8 | No escuches lo que papá dice

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John no le había contado aquel incidente a nadie, quería guardárselo más bien para si mismo.

Supo que nada más iba a ocurrir entre los dos, 1) porque habían tenido sexo en la primera cita y 2) porque sabía que Quinn no era de ese tipo de chicas.

Quinn. Ese nombre rondó por su mente por lo que restó de semana, su rostro, su cuerpo, su actitud, su voz. No podía sacársela de la cabeza. Quizá sonaba mal que la recordaba porque había tenido el mejor sexo de su vida, pero era cierto. Y no sólo eso, sino que todo de ella le atraía. Pero ella no había vuelto a llamar, ni se había pasado por su casa, ni había mostrado señales de vida. Así que pensó que sería mejor no molestarla.

Por otro lado Quinn también había notado que esa noche había sido algo distinta. Había una química entre ella y John que no había notado antes con otro muchacho. Era como si John supiera exactamente qué decir, o donde besarla, o como tener sexo con ella... Cómo si la conociera de toda la vida. Le estemeció pensar en él, ya que se habían visto mas de una vez. Aquello no debía alargarse, a menos que acordarán verse solo para tener sexo... Aquella sería una buena idea.

Se tomó un descanso para ir a tomar un café a la pequeña cocina de la zona de empleados, y se encontró a Miranda haciéndose uno también.

- ¿Cómo estás? Te has desaparecido estos días. - rió la castaña al verla entrar en la cocina.

- He tenido sexo con John Deacon. - confesó como si nada. Algo totalmente distinto a lo que John había escogido.

- ¿Con quién? - preguntó Miranda riendo, aquello era común en su amiga, pero aquel nombre le sonaba bastante.

- El bajista de Queen.- explicó mientras servía café de la cafetera en una pequeña taza. Miranda casi escupe todo al oír las palabras de Quinn.

-¿¡Qué mierda Quinn?!

- Lo que oíste. - rió divertida. - pero no lo andes contando, es privado.

- ¿¡Cómo?! Es decir... ¿¡Cuando?! Qué mierda...

- El sábado, me llevo a un club muy bonito y bailamos rock n roll. - le contó a su amiga mientras bebían café. - Es muy caballero y amable... Pero no puedo seguir viendolo.

- Diablos... Quinn es John Deacon. - repitió sorprendida y algo enfadada.

- ¡Lo sé! Y fué increíble... De verdad. -suspiró recordando aquella noche.

- No lo sé... Quinnie creo que no es la persona indicada.

- Ya supéralo, no volveré a hablarle.

- Es que Freddie me ha contado que es bastante reservado y... No me imaginé que fuera de ese tipo.

- No es de ningún tipo, ¿Por qué lo juzgan al pobre? Solo hemos tenido sexo una vez pero si te soy sincera sé que es bastante reservado. Pero adinerado e inteligente también .- rió divertida, Miranda negó con la cabeza y le dió un leve empujón.

• • •

- ¡Señorita Rouge! Le han enviado algo. - habló su secretaria del otro lado de la puerta.

- Pasa, Linda. - indicó Quinn sin quitar la vista de una planilla que estaba completando, Linda entro en la oficina y dejó un bonito ramo de rosas rojas en su escritorio junto a un sobre de color negro. Quinn frunció el ceño. -¿Y ésto qué diablos es?

- Las mando el señor Deacon, ha llamado más de una vez y pensé que sería algún amigo suyo... De no ser así no las habría aceptado tal como usted me ordenó. - habló rápidamente y con algo de temor porque Quinn la regañe.

Killer Queen | John DeaconWhere stories live. Discover now