9 - "Disculpas"

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A pesar de la suave música que había estado sonando en el interior del apartamento, no podía escucharse nada más. Los dos chicos se miraron a los ojos hasta que la hora cambió a las doce y un minuto, y recién entonces el mayor de los dos giró su cabeza para romper el contacto visual. Jimin atinó a avanzar un paso hacia él, y Yoongi retrocedió inconscientemente.



—Lo siento.

—Yoongi--

—Lo siento —repitió y se inclinó hacia adelante, pidiendo disculpas.



Antes de que Jimin pudiera decir algo más para retenerlo, Yoongi, temeroso, tomó sus pertenencias —solamente sus llaves y su teléfono— y se marchó hacia su hogar. Jimin corrió hacia la puerta, mas se detuvo ante ella sin abrirla. Quería seguir a Yoongi y preguntarle por qué se había disculpado o qué había pasado, pero sabía que no podía presionarlo demasiado.

Desde que lo había visto por primera vez, fue bastante evidente para Jimin el hecho de que Yoongi fuera una persona introvertida. Él también lo había sido, y sabía exactamente que ser perseguido en un momento así podría ser molesto o asfixiante.

Pero él seguiría preguntándose qué cosa había, para el otro salido mal.

Por otro lado, Yoongi, agitado por haber huido de una manera tan rápida, tironeó de sus cabellos y se dejó caer de cara sobre su sillón. Se quedó allí durante casi una hora, pensando en todo lo que había sucedido esa noche.

Todo había marchado perfecto: habían reído sin parar durante la cena, habían apagado las velas y cortado el pastel —y Jimin no había deseado nada, pues había dicho que se sentía feliz y que no necesitaba nada más—, habían brindado y bebido juntos, y habían salido a pedir deseos a las estrellas. Fue entonces que todo se había descontrolado, al menos, para Yoongi.

Él siempre había deseado besar al menos una vez a Jimin. No lo había querido con fines lujuriosos, sino que lo había querido para demostrarle lo que sentía. Siempre había querido besar sus labios para, por medio del contacto, hacerle saber acerca de sus fuertes latidos del corazón; de sus tantas sonrisas tras haberlo visto a lo lejos, del cosquilleo en su estómago cuando llegaba a escuchar su voz y del inmenso cariño que crecía día a día. Ahora que lo había hecho, en lugar de sentirse realizado, Yoongi se había aterrado.

¿Y si Jimin no quería?

¿Y si no le había gustado?

¿Y si él realmente no pretendía ser más que un amigo?

Pero... ¿y si, después del beso, dejaba de hablarle? Sabía que eso definitivamente le dolería más que cualquier otra cosa.

🌟

La mañana había llegado. Yoongi había despertado y se había preparado, todo con la esperanza —aunque no del todo porque, a la vez, deseaba todo lo contrario— de no toparse con Jimin. Sabía que, de  hacerlo, sería incómodo; que probablemente sería una burla o que el otro ni siquiera tendría deseos de seguir relacionándose con él. Sin embargo, mientras todo esto se repetía en su mente, fue a Jimin a quien vio en el ascensor al haber subido. En silencio, lo saludó con un asentimiento de su cabeza.

Las puertas del elevador se cerraron, y el silencio se hizo todavía más notable. Jimin miró a Yoongi con atención y notó cómo este intentaba evitar verlo a toda costa. El menor, entonces, carraspeó.



—¿Vas... al trabajo?

—Uhm... sí, hoy solamente trabajo en la biblioteca.

—Entonces, podemos ir a la universidad juntos, ¿qué te parece?

Zero O'Clock [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora