✨Epilogo✨

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4 años después..

—¡Tía Roma! —Liberty corrió hacia mí lanzándose a mis brazos —¡Feliz cumpleaños!.

Mi sobrinita me entregó una pequeña tarjeta con algunas figuritas de palo y dibujos.

—¿La hiciste tú? ¡No puede ser! Si parece hecha por una artista. —le sonreí y ella me devolvió el gesto mostrándome sus hoyuelos; los hoyuelos de Massimo. Libby es preciosa y es la copia de mi hermano; cabello castaño rizado, ojos azules y preciosos hoyuelos que resaltan cada vez que sonríe.

—Oh, Romita... —mi amiga llegó a abrazarme en un abrazo casi tan grande como el de su hija - Ahora déjame vendarte los ojos.

Estoy recluida en la habitación de la casa de mi padre el día de mi cumpleaños, ya que están organizando una fiesta "sorpresa" para mí.

Resulta que mi familia apesta guardando secretos.

No me costó nada sacarle la información a mi padre en una de nuestras conversaciones por Skype. Me mudé a Boston hace tres años para estudiar medicina en Harvard y vivir sola no ha sido tan complicado como pensé.

Soy bastante autosuficiente.

Estaba algo preocupada por mi relación con Noah, pero hablábamos casi siempre y nos veíamos para las vacaciones y fechas importantes.

Cuatro años de relación, un mes y doce días.

¿Pero quién los cuenta?

Mattia se independizó y dejó la casa familiar para vivir en un pequeño apartamento en Washington

Santino estaba jugando algunos partidos de bajo rango como pateador con los NY Giants, siempre alardeaba cuando transmitían los partidos y salía en televisión.

Seguía extrañando a Massimo y sabía que jamás dejaría de hacerlo, era una falta constante en mi vida con la cual aprendí a vivir.

—¡Listo! ¿Ves algo? —sacudí la cabeza —¡Genial! Salgamos al patio.

Caminé a ciegas con las manos por delante para no estamparme con ningún muro.

—Y... llegamos. — Caelia me quitó la venda y pude ver nuestro jardín decorado con guirnaldas de varios colores

—¡Feliz cumpleaños! - todos estaban en el jardín; mis hermanos, mi padre, Caelia, Paco, Ohana y Maverick; también Sophie, pero no vi a...

—Feliz cumpleaños, princesa.

Me sobresalté cuando sentí la voz de Noah en mi oído. Di vuelta sonriendo cuando mi novio estampó un beso contra mi mejilla.

—Gracias.

—Tengo algo para ti.

Mis ojos se desviaron al enorme paquete que ahora tendía hacia mí

—¿Qué demonios compraste?

—Vaya, que bueno que mi regalo sea tan bien recibido.

—Lo siento, es que no tenías por qué comprarme nada.

Me abrazó la cintura desde atrás.

—Oh, vamos, es tu cumpleaños. Lo más divertido de un cumpleaños son los regalos.

Al romper el papel de regalo me encontré con la caja que mostraba en su imagen un telescopio de último modelo.

—Así puedes mirar las estrellas más de cerca.

Estaba sin palabras, era mucho más que un telescopio para mí...

—Me encanta, gracias. —di vuelta y lo besé en los labios juntando mis manos en su nuca. — Podremos ver las estrellas juntos.

Una estrella más brillante [Vittale #1] EN EDICIÓN Where stories live. Discover now