soy tu pareja, ni tu amante. – se paró de su lugar rápidamente. – No tendría por qué acompañarte.

– Otra vez lo mismo... – musitó suspirando.

– ¿Por qué dices eso? – la rubia frunció el ceño.

– Porque siempre volvemos a lo mismo, no puedo proponerte nada porque enseguida me recuerdas que no somos nada. ¿Y sabes qué? Ya lo sé Quinn, ya se que no somos ni seremos nada. Solo proponía divertirnos un fin de semana fuera de Londres, eso es todo. – soltó y bufó estresado.

– Es que no es que no quiera, pero hoy es un viaje a Manchester, mañana será salida de amigos y después quedarte a dormir en mi casa. – exclamó. – Sabes lo mucho que me cuesta todo ésto... Necesito ir de a poco, a mi ritmo. – le recordó suspirando. – No me presiones.

Killer Queen | John DeaconWhere stories live. Discover now