Ciento dieciocho

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Mi novia iba a regresar después de tanto tiempo de haberse ido.

Estaba tan emocionado por la noticia que no cabía en mi.

Le dije que la iría a buscar y que no hiciera planes para la noche; sería mía hasta el amanecer.

La extrañaba demasiado y no me había dado cuenta de cuanto hasta que la vi bajarse del autobús con su maleta en mano. Corrí a sus brazos y le di muchos besos.

Ella no correspondió mis cariños. Se veía molesta, ¿no le alegraba verme?

—Tenemos que hablar —musitó y clavó su mirada en mi pecho, por un instante pensé que me arrancaría el corazón.

— ¿De qué amor? —pregunté cauteloso.

—En un rato lo sabrás, llévame a casa, ahora —mandó.

El camino fue silencioso. La última vez que hablamos todo estaba bien, así que no sabía de lo que quería hablar tenía, ¿miedo? Sí eso era temía haber cometido un error y que me dejara, temía que se diera cuenta de que no me quería y se alejara, temía no ser suficiente y que se buscara otro.

Jamás había pensado tanto como en ese momento.

Presentía que algo malo ocurriría tanta calma por su parte quería decir que un huracán se acercaba.

Llegamos a nuestro destino.

— ¿Lo nuestro es un juego para ti? —preguntó una vez dentro de la casa.

—No. Es lo más serio que he tenido jamás, te amo lo sabes.

—Entonces explícame. ¿Por qué la sigues viendo? No te hagas el desentendido, no me hagas sacar las fotos que tengo, ni me hagas perder la paciencia y mandarte a chiflar a la loma. Te importa mucho esa mosquita muerta como para preferirla y pasar por encima de mis órdenes —espetó.

—Kevin —mascullé.

Nadie más le pudo haber ido con el chisme.

—A él no lo metas, así que dime, ¿te importa mucho?

—No —dije de inmediato.

—¿Entonces? —preguntó.

—Ella me buscaba —musité. No era del todo mentira muchas veces ella lo hizo y otras pocas yo la busqué.

—Eso no importa —dijo con calma. Para estar muy molesta se veía serena.

—Perdóname —susurré. No quería que se enojara más conmigo. Pedir perdón nunca fallaba y era mi último recurso. Si tenía que arrodillarme loa haría.

Ella se quedó callada, inmóvil dejandome intrigado. Empezó a dar vueltas con los brazos atrás y la cabeza hacia abajo.

Se detuvo de pronto y de acercó a mi, me dio un tierno abrazo mientras inhalaba mi aroma.

—Te extrañé idiota —profirió en mi pecho.

—Yo más de lo que te imaginas muñeca —dije acariciando su cabello.

—Tienes que tomar una decisión. Ella o yo —dijo en un suspiro. Me puse tenso.

¿No las podía tener a las dos?

Se alejó de mi para ver mi rostro. Me miraba a los ojos sin inmutarse.

Cruzó sus brazos y golpeaba el suelo repetidas veces.

Estaba impaciente por una respuesta.

—Estoy esperando.

—Tu —dije.

—Yo, ¿qué? —preguntó.

—Te escojo a ti —susurré. Esperaba no arrepentirme de mi decisión pero mi amor por ella era tan grande. Sonrió con satisfacción y se lanzó a mis brazos.

—En ese caso. Escúchame bien. Quiero que cortes toda comunicación con ella, no quiero que le hables, no quiero que la busques, si la ves en la calle no la saludes. Si ella te busca mandala por un tubo y listo.

Su imagen se me vino a la mente, preocupada por mí y eso me inquietó por unos instantes.

¿Me debía ir a despedir?

— ¿No vas a decir nada? —cuestionó con su cabeza recargada a mi pecho.

—Cómo tu digas amor —musité. Su aroma me anonadaba era como si me hechizara y sus deseos de convertían en órdenes para mí.

—Espero que ahora si no me hagas caso —dijo.

—Claro, no te quiero perder —confesé en un susurro y la pegué más a mí.

—No lo harás. Estoy cansada llévame al cuarto.

La tomé en mis brazos e hice lo que me dijo sin chistar. Hicimos de todo menos dormir.

Subo este guapuras para que quede claro que esta historia aún no acaba ^^
Saben no me dejan juntar muchos caps¬¬
¿Qué pasará de ahora en más?
¿La morra aún lo amará después de todo?
¿Kevin llega a enamorarse de ella?
No sé díganme que piensan :3

Deseo OdiarteTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang