Capítulo 24

495 37 14
                                    



¿La primer semana con Peter? Algo parecido a un infierno, en realidad era doloroso para mi, él me tenía bajo su techo solo para controlar que me mantuviera sana, no se para que dijo lo que dijo acerca de mi panza si nunca se acercó a tocarla.
Estábamos cenando juntos en silencio cuando se me ocurrió romperlo.
-Hoy mi día estuvo muy aburrido.. Tuve varias juntas online-empecé a hablar insegura- mejor.. Mejor dejo de intentar hablar por los menos tres palabras con vos
Cuando terminé de decir él levanto su mirada, quise poder descifrarlo, pero el Peter transparente ya no estaba.
-¿Que tal tu día?-lo volví a intentar.
-Fue un día como cualquier otro, sabes que detesto trabajar en donde trabajo-suspiró, tomó algo de vino, yo agarré mi copa con jugo-traje helado si queres.. Tus amigas me dijeron que sabores te gustan..
Ese gesto fue como un poco de aire en tanto ambiente tenso.
-Gracias..-le respondí algo intimidad.
Cuando terminamos de cenar fui por el helado, agarré una cuchara y lo comí con ánimo , cuando levanté mi cara me encontré con que Peter estaba observándome-¿queres?-le pregunté y negó con la cabeza, él volvió su mirada al televisor y suspiré.
Luego fui derecho a la habitación de huéspedes y me encerré, presa me sentía, presa en un lugar donde no había rastros de cariño.
Puse una película que fue interrumpida cuando Peter tocó la puerta.
-¿Puedo pasar?-quiso saber, lo dejé entrar-¿pudiste leer el papel del divorcio?
Otra vez con eso.
-Sabes.. Tanto lo queres, tomá-agarré una lapicera y lo firmé-hecho-le tiré el papel en la cara, cuando se fue puse la traba de la puerta y me puse a llorar.
Me mandé una cagada importante, pero.. ¿Merecía todo esto? La respuesta para mi es: sí.
Triste acaricié mi pancita y me sentí más mal, necesitaba un abrazo, uno que no llegaría.

Desperté por la madrugada, destrabé la puerta y fui hasta la cocina por tener un antojo, busqué donde Peter tenía los chocolates, creí que él no estaba despierto pero me atrapó con las manos con los chocolates.
-No vayas a agarrarlos como si estuvieses robando, sabes que podes comer lo que quieras-me interrumpió, me sentí avergonzada- solo venía por un vaso con agua
Se lo serví y se lo di.
-Gracias-me agradeció, volteó para irse pero lo agarré del brazo, él se quedó mirándome en silencio.
-¿No vas a tocarla?-solté directamente.
-¿Qué?
-A mi panza...-le dije con obviedad, tomé suavemente su mano con la mía y sentí una especie de descarga eléctrica, la apoyé sobre mi panza y Peter se la quedó mirando, acto seguido me la acaricio, después levantó un poco mi remera, estaba maravillado, se agachó acariciándola y me la besó, me dejó un beso dulce sobre ella, eso hizo que me estremeciera, había soñado con verlo feliz por nuestro bebé, verlo papá baboso, verlo como el papá sensible que había imaginado, pero en vez de eso me había alejado completamente de él.
Cuando se puso de pie se quedó mirándome, traté de expresar varias cosas cosas a través de mi mirada, quise que dijera algo, que lo quería, lo necesitaba, no iba a poder con todo sola, tenía pánico a eso, miedo.
Di unos pasos más y sin saber si lo iba a recibir bien lo abracé, tal vez fue egoísta, pero hace días necesitaba eso, un segundo de cariño, un abrazo sincero. Él no me apartó, entonces lo hice yo, no lo merecía, esa era la verdad.
Peter corrió el pelo de mi cara y noté que su respiración se acelero, ¿puede que todavía me quiera?
Fui más allá de lo que había hecho y lo besé con dulzura, él no me correspondió, entonces me enojé por la situación y mordí fuertemente sus labios, acto seguido se apartó.
-No-negó con la cabeza estando firme-no confundas las cosas Lali
Se le escapó el Lali, hasta estos días había sido Mariana, él se dio cuento de su error y se puso nervioso.
-Peter.. Peter Lanzani-lo llamé y él me miró- si crees que voy a quedarme encerrada, sentada y sin intentar que vuelvas a enamorarte de mi estas equivocado, Peter te quiero, ¿en que idioma queres que te lo diga? Me siento mal por estar diciéndotelo ahora que te perdí, me duele.. ¿Crees que no me duele esto a mi? Me duele.. Y me duele haberte echo mal..-levanté su cara con mi mano, él la apartó con cuidado- yo también puedo abrir mi mundo.. Uno sin mentiras, dejarte entrar a este.. Quiero que me conozcas tal cual soy... Puedo.. ¿Puedo invitarte a tener una cita real? Bueno, ya acabo de hacerlo.. Vos.. No me respondas ahora, pero mañana voy a dejar en tu escritorio una dirección y un horario
Me fui dejándolo con la palabra en la boca, en realidad me fui por cobarde, no quería escuchar y sentir otro rechazo. Fui a recostarme nuevamente pero me costó conciliar el sueño.

Cuando desperté desayuné mientras trabajaba, había dejado una nota temprano para que Peter la lea, no se la había llevado, simplemente la había dejado ahí, eso hizo que se me formara un nudo en el estómago.
Todo el día pasó de manera lenta, sentí mucha ansiedad, sobre todo cuando se hizo de noche, me puse un vestido simple y me maquillé natural.
Fui a un lugar que amaba y siempre solía ir con mi papá, un lugar de pastas italianas.
El mozo me preguntó si esperaba a una persona y le respondí que sí.
El tiempo pasó y terminé pidiendo algo, pasó más tiempo pero él no vino, pagué sintiendo un sabor amargo en mi interior.
Cuando estaba saliendo del restaurante, todo me quedó más que claro, ya había firmado el divorcio, en cualquier momento me iba a anunciar que no somos más marido y mujer.
Lloré cuando llegué a la esquina, me senté en la vereda de la calle hasta que escuché una bocina, me asusté al recordar el episodio del secuestro, me puse a correr con miedo, casi me choca un auto, noté que seguían persiguiéndome, cuando finalmente la persona me alcanzó recobre el aire al darme cuenta de quién se trataba.
Me quedé mirándolo sin dar crédito, había venido, tarde pero había venido.
-Hola..-Peter bajó del auto y no nos sacamos la mierda de encima- no vuelvas a cometer la locura de salir corriendo y cruzar con el semáforo en verde
-Tenía miedo Peter, me estabas siguiendo, no reconocí a tu auto..-me puse a hablar muy rápido, él puso su mano sobre mi boca para silenciarme.
-No pienso tener una cita con vos-soltó pinchando la poca ilusión que había recobrado-solo pensé que era tarde para que estuvieses sola por la noche y vine a buscarte
Eso terminó de partirme al medio, habían sido días muy dolorosos para mi, entonces no pude evitarlo, me puse a llorar, Peter no sabía bien que hacer.
-Tiempo Lali.. Necesito tiempo-me lo pidió de manera dulce y levanté mi cara lentamente, ¿estaba dándome una segunda oportunidad?
Asentí con la cabeza sin estar segura de eso.
Le hice una caricia en la mejilla y su respiración se aceleró algo, cerró sus ojos.
-Tal vez el tiempo calme un poco el dolor, no lo se.. No se si puede funcionar, solo dame tiempo-volvió a pedirme, asentí con la cabeza.
Él me llamó para que me siente en el asiento del acompañante y aceleró el motor, al cabo de unos minutos ambos bajamos, nos quedamos esperando a llegar al piso, sentí tensión en el aire, una que ahora me confundió.
Todo pasó muy rápido, cuando estábamos por llegar Peter paró el ascensor, lo miré sin entenderlo y tomó mi cara con sus manos, me besó, no fue un beso suave, cuidadoso, fue uno que me quejó desconcertado, estaba enojado, lo percibí, enojado conmigo, enojado con la situación. Fui débil porque la verdad era que lo necesitaba, que había soñado con algo así.
Peter me desvistió y hice lo mismo, él mandó al diablo la delicadeza con la que lo identificaba, sí, tuvimos sexo en un ascensor.
Rocé mi nariz con la suya teniendo mi respiración completamente acelerada, cuando me cambié lo atrapé mirándome, tocó el botón para finalmente llegar a nuestro piso, se apresuró a bajar primero, abrió la puerta y se desapareció de mi vista.
¿Qué había sido eso?

En mi esenciaWhere stories live. Discover now