Ciento veintisiete

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—Detente ya o tendrás que ir a dormir conmigo —dije aunque en mi mente no se escuchaba tan mal.

—Encantado de la vida —dijo con una sonrisa pícara, se separó un poco de mi para mirarme a los ojos, mis mejillas estaban sonrosadas por el doble sentido que tomaron mis palabras.

—No me refería a eso. —Taragame tierra pensé por la vergüenza que sentía.

A regañadientas me separé de los cómodos brazos de Kevin para seguir con lo que había empezado.

— ¿Para que es eso? —señaló la sombra especial que tenía para las cejas.

—Ven y te muestro. —Se acercó a mi dudoso. Agarré la brocha correspondiente y tomé un poco de producto para aplicarlo en las cejas de mi niño. Eso sería divertido.

— ¡No, eso no! —exclamó al ver mis intenciones.

—Vamos solo un poco verás que quedarás súper chulo. —Hice pucheros chantajistas para que sucumbiera a mis encantos. Bufó y accedió.

—Lo que uno hace por amor. —Se sentó y cerró los ojos. Me acerqué a él con una sonrisa de oreja a oreja de mera satisfacción por darle una manita de gato a ese ya perfecto rostro. Tomó mi mano antes de que empezara a hacer cualquier cosa. —Promete que esto quedará solo entre nosotros. —Besé su frente. —Prometido.

Cerró los ojos una vez más y me dejó trabajar con él; apliqué una ligera base en su rostro cubriendo sus hermosas pecas, puse blush en sus mejillas, cubrí los huecos de sus cejas y apliqué un gloss transparente sabor chocolate en sus labios.

— ¡Tara! —exclamé una vez que terminé. Coloqué un espejo frente a él, éste se miró por unos segundos con un semblante serio. Se levantó y buscó algo en mi bolsa. Sacó mi perfume y rocío alrededor de su pecho. Tomó el gloss con brillos que yo solía usar y aplicó un poco en sus labios.

—Perfecto —dijo y sonrió con suficiencia.

— ¿Por qué hiciste eso? —pregunté extañada de que se haya usado mi perfume.

—Porque así tendría una explicación coherente y no tan ridícula. —Fruncí el ceño confundida. —Diré que te abracé y te besé sin pudor, por eso traigo brillitos y huelo a ti. Ja, y nadie se burlará de mi y me considerarán un completo macho. —Me reí por su "coherente" explicación. —Bueno ya, quitame esto de la cara solo déjame las cejas como están, me veo sexy, ¿o no?

—Eres el mejor amigo hetereo casi gay macho que podría desear.

—Lo sé, soy perfecto —dijo humildemente como siempre.

—Lo eres mi príncipe.

— ¿Qué más tienes en tu bolsa? —preguntó al tiempo que la tomaba para inspeccionarla.

—Quizá no te agrade lo que encuentres
—dije recordando que tenía en ella productos femeninos.

— ¿Cómo qué? —inquirió mientras sacaba barnices de uñas.

—Uhm, nada... —musité y una gran idea se me ocurrió.

Tomé sus manos y las cosas para hacer una leve manicura tal conejillo de indias se dejó sin chistar en el fondo sabía que lo hacía para no verme decaída y lo agradecí infinitamente.

Empujé y retiré cutícula, limé las asperezas de sus uñas. El contacto con sus grandes manos me ponía nerviosa. Saqué un brillo transparente y su ceño se frunció.

—Estás loca, no lo harás. —Se levantó de la silla y ocultó sus manos.

—Es transparente no pasa nada, anda, por favor mi príncipe —supliqué y el cedió muy rápido.

Sus uñas estaban listas después de unos minutos.

—Ahora me toca a mí. —Su sonrisa tenía una pizca de maldad.

—Ja. Ni loca de esas me encargo yo. —Saqué un barniz rosa y decoré mis uñas yo sola.

Se molestó por no dejar que me hiciera una maldad pero no me importó.

—Eres mala.

—Mucho pero así me quieres —dije juguetona.

—Para mi desgracia así es. —Besó mi mejilla y al final arruinó mi perfecto esmaltado, aun estaban frescas y las tocó.

Era tan fácil como respirar tener momentos memorables con él. Su presencia siempre era grata y su sonrisa la más ancha. Era imposible no sonreír si lo tenía a mi lado.

Bebé si llegas a ver esto no me mates xD tenía que inmortalizar este recuerdo contigo :3

Deseo OdiarteWhere stories live. Discover now