Capítulo 7

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Cuando abrí mis ojos solamente vi luz, el ventanal estaba abierto y vi una hermosa vista que daba hacia el viñedo, estaba amaneciendo, el sol estaba naranja intenso.
-Hola-Peter me hizo una caricia en el hombro, me lo besó, volteé para verlo a la cara-¿te sentís mejor?-dudó, rozó sus labios sobre mi frente- estas bien.. igualmente te pregunto, ¿te sentís bien?
Asentí con la cabeza.
-Estoy bien-afirmé, volví a posar mi mirada en la vista- me gusta esto...
-Esto y el atardecer eran los favoritos de mi mamá-Peter lo dijo con una sonrisa, se quedó mirándome a los ojos y agarró mi mano con la suya, se me aceleró la respiración, la besó con cuidado como todo un caballero y me la soltó.
-Coincido con ella, son los mejores momentos del día-elevé mis cejas.
-Ayer nos perdimos de ver la noche, estamos alejados de todo, no sabes lo que son las estrellas-Peter siguió con una sonrisa dibujada sobre sus labios-¿hoy estás para algo de turismo?
Asentí nuevamente.
-¡Estoy lista!
Peter se alegró, me puse de pie y fui a darme una ducha, después lo hizo él, me vestí lo más cómoda posible, luego nos subimos al auto.
-Vamos a la Fontana di Trevi-Peter puso el auto en marcha y puso un disco- lo traigo siempre conmigo, mi banda favorita es The kooks
¿The kooks y Italia? Que combinación rara.
Disfruté del camino, el paisaje y la buena música, Peter no tenía mal gusto.
Cuando llegamos Peter se cubrió con una capucha, me reí.
-¿Qué haces?
-Es uno de los lugares más turísticos del mundo, ¿crees a caso que no se me van a tirar encima los fotógrafos? Vos también deberías hacerlo, ni con toda la fortuna del mundo podrías pagarle a la prensa para que no hablen de vos-él compró un sombrero que decía I love Rome y me lo puso en la cabeza.
-Esto es ridículo-me reí de lo bizarro de la situación.
Nos acercamos lo más cerca posible a la fuente y tiramos ambos una moneda.
-¿Qué pediste?-le pregunté por preguntar.
-Lo mismo que pedí cuando cumplí años, no te lo voy a decir, a ver si realmente se cumple-elevó sus cejas coqueto.
-Esta bien... Yo pedí... Mejor me lo guardo-suspiré, pedí mentalmente haber podido crecer con una mamá presente.
Nos pusimos a recorrer las calles, tan pintorescas, habían locales con artesanías regionales, tiendas muy lindas.
Caminando elegimos un restaurante para almorzar.
-Quiero pizza-elevé mis cejas mirando a Peter- si la hacemos la hacemos bien
Él solo me sonrió y asintió con la cabeza.
Ordenamos pizza y cuando llegó fui muy feliz.
-Esta genial esto-asentí y Peter me miró maravillado-¿qué?
-Me gusta ver a las personas disfrutar de algo, sobre todo cuando es de algo simple... En mi mundo las personas que me rodean no disfrutan mucho, tienen ambición de más.. Vos también perteneces a ese mundo, pero hay algo en vos.. Hay algo que te diferencia-se quedó mirándome firmemente a los ojos, agarré mi copa con vino y bebí todo.

Caminamos bastante, recorrimos distintos lugares y volvimos para ver el atardecer en el viñedo, Peter puso música relajada, clásicos románticos, todo era tan cliché, parecía como si estuviésemos en una luna de miel, me trajo una copa de vino tinto que acepté sin pensarlo.
-Quiero saber más de vos, tu pasado..-tocó mi tema sensible-algo-se sentó en el suelo conmigo.
-Yo... Soy hija única.. Mi papá falleció el año pasado-suspiré, inevitablemente se me llenaron los ojos de lágrimas-mi mamá me abandono-la voz se me quebró- y también murió..
Me puse a llorar en los brazos del hombre que había causado en parte mi dolor, el aire se me fue yendo y Peter no me soltó, besó mi frente siendo protector.
-Respirá-me susurró- tranquila.. Estoy acá..
Cuando me sentí mejor me aparté un poco.
-¿Porque yo?-pregunté de un momento a otro-¿porque me trajiste acá?
Peter se quedó mirándome pensativo.
-Sos especial, puedo sentirlo, bueno, estoy siguiendo una corazonada sin saber si va a salir bien..-acarició mis labios con uno de sus dedos, se acercó y me besó, cerré mis ojos al sentir el placer de eso, cuando los abrí me sentí una tonta por desearlo, estaba enredándome donde no me tenía que enredar- me gusta poder ser sincero por una vez en mi vida.. Me inspiras eso, confianza... Ternura..
-¿Ternura?-repetí confundida.
-Tus ojos de no estar entendiendo nada me dan ternura... Hace tiempo no sentía eso...-él suspiró, levantó mi cara con su mano y nuestras miradas se encontraron-quiero ganarme tu confianza.. Percibo que te cuesta creer en mi, pero tarde o temprano vas a hacerlo... Porque lo veo, lo siento... Sos la clase de persona de la que me podría enamorar, la clase de persona que podría lograr que me abra nuevamente a eso..
La confesión de Peter me dejó muda, no me lo esperaba, menos tan temprano, entonces sí lo seduje bien, él ya está a mis pies y creé que le falta para estarlo.
Otro beso empezó pero esta vez sentí pasión, necesidad, Peter me sostuvo entre sus brazos luego de ponerse de pie, decidí no pensar y dejar que ocurra.
¿Como no empezar a sentir cosas cuando la otra persona se te declara directa o indirectamente? Sobre todo cuando es tan dulce, atento, lindo.
Negué con la cabeza y Peter me dejó recostada sobre la cama.
Algo cambió, él recorrió cada parte de mi y lo dejé, yo sentí el deseo de hacer lo mismo, pero no debía, no tenía que tener ganas de eso.
Cerré mis ojos y ocurrió, Peter Lanzani me dio la tarde noche más placentera de mi vida.
Corrió el pelo de mi cara para verme mejor.
-Disfrutá Mariana, soltate, no pienses en el que dirán, estamos solos, lejos de todo el mundo, en un lugar de ensueño, podemos conocernos sin distracciones, te propongo eso hasta el Domingo que tengo que volver.. Es Miércoles-elevó sus cejas- ¿confías en mi?
Los ojos profundos de Peter me habían distraído minutos antes, para continuar con mi plan asentí con la cabeza, una sonrisa se dibujo sobre sus labios, besó mi frente.

Cuando oscureció salimos afuera de la casa y caminamos ambos con otra copa de vino, nos recostamos como dos adolescentes sobre el pasto, y las vi, a las estrellas, se veían hermosas.
Pensé en mi papá, en su infancia, se había criado en el campo, siempre me contaba acerca de las estrellas en un lugar lejano a la ciudad, siempre soñé con vivir algo así, sin saberlo Peter Lanzani me cumplió un deseo.
No se cuanto tiempo estuvimos mirando el cielo en silencio, escuchando el ruido de la naturaleza.
Nos pusimos de pie y cenamos algo cocinado por Peter.
-Sopa, lo único que se hacer
Me reí de eso, yo era parecido a él, el arte culinario no era el mío.
-No esta mal-fui sincera.
Después de eso miramos una película recostados desde la cama, me di cuenta de que teníamos gustos similares en algunas cosas.
-Peter tengo sueño-le dije al cabo de un rato, faltaban unos minutos para que la película terminara.
-La terminamos mañana-él asintió con la cabeza y apagó el televisor-descansá Mariana
Cerré mis ojos pensando en el lindo día que había tenido, sin darme cuenta me fui relajando hasta dormirme.

Desperté temprano, todavía no había amanecido, fui hacia el living y me senté con una silla, prendí mi teléfono y vi miles de mensajes, llamadas perdidas de Candela y Eugenia.
Ellas estaban alteradas porque yo había salido con Peter en varias portadas de noticias... Lo que faltaba.
Suspiré y me puse a hacer una videollamada con ellas, me alejé aún más para no despertar a Peter.
-¡¿Boluda que haces en Italia?!-Eugenia me habló desesperada.
-¡¿Que haces con Peter Lanzani?!-siguió Candela.
Un pequeño detalle: Ellas no saben que Peter Lanzani fue pareja de mi abandonadora mamá.
-¡Te lo tenías guardado!-Eugenia elevó sus cejas.
-No estoy acá por lo que ustedes piensan...-suspiré-voy a contarles algo.. Por favor no me juzguen, ponganse en mi lugar..-dudé pero finalmente hablé, les expliqué parte de todo, que estaba siguiendo un plan.
-¡La puta madre! En lo que te metiste-Candela me miró sorprendida- ahora encima quedaste expuesta, ¿eso no va a influir acaso en lo que vayas a hacer?
-No... Va, no lo se..-me quedé pensando- y otra vez, por favor no me juzguen, ustedes no..
-Lali, somos tus amigas.. Jamás querríamos que te sintieras mal-Eugenia asintió con la cabeza- solamente tené cuidado, no vaya a ser que quién termine mal seas vos..
Me despedí de ellas y me quedé pensando mucho en eso, negué con la cabeza,
Dejé de pensar y volví a focalizarme en mi objetivo, por eso entré a la habitación cuando el sol empezó a aparecerse, me subí sobre la espalda de Peter Lanzani y comencé a besar su cuello, él despertándose se volteó y noté a sus ojitos chinos.
-Buen día-susurró con la voz baja- estas muy linda..-me acarició suavemente la cara.
-Seguro le decís eso a medio mundo..-me reí.
-Por lo menos siempre soy sincero-no me lo negó- pero vos realmente sos linda... acá-hizo otra caricia- y acá..-señaló mi corazón.
Su ternura me dejó desconcertada, ¿que iba a hacer con este chico?

En mi esenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora