-¿Confías en mí? -preguntó, asentí rotundamente y él sonrió.

-Está bien. -dije, y comenzó a colocar la venda sobre mis ojos. Antes de seguir el camino, se aseguró de que yo no viera ni siquiera un poco.- ¡Date prisa, Mendes! -dije, mis manos comenzaban a sudar y temblar, no pude saber si de trataba de nervios o ansiedad.

-Ya, falta poco. Tranquila. -dijo, y casi podía sentir su radiante sonrisa.

En tan sólo dos minutos, Shawn ya estaba terminando de estacionar el auto. ¿Dónde? No tengo idea. Me avisó que bajaría del auto para ir a abrir mi puerta. Yo asentí y solté un par de risitas. Sentí la puerta del copiloto abrirse, y luego la mano de Shawn tomando la mía con tanta delicadeza. Me ayudó a bajar, para después cerrar la puerta. Mordí mi labio, no podía dejar de sonreír. 

-¿Ya me puedo quitar esto? -pregunté.

-No, aún no. Tienes que ser paciente, linda. -dijo y rió.

Comenzó a conducirme por el lugar. Había colocado mi mano sobre su hombro, para poder seguirlo con facilidad. Conforme caminábamos, mis zapatillas se undian, ¿dónde rayos estaba?.  Reí ante mi dificultad de caminar ahí, Shawn también lo hizo al percatarse de ello. Nos detuvimos. Tomó mi mano y la apretó con suavidad. Escuché que soltó un gran suspiro.

-¿Todo bien? -pregunté

-Todo perfecto. -susurró.

-¿Ya me quitaras esto? -pedí entre risas.

-Claro. -dijo, posicionándose detrás de mi. Sus manos temblorosas comenzaron a desatar la venda. La retiró con lentitud, de ese mismo modo abrí mis ojos. Cubrí mi boca con ambas manos observando aquello. Volví mi mirada a Shawn, quien me miraba sonriente.

-Es.. Es perfecto. -dije, me trababa con las palabras. Era normal ante aquello tan hermoso.

Estábamos en medio de la playa, una hermosa playa de California que no había visitado durante mi tiempo viviendo aquí. Cerca de el agua se encontraba una mesa para dos, perfectamente adornada. Velas alrededor, iluminando el lugar, haciéndolo ver aún más perfecto. Esto estaba bajo una especie de techo, formando con telas atadas a un par de tubos. No lo pude evitar, me abalancé sobre él, rodeando su cuello con mía brazos.

-¿Te gustó? -cuestionó Shawn, colocando sus manos en mi cintura.

-¿Que si me gustó? ¡Me encanta! -dije, coloqué un poco de distancia entre ambos para poder verlo a los ojos, esos hermosos ojos que no paraban de observarme, y yo no podía parar de observarlos.

-Me alegro. -murmuró.- Prometo que esta noche será inolvidable, ______. -dijo, sonreí aún más, era imposible no hacerlo.

Me llevó hasta la mesa, jaló una de las dos sillas y me indicó que me sentara. Después él lo hizo también. Giré mi mirada hacia aquel bello paisaje. Sentí la mirada de Shawn sobre mi, y voltee a verlo.

-Te vez preciosa. -dijo, esta vez mis mejillas comenzaron a arder, supuse que estaban tornándose rojisas.

-Gracias. -logré decir tímidamente.

La cena fue asombrosa, todo estuvo delicioso. Desearía que esta noche jamás terminara. Charlamos un poco, ningún tema en especial, sólo lo que se nos ocurriese.

Shawn se puso de pie y extendió su mano a mi.

-Vamos, caminemos por la orilla. -sugirió, yo asentí, era una excelente idea. Tomé su mano y me puse de pie.

Comenzamos la caminata, pero antes me deshice de mis zapatillas. Era agradable sentir el viento desordenando mi cabello, la brisa del mar chocar contra mi y la arena bajo mis pies. Shawn se quito ambos zapatos y calcetines, los dejó por un lado y tomó mi mano de nuevo.

Waiting for this love » Matt EspinosaWhere stories live. Discover now