Cap. 30: Resistencia

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- Así que mañana regresa Sesshomaru, ¿Estas feliz? - Preguntó Kagome.

- Si, lo extraño, hemos hablado muy poco estos días...- Kagome soltó una risita, Rin la miró extrañada. - ¿Qué?

- Llevan un poco más de una semana sin verse y lo extrañas demasiado. Te dije que cuando menos te lo esperaras ibas a terminar más enamorada que cualquiera. - La castaña sonrió al escucharla. - Tienes que admitir que siempre tengo la razón...

- Está bien, lo acepto... Siempre tienes razón.

- Lo sé. - Le dijo riendo. - Antes de que lo olvide, llegó una carta para ti.

- ¿Una carta? Hm, qué raro. 

Rin la tomó y abrió el sobre, no pudo evitar su cara de sorpresa y las mil emociones que sintió al ver lo que decía en esa carta. Su rostro palideció levemente a medida que la leía, eran buenas noticias, pero aún así... Era un tema que no quería seguir reviviendo...

Rin, ¿Estás bien? ¿Qué pasó?

- Si... Estoy bien... - Dijo aún pensativa. - Es una carta para notificarme que la persona que mató a mis papás y que había salido de la cárcel incumplió su libertad condicional... Lo enviarán preso nuevamente.

- Pero Rin, ¡Eso es bueno!

- Si... Sólo me descompone un poco saber de él, no puedo evitarlo... Pero si, es bueno... Finalmente volvió a donde pertenece. - Dijo con sus ojos brillantes intentando contener sus lágrimas, hasta que sintió el cálido abrazo de su amiga y dejó de resistirse.

- Todo va a estar bien. 

La castaña asintió entre sollozos y rápidamente se limpió las lágrimas de su cara, ¡Cuánto odiaba llorar! Y lo había hecho mucho por culpa de esas personas, pero ya no más. 

- ¿Qué quieres comer? Podemos hacer algo rico... Vendrá Inuyasha a cenar también, aunque si prefieres puedo decirle que mejor venga otro día... 

- No, tengo una mejor idea...

- ¿Cuál?

- Estos días no has podido estar a solas con Inuyasha por mi culpa... 

- Rin, sabes que eso no es un problema. - La interrumpió. 

- Si, lo sé... Pero de todas formas, hoy deberían aprovechar de cenar juntos, los dos solos. Sesshomaru me dejó las llaves de su casa y me dijo que podía ir cuando quisiera, creo que hoy lo haré, pasaré la noche allá y aprovecharé de estar sola yo también, creo que lo necesito. 

- Rin, a nosotros no nos molesta que estés aquí, Inuyasha te adora y lo pasamos bien juntos, no es necesario. 

- Si, lo sé, pero creo que yo quiero hacerlo. 

- ¿Estás segura? - Rin asintió. - Bueno... Pero si te sientes mal o pasa cualquier cosa, por favor, vuelve, no te quedes sola ahí. 

- Si, lo prometo. 

Fue a su habitación a arreglar sus cosas y mandó un mensaje.

Rin: 

Puedes llamarme cuando tengas tiempo? Hay algo que quiero contarte.

Y para su sorpresa, esta vez su celular comenzó a sonar casi de inmediato. 

- ¡Hola!

- Hola Pequeña, ¿Todo bien? 

DestinadosWhere stories live. Discover now