Cap. 18: La verdad de Rin (Parte III)

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Aunque era difícil y nuevo para los dos, con el paso de los días fueron acercándose cada vez más. Aunque a pedido de Rin, en las oficinas mantenían la distancia para no llamar la atención de nadie y si bien ambos tenían vidas bastante ocupadas, siempre encontraban algún momento para pasar juntos y olvidar todo lo demás. Además, poco a poco la castaña fue abriendo su vida a Sesshomaru, como nunca antes había hecho con alguien, además de Kagome. Decidió que dejaría todos sus miedos atrás, porque por él valía la pena arriesgarse.

- ¿Hoy también tendrás que quedarte hasta más tarde? - Le preguntó Rin.

- No, quería invitarte a cenar a mi departamento.

- Me parece una excelente idea señor Sesshomaru. - Le dijo sonriendo coquetamente. Él le sonrió levemente de lado, con ella no podía evitarlo, es que todo lo que hacía le fascinaba. - Pero tengo que ir antes al hospital, me llamaron para avisarme que debo ir a firmar algunos papeles, así que tendré que irme después de eso y te veo allá, no me tomará mucho tiempo.

- O puedo acompañarte.

- No es necesario, te aburrirás. Además el hospital me queda a un par de cuadras, puedo caminar hasta allá y luego tomaré un taxi, será rápido.

- Déjame llevarte, siempre vas sola...

- Está bieeen. - Sonrió. - Así podrás conocer a mi hermano... creo que se llevarán bien, él tampoco es muy conversador. - Sesshomaru la miró con seriedad, Rin no pudo evitar soltar una risa. - ¡Es una broma! No me mires así.

- Eres rara, Rin... - La castaña no paró de reír y rodó los ojos ante la falta de humor de su peliblanco.

Fueron juntos al hospital y se estacionaron afuera

- ¿Prefieres esperarme aquí? ¿O me quieres acompañar hasta adentro? -Preguntó Ella.

- Te acompaño. - Respondió mientras bajaba del auto. 

Le abrió la puerta a la castaña, caminaron juntos hasta entrar en el hospital.

- Hola, me llamaron para firmar unos documentos a nombre de Kimura Dai. - Preguntó en una ventanilla de información.

- Hola, si, los dejamos al pie de su cama. Cuando los tenga listos puede pasar a dejarlos aquí. ¡Muchas gracias!

- Bueno, gracias a usted. - Respondió amablemente y siguió su camino, cuando de pronto escuchó que alguien le hablaba.

- ¡Rin!

Sesshomaru miró de reojo y se encontró con un hombre de su edad, o quizás un par de años menor que él, de pelo negro y rostro desagradablemente sonriente. Hizo una disimulada mueca de molestia al notar la familiaridad con la que ese hombre la llamaba y lo apresurado que comenzó a caminar hacia ella.

- Hola Doctor Suikotsu. - Saludó Rin con normalidad.

- ¿Cómo estás? ¿Hoy no le traes flores a Dai?

- Bien, gracias... Ehm, no... salí con algo de prisa y no alcancé a pasar a la florería. - Respondió pensando en si debía presentar o no a Sesshomaru, pero cuando se volteo a verlo, notó que él estaba mirando hacia otro lado, así que pensó que mejor no lo molestaría, sabía bien que no le gustaba mucho relacionarse con más gente.

- Bueno, con tu presencia es más que suficiente. - Le dijo sonriendo. Sesshomaru entrecerró sus ojos con molestia. - Además, las que trajiste la última vez aún están bien. 

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