30 - "Sonrisas verdaderas"

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Era ya de noche. Jimin jugaba a las cartas con el papá de Yoongi, y este último lo observaba con una sonrisa junto a su madre. Los dos se sentían felices, llenos de paz y tranquilidad al estar viviendo un momento tan precioso como ese en el que Jimin fingía estar molesto porque el otro hombre había hecho trampa. En medio de los gritos y las risas, la señora acercó su silla a la de su hijo.


—Se llevan muy bien. Parecen dos niños pequeños.

—Sí, nunca había visto así a papá... o a Jimin.

—¿Cómo?

—Contentos. Digo, sé que fueron felices, pero nunca presencié algo como esto. No veo en ellos preocupaciones, ni dudas, ni nada.

—Jimin pasa muchos malos momentos, ¿verdad?

—Pues... sí. Así lo conocí, y--


Silencio. La señora Min lo miró fijamente. Conocía muy bien a su hijo como para saber que no quería seguir, ya que le daba vergüenza contar la historia completa. Interesada, puso una mano sobre su hombro, gesto que hizo que él, más que nervioso, tragara saliva.


—¿Qué pasa?

—Termina de contarme, no te diré nada.

—No es solo eso... Jimin no debe saberlo, aún no lo sabe.

—Bien, prometo que no le diré.

—Ya me gustaba él desde hacía varios años, pero jamás me animé a acercarme. Una noche, hace ya varios meses, lo oí llorar en su balcón y pedir un deseo. Lo hace todas las noches, y yo solo quise cumplirlo.

—¿Cuál era ese deseo, si se puede saber?

—Poder sonreír de verdad.


La mujer, más que enternecida, llevó una mano a su pecho y volvió a mirar al más joven de todos, quien reía a carcajadas con sus ojos llenos de lágrimas tras las bobas excusas que el señor Min inventaba para decir que su juego había sido completamente justo y limpio.


—Algo me dice que lo lograste.

—Logré varias cosas, no fue eso lo único que pidió. Sé que está mal, que nunca debí de haber escuchado lo que decía para sí mismo, pero--

—Lo amas, y quisiste hacer lo que estaba a tu alcance para que él pudiera estar mejor.

—¿No es un poco egoísta? Eso es lo que siempre me preocupó.

—¿Por qué lo sería?

—Bueno, me acerqué porque me gustaba, y cumplí sus deseos porque lo quiero.

—¿Y qué tiene de egoísta?

—Lo primero y principal siempre fue su bienestar, pero existía dentro de mí el anhelo de que alguna vez pudiera quererme de la misma forma en la que yo lo hacía.

—Pero lo hace. Sería egoísta si solo pensaras en tus propios deseos. ¿Sabes, Yoongi? Siempre fuiste un chico que priorizó a los demás más que a sí mismo. Es difícil creer que pensar en ti una vez no es un acto egoísta. Esto que me contaste es precioso. Si él lo supiera, sé que te querría mucho más.

—O que soy un acosador lunático o algo así. Además, ya sabe que me gustaba desde antes.

—Dudo mucho que crea eso.


El señor Min, de pronto, hizo su jugada final, que causó que él mismo terminara perdiendo. Suspiró.

Zero O'Clock [Yoonmin] ©Where stories live. Discover now