Ciento once

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—Ya sabes, si quieres volver conmigo la dejas, no permitiré que esa mosquita muerta se burle de mi. —recordaba la condición que puso mi novia para regresar.

Ella ya había dejado a mi ex amigo dijo que estaba confundida y cuándo la volví a ver corrió a mis brazos en busca de mi perdón; se lo concedí al instante en el que empezó a sollozar por haberme hecho lo de la fiesta. Empezaríamos desde cero, por lo tanto tenía que estar a la par. Dejar a mi bonita para ser feliz con ella.

Casi de tajo la dejé.

Dijo cosas que eran delicadas pero que en otro momento no hubiera pasado nada dudó de mi pero eso no importaba, era la excusa perfecta para hacerme el enojado y que todo saliera bien. No se enteraría de que regresé de nuevo con ella y habría cumplido el capricho de mi amada.

El día que la encontré cuándo regresaban de la tienda de conveniencia emanaba un fuerte olor a cigarro, recibí una llamada de mi novia y la dejé a un lado al regresar me excusé con ella, no podía estar en público hablandole, al irme se me pasaba decirle algo, una pequeña crítica constructiva.

Me seguía buscando me daba ternura ver que aún esperaba por mi. Contestaba lo más seco posible la mayoría de las veces; ella se encontraba a mi lado cuando conversaba con mi bonita y se mofaba de ella, diciendo que era tan patética y estúpida. Eso no me agradaba pero no la quería hacer enojar retándola.

No quería dejarla en el olvido porque la quería pero no podía estar con ella sin que mi linda novia se encabritara.

Decidí cerrar mi red social para hacer otra y ahí tener solo amigos en común con mi novia y amigos de esa manera nadie se daría cuenta de que aún la frecuentaba. Un tiempo la dejé así y mi novia ya no cuestionó el supuesto abandono que le había hecho a ella.

De vez en vez abría mi antigua cuenta para asegurarme de que estuviera bien. Para mi mala suerte siempre que intentaba entablar conversación con mi bonita ella aparecía y tenía que ser frío y contestar cortante era lo más rápido y apto para los escasos segundos que me dejaba a solas con el móvil.

Putas las casualidades cuándo veniamos de ver una película decidimos salir a pasear; una pequeña caminata, nos fuimos lejos de nuestro hogar y aún así me topé con ella mientras tenía a mi novia de la mano.

No la podía saludar ni siquiera verla a los ojos.

Se quedó inmóvil y mi acompañante se tensó, quizá pensó que me detendría a saludarla pero no fue así y seguí de largo.

Los padres de mi novia le informaron que tenía que ir de inmediato a su ciudad por tiempo indefinido, me dejó solo pero aún teníamos una relación a distancia. Ella me maracaba cada dos días y texteabamos durante todos el tiempo.

Antes de irse informó a todo el mundo que se iba y que quería que me vigilarán e informarle cualquier cosa fuera de lo normal haciendo inca pié en las mujeres. A pesar de que me arriesgaba salí en busca de ella en ese día lluvioso, esperaba que me odiara pero por lo menos estaba molesta y así me encantaba, la hice mía y aproveché para hacer como si nada hubiera pasado.

Salíamos, iba a su casa, la visitaba en el trabajo y en sus días libres, con ella todo era tan fácil como respirar.

Todo iba bien hasta la amenaza de esa escoria.

Ahora tenía que estar más al pendiente tanto de mi novia cómo de mi bonita.

Esperaba que no me saliera el tiro por la culata. Y que todo saliera tal y como lo imaginaba.

Puto y mil veces puto ya dije... Aún así lo amo :p

Deseo OdiarteWhere stories live. Discover now