Capítulo 21.

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Irritante y estúpido dragón. (Jiang Cheng)

Había pasado un mes desde que lo encontramos tirado a la orilla del mar a ese dragón idiota. Mi madre había conseguido que el clan de los elfos nos dejaran quedarnos en un área desierta de la isla, podríamos construir y establecernos hasta que las cosas volvieran a su curso natural, al parecer mi madre tenía una fuerte amistad con la líder del clan e incluso YanLi estaba comprometida con el hijo mayor de esta (El cual si soy sincero, es un completo idiota). Volviendo al estúpido dragón, no sabía por qué lo estaba escondiendo realmente, y por sobre todo, no entendía por qué lo estaba cuidando tan diligentemente, pero durante toda una semana me he dirigido día a día cuidando de él, tratando sus heridas e intentando saber qué pasa con su memoria. Aunque a veces creo que solo es un poco idiota y no tiene nada que ver con una lesión, pero después de todo lo encontramos gravemente herido y ni siquiera sabía que es un dragón, sin mencionar que no tiene, ni muestra, ni una pizca de odio hacia mí o hacia YanLi. Es obvio que ha perdido su memoria o simplemente habría tomado la oportunidad de matarnos desde hace tiempo, realmente desde que le vi, ni siquiera sentí un ápice de alerta frente a él; es él, simplemente tiene un aura de complacencia y tranquilidad muy fuerte rodeándolo, como si todo él, fuera el ser más puro que existiera, como un jade pulido por mil años, una joya creada para ser admirada en lo más alto. Pero es ese sentimiento el que también lo vuelve estúpidamente irritante, eso y su estúpida sonrisa llena de amabilidad.

La noche había caído de hace unas horas, la luna brillaba en lo alto del cielo y sin darme cuenta mis pies me habían encaminado justo en la dirección hacía esa cueva. Negué resignado y me detuve justo en frente, mire fijamente entre la oscuridad del lugar, el entorno calmado y los suaves sonidos de las olas nocturnas rompiendo en la orilla del mar, por alguna razón el conjunto de estas hacía parecer que estaba a punto de entrar a un espacio mágico. Pero tal vez era solo el que volvía una fría y lúgubre cueva, un lugar cálido y mágico en medio de la nada. Entre lentamente, camine unos pasos hasta poder ver una tenue luz dentro, la cueva era profunda y la luz no se asomaba a la entrada, cuando pude divisarlo, él estaba parado, mirando una larga y fina cinta en sus manos, tal vez intentando recobrar sus recuerdos, o tal vez ya lo había hecho, pero en vez de tener miedo, solo pude sentir como mi corazón se aceleraba mientras miraba su elegante figura contrastar contra las llamas y esa oscuridad penetrante del lugar. Era simplemente hermoso de admirar, pero aquellos pensamientos jamás saldrían de mi boca, no es algo que mi orgullo me permita, menos para alguien como él. Carraspee la garganta cuando me encontré a solo unos pasos de él, se notaba lo sumergido que estaba en sus pensamientos al no percatarse de mi intromisión tan descarada, él simplemente levanto la mirada dirigiéndola hacia mí y como siempre, una estúpida sonrisa amable y deslumbrante apareció en su rostro. —Jiang Cheng gongzu, ¿Qué le trae tan tarde?

Le miré fijamente por un momento luego de que sus palabras retumbaran una y otra vez en mi cabeza, ¿Qué es lo que estaba haciendo? ¿Realmente por qué estaba allí? No pude evitar fruncir el entrecejo, camine lentamente hace un costado ignorando su pregunta y me senté cruzando brazos y piernas, mirando el fuego fijamente y bufando con resignación ante mi estúpida condición. —Solo vine, ¿Algún problema con ello? ¿Acaso no puedo venir? Eres un peligro para nosotros ¿sabes? Tengo que vigilarte para asegurarme de que no harás nada estúpido.

Desvíe la mirada a un punto ciego intentando no delatar mi vergüenza, ¿vigilarlo? Que rayos estaba diciendo, durante un mes no ha salido de la cueva solo porque le dijimos que causaría problemas, él simplemente ha seguido cada mandato que le hemos puesto, es tan jodidamente amable. Pero ¿Qué puedo hacer? ¿Decir que mi conciencia me trajo aquí porque me siento cómodo y reconfortado a su lado? Esto es realmente una locura, mis emociones y mi cuerpo están totalmente locos. Tal vez soy yo el que está enfermo o se golpeó la cabeza. Negué resoplando y bajé mi mirada a mis manos, sin atreverme a mirarlo, solo escuchando sus tranquilos pasos. —¿Es así? Entonces Jiang Cheng gongzu puede estar tranquilo, como lo prometí, no he puesto un pie fuera de la cueva. Pero me alegra que allá venido...

Mi corazón latió con fuertes golpes en mi pecho, tan fuerte que estaba seguro de que él podría escucharlo si se acercaba un poco, pero aquellas últimas palabras hicieron que diera un gran vuelco y mi mirada no pudo evitar posarse fijamente en sus ojos, aquellos orbes castaños claros, que reflejaban todo lo bueno de este mundo. Y aunque sentí el calor subir a mis mejillas, no pude evitar su mirada y preguntar. —¿Por qué?

Él sonrió cálidamente, sus labios y sus ojos formaban pequeñas medias lunas, el fuego iluminaba su mirada dando un toque celestial, aquella luz se reflejaba en su piel resaltando como un inmaculado jade blanco que me robaba el aliento, pero no pude hacer más que quedarme completamente inmóvil esperando su respuesta con demasiada ansia. —Porque su compañía siempre es grata para alguien como yo. Jiang Cheng gongzu, tal vez suene atrevido y me disculpo de ante mano, pero por alguna razón siento que es mi destino y mi suerte haberme topado con usted, me trasmite un sentimiento de tranquilidad que no creo encontrar en otra parte, ni con otra persona.

Sus ojos me miraban fijamente mientras cada palabra salía de su boca con seriedad, y a pesar de esa seriedad, estas estaban cargadas de una calidez que acariciaba mi alma y mi corazón con ternura. Mi cuerpo se estremeció ante ellas y cuando una sonrisa volvió a aparecer ante la falta de mi respuesta, sentí como todo el mundo a mi alrededor se congeló, solo estábamos él y yo, en esa cueva, junto a una fogata en medio de la noche. Los latidos de mi corazón se aceleraron, un tambor retumbo una y otra vez en mis oídos, no necesitaba decir nada, ni para él ni para mí, sabía que mis ojos habían hablado y mi corazón me traicionaba vilmente. Había caído, había caído entre las garras de un irritante y estúpido dragón de jade. Y cuando me percate de ello, mi cuerpo entero se tensó, me pare abruptamente mirándole a los ojos y salí corriendo lo más rápido que pude hasta llegar a la orilla del mar. —Perfecto Jiang Cheng, eres un idiota, te enamoraste de tu propio enemigo, solo espera que recobre la memoria, jamás volverá a sonreírte de esa manera.

Mire fijamente hacia el infinito mar, el cielo estaba completamente estrellado, y mi corazón que latía fuertemente, empezó lentamente a contraerse con la idea de que todo esto no era más que un estúpido error. No podía sentir lo que estaba sintiendo, no podía perder la razón. Él es el enemigo, es quien masacro a todos mis amigos, es quien sin piedad arraso con mi gente, ¿Cómo puedo siquiera imaginar amar a alguien como él?

Sentí una fuerte punzada en el pecho y desvié mi mirada dirigiéndola a aquella cueva, si, él es el enemigo. Pero aquella sonrisa, esos ojos cálidos ¿Por qué no son como los de un asesino? ¿Por qué no puedo verlos tan despreciables como aquellos en mis recuerdos? Si tan solo mostrará una pizca de maldad en ellos, pero todo lo que rodea a ese irritante y estúpido dragón, es un aura de bondad y calidez, que nadie más puede tener.

El canto del corazónUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum