Capítulo 11

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Desperté y cuando revisé la hora me di cuenta de que eran las 12 del mediodía.
Fui hasta la cocina y agradecí que hubiera pizza de anoche, la calenté en el microondas y la comí mientras abría mails desde mi computadora, me focalicé en hacer mi trabajo de mortal, eso me llevó bastantes horas.
Bajé para ir a correr con mi ropa deportiva, siempre fui buena en los deportes, me destaqué, me dieron medallas y competí en intercolegiales.
Me senté en el banco de una plaza hasta que un fotógrafo se acercó hacia mi, empezó a sacarme fotos.
-Por favor, no-le pedí pero no me hizo caso,
-¿Es cierto que te casaste con Lanzani?-se acercó un periodista.
Me puse de pie y me puse a correr rápidamente para alejarme, frené solo cuando tuve que parar porque estaba el semáforo en rojo, necesitaba cruzar lo antes posible, a penas se puso en verde aceleré y volví al departamento, me di una ducha mientras trataba de meditar la locura en la que me había metido.
Sonó el timbre y cuando abrí la puerta un hombre me dio unas flores blancas con una carta, agradecí y me senté a leerla.
"Ahora que se toda la verdad acerca de quién sos quiero tener una cita con la verdadera Lali, a las 10 de la noche en la dirección de abajo, nos vemos directamente ahí; Peter".
Olí las flores y me trajo recuerdos de mi infancia, papá había plantado jazmines en el jardín, eran mis favoritos, sin saberlo Peter Lanzani acertó.
Suspiré, busqué en el armario que ponerme, toda mi ropa era sencilla, me frustré, me resigné y terminé agarrando una camisa simple con un pantalón, un palazo negro, sencilla e ideal para la ocasión.
Cuando la hora llegó un auto pasó a buscarme, no supe a donde iba.
El auto me dejó en la puerta de un lugar medio antiguo, me indicaron que fuera al ascensor hasta el último piso, hice caso y llegué a una terraza con una vista hermosa.
Caminé hasta la mesa donde estaba Peter, llevaba una camisa también blanca, me sonrió.
-Hola-me saludó, levantó su copa y al sentarme levanté la mía, bebí un poco-¿que tal tu día?
-Más de lo mismo.. -suspiré- hoy me siguieron periodistas...
-Son como las palomas, están por todos lados-Peter también suspiró- perdón por eso
Me miró realmente apenado.
-No pasa nada.. Puedo acostumbrarme a eso supongo-asentí con la cabeza.
Nos trajeron pasta y miré los miles de cubiertos, no sabía cuales usar.
-No importa que agarres el equivocado, yo siempre uso cualquiera-esbozó una pequeña sonrisa, asentí nuevamente y empecé a comer-¿te sentiste cómoda en mi lugar?
-Tu departamento es más cómodo que el mío.. Más espacio..-lo miré- y pude trabajar bien porque no tuve una mala conexión a internet, en mi depto normalmente me pasa eso
Peter se rió, se produjo un silencio algo incómodo y recién ahí fui consciente de que en la terraza no había nadie más, éramos solamente él y yo.
-Se que te dije que odio las mentiras.. Pero tengo la necesidad de seguir con lo nuestro, digo nuestra mentirita chiquita que se hizo grande y tengo que hacer que se parezca verídico-él se puso algo nervioso- traje esto.. Es de fantasía, pero parece real, no quiere decir nada, solo necesito que lo uses
Peter había sacado del bolsillo de su pantalón un pequeño anillo con una piedra brillante, parecía real, era hermoso.
-¿Y esto?-pregunté aunque la respuesta era obvia.
-Un anillo de compromiso, un falso anillo de compromiso, ya que creen que estamos casados.. Por favor Lali, ayudame en esto-Peter agarró mi mano con la suya mientras yo trataba de procesarlo,
Cada día que pasa las mentiras crecen más y más, se retro alimentan.
Supe que no tenía otra opción así que terminé asintiendo con la cabeza.
-Esta bien.. -suspiré estando algo nerviosa, Peter me había tomado desprevenida, me puso el anillo como si realmente nos estuviésemos comprometiendo.
Cambié de tema para olvidarme de lo que había acabado de hacer, lo que había aceptado, eso estaba contra mis principios.
Llegó el postre y por la ansiedad me lo terminé de un momento a otro, Peter se me quedó mirando, pasó su dedo sobre mis labios y se lo lamió, me pareció una acción muy sensual, eso encendió mis alarmas,
-Chocolate dulce chocolate-me sonrió pareciendo un niño feliz.
Peter pagó la cena y fuimos hasta su departamento.
-La próxima pago yo..-iba a empezar una discusión y Peter me besó contra la pared, cerró la puerta de un portazo, rápidamente lo aferré acercándolo a mi cuerpo, él se quedó mirándome a los ojos agitado.
-¿Que voy a hacer con vos Lanzani?-esa pregunta era la que me está atormentando desde que lo conocí, Peter recorrió mi boca con uno de sus dedos, besó detenidamente mi frente.
-¿Te gustaron los jazmines?-me preguntó de un momento a otro, asentí con la cabeza- no se porque pensé que te gustarían, tal vez porque tenes un aire a una persona que conocí en el pasado..
Cuando sus ojos me miraron noté un dejo de tristeza, ¿puede Peter Lanzani estar aún enamorado? ¿Alguna vez lo estuvo?
Quise borrar esos pensamientos de mi cabeza,  entonces lo besé en la mejilla para volverlo a la realidad, en una en la que él está conmigo, no con el fantasma de mi mamá.
Sus ojos buscaron los míos y me hizo una caricia en una de mis mejillas.
-No puedo no decirte lo bonita que sos..-su respiración se aceleró, me acarició la boca, las mejillas y besó dulcemente mi frente.
-¿Vamos a dormir?-estiré mi brazo y él buscó mi mano, cuando la encontró caminamos hasta su habitación.
No tuvimos una noche apasionada, pero sí tuve una noche en la que él no dejó de mirarme ni de acariciar mi piel, algo en mi esencia lo atrapa, algo que no puede evitar, está y va a estar por siempre atrapado, lo atrapé.
Sí, atrapé a Lanzani desde el día 1, ahora solo me queda hacer que se enamore de mi para así poder dar mi gran golpe, hacerlo sufrir, hacerlo llorar.

En mi esenciaWhere stories live. Discover now