12 - "Personas valiosas"

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Había días en los que salir de casa era un respiro para Jimin. Podía tomar aire fresco, caminar bajo el sol o reunirse con los pocos amigos que tenía en la universidad. Otros tantos, deseaba regresar a su casa lo antes posible. Y ese, esperaba, tenía que ser uno de los buenos.

Jimin todavía se sentía feliz por la cita que había tenido con Yoongi. Y, cuando uno se siente feliz, se nota por dentro y por fuera. El muchacho se había sentido de ánimos como para arreglarse bien y salir de su hogar con una sonrisa, como pocas veces sucedía. Contento, conectó sus auriculares a su celular y caminó hasta su trabajo escuchando sus canciones favoritas. Más tarde, repitió dicha acción cuando tuvo que salir hacia la universidad.

La primera clase del día había sido muy interesante. Jimin la terminó con una sonrisa. Sin embargo, mientras guardaba sus cosas para salir, escuchó unas voces detrás de él que lo hicieron tragar saliva pesadamente.

"Eres un adulto, no les prestes atención, ya eres grande", se repetía en su cabeza.

No obstante, un incómodo sentimiento se instaló en él, y no lo abandonó en toda la tarde. Mucho menos cuando esas voces se seguían oyendo en los pasillos, en el campus, la cafetería y demás clases.

Ya cuando llegó al final de la tercera clase del día, Jimin caminó apresuradamente hacia uno de los baños. Sentía cientos de lágrimas en sus ojos que amenazaban con salir, pero no quiso soltarlas. No por algo que creía que, para alguien de su edad, era estúpido. Sin embargo, después de haber revisado el lugar y de haberse cerciorado de que no había nadie más que él, sacó de su mochila unas toallitas húmedas que utilizaba para desinfectar sus manos. Luego de haber quitado una, soltó un profundo suspiro y empezó a quitar con cuidado la sombra de ojos que se había puesto esa mañana. Y cuando terminó con uno de sus ojos, se miró en el espejo y se quitó también su suéter. Era uno de color amarillo pastel y diminutos brillos. Lo guardó en su mochila y atinó a seguir quitando el maquillaje de su rostro, pero un ruido en la entrada lo hizo asustarse. Al haber girado su cabeza, se sintió aliviado al haber visto entrar a Seokjin al baño. Este le sonrió amistosamente.


—¡Hola, Jimin! ¿Cómo va todo?

—Uh... hola, Seokjin hyung.

—Tienes una clase conmigo ahora, ¿verdad? —preguntó y, mientras, se puso jabón para lavarse las manos.

—Sí, así es.

—Te noto un poco decaído... ¿te sientes bien?

—Estoy bien, no pasa nada.

—En caso de que necesites hablar con alguien... puedes contar conmigo, ¿sí?


Seokjin llevaba colgada en su cuello una credencial, que indicaba que era docente en la institución. Se la sacó y la guardó en su bolsillo.


—¿Ves? Olvídate de que soy un profesor. Puedo ser tu amigo, si lo necesitas.

—Gracias, hyung. —sonrió y secó una pequeña lágrima.

—Escucha, si así lo necesitas, puedes faltar a mi clase. No marcaré en mi registro que te has ausentado, y te llevaré a tu casa lo que hemos visto.

—Ah, eso sería demasiado... —susurró con timidez y continuó quitando su maquillaje.

—Por supuesto que no.

—Entonces... me temo que lo haré. Gracias.

—No es nada. ¿Seguro que no quieres hablar?

—Pues... no lo sé.

Zero O'Clock [Yoonmin] ©Where stories live. Discover now