Cap. 43: Sin arrepentimientos (Parte II)

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¿Lo había escuchado bien? ¿Le dijo que la amaba?

La castaña lo miraba con la boca levemente abierta de la impresión, más aún porque podía verlo en sus ojos dorados, él la amaba. Y ella...

Y ella lo amaba a él. 

Pero al parecer su cuerpo no quería reaccionar y no salían las palabras de su boca. Sintió sus labios ser atrapados por los suyos nuevamente con tal intensidad que la hizo erizarse de pies a cabeza, hasta dejarla sin aire.

- Yo también... - Le habló rozando sus labios al recobrar el aliento.

- ¿Tú también qué? - La levantó haciendo que la castaña lo rodeara con sus piernas. Rin lo miró con los ojos entrecerrados y una inevitable sonrisa, Mientras él mordía levemente su cuello.

- ¡Ahh!

- Dilo, quiero escucharlo. - Tomó su mandíbula para mirarla fijamente a los ojos. 

- Yo también... Te amo.

El peliblanco sonrió de lado y la recargó con firmeza contra la pared mientras devoraba sin piedad alguna su cuello, haciendo que suaves gemidos escaparan de la boca de la castaña.

Le sacó la delicada polera que llevaba mientras bajaba sus besos por entre sus pechos, Rin lo escuchó ahogar un gruñido contra ellos y morder y lamer todo a su paso.

- Ahh, Sesshomaru...

Caminó con ella a cuestas hasta su habitación, mientras Rin le sacaba su corbata y abría su camisa para poder recorrer todo el fuerte y musculoso torso que tenía a su disposición.

Él la dejó caer sobre la cama y le quitó sus jeans mientras se abalanzaba sobre ella como un león apunto de devorar a su presa. Estaba ansioso y deseoso de ella como nunca antes, quería probar cada rincón de su ser, hacerla vibrar y escucharla gemir de placer, la necesitaba.

Lamía y succionaba uno de sus pechos, jugando con su lengua con esa protuberancia rosa que se endureció al sentirlo, mientras masajeaba el otro con su mano, la que fue bajando lentamente por su vientre, disfrutando como su piel se erizaba bajo él, hasta colar su mano por debajo de su ropa interior. Se relamió sus labios al sentirla completamente humedecida, recorrió sus pliegues íntimos de arriba a abajo, tocó y jugó con esa parte tan sensible suya y la profanó con sus dedos logrando que la castaña se estremeciera bajo él.

El peliblanco comenzó a bajar sus besos por su cuerpo, hasta llegar a su entrepierna, se deshizo de esa pequeña prenda que aún había entre ellos y la recorrió por completo con su lengua y su boca afirmando fuertemente esas piernas extremadamente suaves que tanto había extrañado y que ahora rodeaban su cuello justo como en las fantasías que lo estuvieron atormentado por incontables noches, mientras Rin sentía cómo una ola de placer la golpeaba nublándole la razón al sentir como él la follaba exquisitamente con su lengua.

- Oh por dios, Sesshomaru... No... No te detengas... - Pidió entre jadeos al sentir como las sensaciones de ese inevitable orgasmo la tenían al borde de la locura. - Ahhh... ¡Ahhhhhh!

El albino gimió contra ella al escuchar esos dulces jadeos que lo calentaban a un extremo. Verla desbordada en placer de esa forma, arqueado su espalda y escucharla gemir su nombre lo tenían tan excitado que sentía que su erección no dejaba de aumentar hasta el punto de ser levemente dolorosa.

- Deliciosa... - Soltó en un ronco jadeo mientras se saboreaba de sus fluidos, haciéndola sonrojar aún más de lo que ya estaba. 

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