4 - "Valor"

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Apenas llegó la mañana de aquel viernes, Yoongi gruñó. Por lo general, despertar con la lluvia de fondo le agradaba, mas ese día todo se sentía de lo peor. Su garganta le dolía horriblemente, y el resfrío apenas le dejaba respirar. Quiso seguir durmiendo un rato más, pero el sonido del timbre se lo impidió. Intrigado, pues no recibía visitas de casi nadie, se paró y caminó hacia la puerta para abrirla.

Fue tal la sorpresa que se llevó al haber visto allí a Park Jimin, que por poco se desmayó.

El menor mordió su labio inferior, nervioso.



—Lo siento, ¿Te desperté?

—No, descuida.



Yoongi carraspeó. Su voz se escuchaba congestionada y ronca. Jimin lo miró, preocupado.



—Te hizo mal la lluvia...

—No es nada.

—Sí que lo es —miró hacia abajo, a la bolsa que tenía entre sus manos—. De hecho, te preparé un desayuno. Ya anoche pude notar que te enfermarías.

—Ah, no debiste...

—Es lo menos que puedo hacer por el favor que me hiciste. Además, saliste perjudicado. No puedo solamente agradecerte y no hacer nada más. Por favor, acéptalo.

—Muchas gracias.



Yoongi le sonrió dulcemente, tomó la bolsa entre sus manos y, en un intento de moverse para dejarla sobre la mesa, se tambaleó. Jimin caminó hacia él y tocó su frente.



—Dios, estás volando de fiebre... ¿Hay alguien aquí contigo?

—No, siempre he vivido solo.

—¿Me permites entrar un momento? Tengo una hora hasta que tenga que irme. Te serviré el desayuno y me iré.

—Pero--

—Tienes que ir a recostarte. Cuanto más tiempo pases levantado, peor será para tu salud.



Tras haberlo debatido durante unos cuantos segundos, el pelinegro asintió e ingresó a su apartamento junto al otro muchacho. En ese mismo instante, agradeció que todo se encontrara en orden.

Ya estando recostado y tapado nuevamente, Yoongi sólo aguardó a que Jimin ingresara a su cuarto con el desayuno. Cuando esto sucedió, el joven de cabellos castaños se sentó a su lado y le sonrió.



—Espero que te guste. Sé que con esto te sentirás mejor. Mamá solía prepararlo para mí cuando me enfermaba.

—Está delicioso, gracias —dijo luego de haber probado.

—Me alegra que así sea.



Jimin miró la hora en su celular y suspiró.



—¿Estarás bien? Tengo que ir al trabajo.

—Sí, no te preocupes. Gracias por esto, sé que mejoraré muy pronto.

—Espero que así sea.



Jimin se paró y estuvo a punto de irse, pero se quedó quieto en cuanto hubo divisado la pequeña maceta de violetas sobre uno de los muebles.



—¿Qué sucede?

—Es muy bonita. Siempre me gustaron las violetas.

—¿De verdad?



"¡Qué coincidencia!", pensó. Una agradable y preciosa coincidencia.

Yoongi pensó durante unos momentos. Tal vez, el día anterior no se había animado a regalarle aquella plantita, pero podía hacerlo ahora, cuando se había presentado la oportunidad.

Zero O'Clock [Yoonmin] ©Место, где живут истории. Откройте их для себя