Capítulo 07.

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Primer latido, la melodía del corazón. (Lan Wangji)

Mire la cinta atada en su muñeca, Wei Ying levanto la mano y señalo las letras en la punta de la cinta, no pude evitar sonreír y deslicé mis dedos por el bordado rozando suavemente los suyos. — Lan Zhan, mi nombre es Lan Zhan, soy el segundo heredero del clan Lan Dragón y soy tu Tao...

Él me miro confuso, miro fijamente la cinta y una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Le miré fijamente en espera de su reacción, de su respuesta. Porque por alguna razón, su voz era tan dulce y apacible en mis oídos, que agitaba fuertemente toda clase de sentimientos en mi interior. Pero solo basto un segundo en donde lo recordé con la mirada, para darme cuenta de que algo no estaba bien. La ropa que portaba estaba mojada y se pegaba a su cuerpo resaltando su figura, lo que me hizo preocupar de una forma alarmante, su contextura era delgada, pero aquella delgadez visible ante la tela que lo cubría era realmente preocupante. Mi corazón se oprimió y aunque portaba una radiante sonrisa mirando y jugueteando con la cinta en su muñeca, yo no podía dejar de preocuparme y pensar cuanto debió haber sufrido estos años, ¿Por qué espere tanto tiempo para venir por él? Suspire negando y su melódica voz me saco de mis pensamientos. —Lan Zhan... ¿Qué es Tao? ¿Por qué estás aquí?

Levante la mirada ante su pregunta y tome su mano apoyándola en mi pecho. Él me miro confuso, pero no retiro su mano, tenía que explicarle y esperaba que de esta manera fuese claro para él. —Tao, es el complemento de un alma... la historia cuenta que cuando el universo mágico se creó, cada alma fue dividida en dos para así solo aquellos que encontraran su complemento fuesen merecedores de descubrir el verdadero poder de la existencia. El tao es la unión de dos almas gemelas, es la complementación perfecta en el equilibrio, pero aun así, por más que las dos partes del alma se encuentren, solo si ambas están dispuestas a ser uno, solo de esa forma el Tao cumple su función.

Wei Ying deslizo lentamente su mano hasta mi corazón, miro fijamente por un momento y luego dirigió su mirada a mis ojos. —¿Cómo sabe Lan Zhan que soy su tao?

Pose mi mano sobre la de él suavemente mirándole a los ojos, acaricie con mis dedos la parte posterior de la misma y cerré los ojos concentrándome en el torbellino de sentimientos que desataba su sola presencia. —Los latidos...

Abrí los ojos mirándole con anhelo. —El día que vi a Wei Ying por primera vez, mis latidos fueron irregulares, creí que estaba enfermo o qué tal vez la molestia de los actos de aquellos hombres habían causado una revuelta en mis emociones. Pero luego mis latidos nuevamente fueron irregulares y mi corazón dolió punzante cuando aquellos hombres dañaban a Wei Ying. El tercer latido fue cuando Wei Ying dijo que mis ojos eran como el sol, estaba furioso por los sucesos, pero Wei Ying sonrió y todo lo demás se esfumó. Luego pasaron cincuenta años y volví a ver a Wei Ying, luego de muchos años mi corazón volvió a saltar irregularmente, nada más hace que golpee de esta forma, solo Wei Ying, y por más que no te conozco, solo cuando tu mirada se conecta con la mía, siento verdadera paz...

Vi como una sonrisa tímida se formó en los labios de Wei Ying, dio dos pasos hacia mí quedando a solo unos centímetros y bajo un poco su cabeza apoyándola justo donde estaba su mano. Me sorprendí cuando su cabello cosquilleo mi mentón, pero no me atreví a moverme, él volvió a su posición actual y tomo mi mano apoyándola en su pecho. No supe que hacer, estaba completamente congelado ante sus actos, pero un tamboreó rápido y constante me sacudió con fuerzas y su dulce voz calentó mi alma. —Wei Ying también es igual, también tiene un tambor en el pecho cada vez que ve a Lan Zhan... Lan Zhan es el único que no cree que Wei Ying es un monstruo, el único que me ha mirado con esos ojos cálidos como el sol.

Sonrió radiantemente, pero una pequeña y traviesa lágrima se deslizó por su mejilla convirtiéndose en una hermosa perla al separarse de su piel. No me atreví a moverme, sus palabras eran un balde de agua fría y un puñal directo en el corazón. Wei Ying me sonreía cálidamente, con anhelo de por primera vez en su vida no ser odiado ni despreciado y, solo el pensar en lo que había hecho toda mi vida a su especie hacia que mi corazón se oprimiera con fuerza en dolor. Y ante los pensamientos, mire el cielo y los primeros rayos de luz anunciaban un trágico desenlace si no lo sacaba de allí. —Yo... Wei Ying jamás podría ser un monstruo, los demás están equivocados y te prometo que lo demostraré, pero hasta entonces, Wei Ying debe ocultarse muy bien, Wei Ying debe irse de aquí...

Wei Ying asintió con una mirada de nostalgia e incredulidad, sabía que era muy probable que no confiase en mis palabras, pero estaba decidido, haría todo lo posible por demostrar la inocencia de Wei Ying y de su especie, porque por más que intentara comprender, no había forma de creer realmente que aquellos seres eran unos monstruos como nos lo han hecho ver durante tantos miles de años. —Wei Ying siempre se ha escondido, está bien para Wei Ying seguir así, aun si son cincuenta o cien años más, está bien... ¿Pero Lan Zhan volverá a buscarme otra vez?

Sonreí asintiendo y tomé su mano besando él su palma en forma de aceptarle como mi tao. Una pequeña luz se formó entre mis labios y en la palma de su mano al retirar mis labios, una pequeña flor de peonía blanca se formó en ella como símbolo de mi aceptación. Tendí mi mano dedicándole una leve sonrisa. —Wei Ying debe hacer lo mismo para sellar el pacto y ser mi Tao, pero Wei Ying no está obligado a hacerlo y aun si no lo haces yo siempre cuidaré de ti desde ahora en más, aun si el tiempo pasa, siempre iré a ti, sin importar que tan lejos este...

Wei Ying miro su mano y sonrió llevándola a su pecho, tomo la mía y sus suaves labios se presionaron en mi palma. La pequeña peonía blanca apareció en mí, el pacto había sido sellado completamente con éxito, ambas almas se reconocían, él era mi tao por completo y justo en el momento que nuestras manos se volvieron a tocar, una corriente recorrió mi cuerpo llenando mi pecho de un calor desbordante. Él apretó fuertemente su mano en el pecho dejándome ver que sentía lo mismo, me miro con una cálida y deslumbrante sonrisa que termino en una risa cosquilleante en mis oídos. Jale su mano apegándoles a mí, su cuerpo y el mío se estremecieron al contacto, pero ni uno de los dos hizo algo por rechazar al otro, Wei Ying me miro fijamente un poco sorprendido y con algo de timidez, y aunque también me sentía de la misma forma, el tiempo pasaba y debía sacarle de allí antes de que el clan Lan llegara a cazarle. —Debemos ir...

Asintió en respuesta, lo tomé fuertemente entre mis brazos llevando una mano a su cintura y otra bajo sus piernas, él se sujetó firmemente de mí y oculto su mirada entre mi cuello. Los latidos de mi corazón retumbaban con fuerza y estaba seguro de que él los escuchaba, pero los suyos corrían a la par de los míos en un baile interminable lleno de emociones. —¿Wei Ying, tiene miedo? ¿Es muy alto?

Él asintió y miro hacía abajo, habíamos sobrepasado las nubes y a pesar de que amaba el viento golpear en mi rostro y el hermoso paisaje entre las nubes, no quería que él estuviese asustado, por lo que intente apresurarme en llevarle lo más lejos posible. —Es alto, Wei Ying siempre está en agua, ahora estamos muy lejos del agua...

Me detuve un momento en el aire y le separé un poco de mi cuello. Sus ojos estaban cerrados con fuerza y sus brazos estaban firmes rodeándome. —Wei Ying... mira

El crepúsculo al amanecer es totalmente hermoso y más cuando lo ves desde el mejor lugar. Wei Ying abrió lentamente sus ojos y su mirada se iluminó dejando ver una hermosa y radiante sonrisa que opacaba cualquier paisaje. —Es... hermoso

Me miro emocionado con sus ojos brillantes y volvió abrazarme susurrando levemente. —¿Lan Zhan, donde iré?

Suspire profundo con gran pesar en mi corazón y apoye mi cabeza sobre la de él. —Al mar este... es territorio de tu especie, te llevaré lo más profundo que pueda, luego debes nadar lo más lejos y hondo que puedas, Wei Ying, solo nada sin pensar en algo más, yo prometo que te encontraré una vez esté malentendido termine y, cuando así sea jamás tendrás que volver a esconderte.

Wei Ying asintió, pero sentí como las cálidas lágrimas mojaron mi hombro y luego una hermosa melodía se coló por mis oídos. Wei Ying cantaba suavemente mientras se afirmaba con fuerza a mí, me congele en el instante y detuve mi vuelo. Wei Ying no se movió, canto suavemente hasta que sus hipidos se calmaron. Sentí un calor abrazador en mi alma y una turba de emociones llenar mi pecho. Siempre había escuchado que el canto de una sirena era mortal, pero justo en este momento Wei Ying cantaba en mi oído y sentía como todo mi cuerpo se llenaba de energía y fuerzas. No dije nada, solo seguí mi camino escuchando atentamente cada sonido que salía de Wei Ying hasta que se detuvo. —Es hermosa...

Wei Ying me miro sonriendo y asintió acomodándose nuevamente entre mi cuello. —Wei Ying le da su voz a Lan Zhan y, ahora tienes mi corazón...

No entendí sus palabras, pero fueron como una caricia a mi alma y mi corazón, no pude evitar sonreír y lo apreté fuertemente entre mis brazos reacio a la idea de tener que dejarle ir nuevamente.

El canto del corazónWhere stories live. Discover now