34 - "Compañía"

222 40 6
                                    

Tras haber llegado del trabajo, Yoongi cerró la puerta de su apartamento, dejó sus llaves sobre la mesa, su mochila en el sillón, y se dejó caer a un lado de ella, desganado. Desde hacía ya cuatro días que todo en su hogar se sentía increíblemente vacío, apagado, sin vida. No había risas, ni llamadas antes de dormir, ni compañía durante la cena, ni ruidos en el balcón. La ausencia de Jimin se sentía como la ausencia de todo para Yoongi. No le gustaba exagerar, pero no era mentira decir que no se sentía con ánimos de hacer nada.

Un tembloroso suspiro se escapó de entre los labios del pelinegro. Era ya el milésimo en el día. Él sabía muy bien que, probablemente, aquello anunciaba que nuevas lágrimas caerían de sus ojos, pero no tenía caso llorar por algo que no podía arreglarse. Sin embargo, su tristeza era tanta, que no se sentía capaz de levantarse de donde estaba. No tenía ganas de cenar, ni de dormir, ni de divertirse. Para él, nada de eso tendría sentido, pues lo que realmente lo motivaba a seguir adelante ahora se encontraba muy lejos de su alcance. Desganado, el chico clavó su mirada en un punto de la pared de su sala, y se quedó así unos largos minutos, hasta que el sonido de unos golpes en su puerta lo sacaron de su ensimismamiento. Con el mismo pesar, el joven se puso de pie y abrió la puerta. Del otro lado, Seokjin lo saludó con una cálida, pero triste sonrisa; esto no era muy común en él, lo cual le terminó de decir al pelinegro que las noticias ya habían llegado a oídos de su mejor amigo. Sin decir nada, lo hizo pasar y, cuando estuvo dentro, cerró la puerta.


—Supongo que ya lo sabes... —dijo Yoongi.

—Lo escuché de unos alumnos. No lo creí, pero volví a escucharlo en la radio, hace un rato. Quise pasar a ver cómo estabas.


Yoongi, en silencio, regresó al lugar en el que estaba, en el sillón. Seokjin lo siguió y, preocupado, tomó una de sus manos y la apretó con firmeza, como para hacerle saber que tenía todo su apoyo.


—¿Alguna vez te sentiste perdido, hyung? ¿Nunca sentiste que, sin importar a dónde vayas o qué hagas, nada tendrá el resultado que esperas?

—Yoongi...

—Abrí la puerta, creí que eras tú, que habías regresado a buscar tus llaves... Era su madre, se metió a mi casa y lo forzó a marcharse con ella. Lo hirió tanto, que lo hizo estallar. Nunca, jamás lo vi tan triste, tan deshecho, Seokjin. Estaba tan mal, y yo no podía hacer nada al respecto. Intenté dialogar con ella, él le dijo todo lo que tenía para decirle, pero están cegados. No hay caso, no hay forma de decirles cómo se siente él, qué es lo que tanto arruinan con sus actitudes.

—Lo siento mucho, lo siento por los dos, amigo. Esto es muy injusto. ¿Sabes en dónde está, ahora?

—No, no tengo idea. Intenté enviarle mensajes, pero no le llegan. Supongo que le quitaron su teléfono.

—¿No podríamos denunciar todo esto? Después de todo, este edificio tiene cámaras. Si pudieron captar la imagen de la señora cuando entró a tu casa sin permiso, si pudieras decir exactamente qué sucedió--

—Lo haría sin dudarlo, pero, si hicieron esto, probablemente se hayan asegurado de que ninguna denuncia pudiera contra ellos. Además, sabes que, sea donde sea, el dinero es mucho más poderoso que la verdad o la justicia. Con pruebas o no, puede que salga perdiendo solo por el poder adquisitivo y la influencia de los Park en la sociedad.

—Me temo que tienes razón. Sin embargo, si te puedo ayudar de alguna forma, solo dime.


Yoongi negó suavemente con la cabeza.

Zero O'Clock [Yoonmin] ©Where stories live. Discover now