Capítulo 27

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Eloise paseaba por los jardines amplios y esplendorosos junto a sus vasallos de custodio

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Eloise paseaba por los jardines amplios y esplendorosos junto a sus vasallos de custodio. Se encontraba disgustada por el decreto de la reina, ya que descubrió el desvío del dinero y eso la traía preocupada. Su hijo muy molesto con ella, decidió alejarla de las decisiones políticas, como se acostumbraba, ya que estaba dándole razones a Eider para destituirla de Galia. Eloise después de perder a su marido por una enfermedad maligna, el cargo pasaba automáticamente a su hijo Julio. Pero, al ser tan joven, ella participó en los asuntos de la provincia hasta que estuviera listo. Julio cada día, estaba más en su contra y obligó a la familia abandonar la provincia para convencer a la reina de poder cubrir sus gastos y solucionar los problemas del pueblo que no estaban satisfechos de la falta de recursos, por mala gestión en los últimos meses.

— Duquesa. —se detuvo sin girar por aquella voz que la alejó de sus pensamientos espesos. Éste se presentó frente a ella y se reverenció con educación.

— Walter, cómo has estado. —la siguió en su caminata retarda.

— No muy bien, como sabe usted. Mis expectativas de que Rutilio, mi hermano, estuviera en el trono me ha dejado devastado. —escuchando atentamente a Walter no pudo permanecer en silencio.

— Cómo es su historia, conde —llevó una mano a su hombro—. Si no le ofende.

— No duquesa, no me molesta la pregunta —sonrió—. Como bien sabe, Zigor es padre de Rutilio, pero no el mío. Vuestra madre anteriormente estaba casada con un agricultor, mi padre. Cuando él falleció, ella para protegerme se mudó a palacio para servir a su hermana, la princesa Neftali y luego a la reina María. El rey tuvo una relación pasional con ella, y nació mi hermano Rutilio —carraspeó—. Esa es la historia real. Gracias a mi hermano me convertí participe de la corte. Estudié mucho para estar aquí.

— Por supuesto —aclaró—. Y ahora puede correr el riesgo de que la reina lo destituya.

— Ese es mi gran temor, pero no podría, hasta ahora nadie ha podido superarme.

— Coincido con usted —lo miró antes de continuar hablando—. Mi hermano se ha comportado como siempre lo hizo, sin anuncios. Nunca me enteré del nuevo regente, así que también me llevé desilusión por lo sucedido a mi querido sobrino.

— De hecho duquesa, lo hizo —carraspeó antes de continuar—. Pero a los pocos meses previos a su muerte. —Eloise se rio sarcástica.

— Pues, mi querido hermano y debido a nuestras diferencias, ni siquiera me informó sobre su regente escogida —siseó—. Una mocosa.

— Una parte de su vida creyó que era una doncella sin dotes. —agregó.

Eloise plantó sus pies de repente y lo miró preocupada.

— Walter, Julio me ha comentado lo que se vivió en la corte y la decisión de la reina. La ayuda a Rutilio se verá complicada, no puedo desviar más mi dinero.

EIDER. Travesía de una ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora