Cap. 23: Enmendando errores

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Rin volvió a su casa esa tarde y revisaba su celular cada cierto tiempo... ni siquiera sabía por qué, era obvio que él no iba a hablarle. Si en estos días no le había enviado ni un mensaje, menos lo haría después de su conversación en la oficina. Después de todo, fue ella quien le dijo que mejor no hablaran... fue lo mejor, se había comportado como un idiota... Y estaba comenzando a pensar que la razón de su comportamiento era porque simplemente se había aburrido de ella.

Se sentía sin ánimos de nada, después de cenar con Kagome se fue a su habitación y se recostó en su cama. Aún era muy temprano para dormir y necesitaba distraerse, así que se levantó, tomó sus pinturas y sus pinceles al igual que las tardes anteriores y se sentó en frente a un pequeño atril que tenía en su pieza a terminar la pintura en la que llevaba algunos días ensimismada.

Se puso sus audífonos y música fuerte y finalmente pudo desconectarse un poco de todo lo que pasaba. No notó cuánto tiempo pasó, pero al rato, los gritos de Kagome la distrajeron.

- ¡Rin! - Se sacó sus audífonos para escucharla. - Están tocando la puerta, ¿Puedes ir? No me quiero levantar. - Le gritó desde su habitación.

- Debe ser para ti, yo no estoy esperando a nadie. - Contestó y volvió a ponerse sus audífonos sin prestarle mayor atención.

- Ahg. Está bien. - Respondió resignada entre dientes y se dirigió hacia la puerta. 

- Sesshomaru, hola. - "¿Cómo que no estaba esperando a nadie? Hmp. Me engañó." Pensó Kagome.

- Hola, ¿Está Rin?

- Si, está en su habitación ¿Quieres que la llame o...?

- ¿Puedo pasar?

- Si, claro, pasa. 

Kagome volvió a su habitación y Sesshomaru fue hasta la de Rin. Su puerta estaba abierta y se quedó parado en silencio, con los brazos cruzados, apoyado contra el marco de la puerta, observando embelesado la bella imagen que tenía en frente.

Rin no se percató de su presencia, estaba demasiado concentrada en lo que hacía y la música fuerte en sus audífonos no la dejaban escuchar nada más. Él se aprovechó de eso para verla con detenimiento; llevaba uno de sus diminutos pijamas que lo hacían babear, su short con suerte cubría todo su trasero y para su mayor tortura, la manera en que estaba sentada, dejaba al descubierto parte de él y su polera de tirantes le daba un exquisito vistazo a su escote, lo suficiente para notar que no llevaba más ropa interior bajo ella, que cubriera sus deliciosos pechos. Tuvo que tragar saliva al sentir que todos sus pensamientos se nublaban al tenerla en frente... Rápidamente había olvidado todo lo que tanto había pensado en decirle.

Desvió su mirada de sus peligrosas curvas para centrarse en ella, tenía su cabello tomado en un moño alto algo desordenado, se veía preciosa y podía ver con más libertad su perfil perfecto... Le causó gracia que de alguna forma, tuviera pintura hasta en la cara, no pudo evitar sonreír levemente al notarlo y al ver también la forma en que arrugaba su nariz y ladeaba ligeramente la cabeza cuando no quedaba conforme con algo de lo que hacía y como sonreía tiernamente cuando algo le gustaba. No pudo evitar sentirse admirado por la precisión con la que movía sus pinceles, con una delicadeza que nunca había visto en alguien más... La escuchó murmurar suavemente al ritmo de la canción que escuchaba y sintió como su suave voz tranquilizaba su corazón. En ese momento sintió que por fin se sentía en calma. Pensó que podría quedarse ahí parado, viéndola por horas si pudiera... Pero en cualquier momento ella se iba a dar cuenta de que él estaba ahí y probablemente se molestaría por verlo... Seguramente aún estaba enojada, esperaba que al menos quisiera hablar y no lo echara enseguida.

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