Capítulo 21

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Ya fuera de la ciudad, la joven bruja y los demonios intentan hacerse cargo de la situación. Mientras Vesta y Mirilia cuidan de Fey, Borja y los otros demonios intentan controlar al animal que lleva la carreta.

—Déjame, puedo hacerlo —Dice Lonch.

—Claro que no, ni siquiera puedes hacer que vaya en línea recta. —Dice Lanch.

—Suficiente, largo de aquí. —Dice Borja, quitándole la riendas a los demonios.

—Deberíamos detenernos en algún lugar... —Murmura Vesta, sin dejar de mirar a Fey. —Tiene la temperatura muy alta.

—Mi bolso... —Balbucea Fey —Mi bolso...

Mirilia acerca un bolso a las manos de Vesta. La loba no deja de ver al humano con culpa por no haber podido ayudarlo.

—Aquí está —Dice Vesta.

Fey intenta moverse entre quejidos y expresiones de dolor. Pero Vesta lo detiene.

—Dime que hago para ayudarte.

—¡Yo quiero hacerlo! —Se escucha la voz de Lonch.

—¡Ya basta! —Grita Borja, completamente irritado. —¡Largo de aquí! —Lanch y Lonch desaparecen ante la furia del demonio disfrazado de humano.

—¿Dónde...? ¿Quién...?

—Fey... —Vesta toma la mano del chico —Debes descansar. Nosotros te ayudaremos.

El chico siente la mano de Vesta sobre su mejilla. Aquella calidez hace que se tranquilice un poco.

—Lo siento... —Dice con un nudo en la garganta —No quise meterlos en mis problemas.

—Tranquilo, no pasa nada.

—No van a dejarme en paz... Y ahora ustedes...

—No creo que se atrevan a acercarse a ti después de eso... —Dice Borja.

—¿Eso? —Intenta voltearse; pero el dolor de su cuerpo se lo impide.

—Borja —Dice Vesta —, tenemos que detenernos en alguna parte.

—Claro...

Luego un rápido desvío del camino, Borja encuentra un lugar en donde detenerse para pasar el resto de la noche.

—¿Cómo te sientes? —Pregunta Vesta, sin dejar de mirar a Fey.

—Me dieron una buena paliza. Pero... —Fey guarda silencio al notar que los ojos de Vesta se llenan de lágrimas —Estoy bien, de verdad, yo...

—¿Cómo puedes hacer eso? —Fey la mira sorprendido por su reacción. —¿Cómo puedes hacer como si nada pasara?

—Yo...

—Ustedes los humanos... —Desvía la mirada —Siempre son tan egoístas.

Todos ven cómo Vesta se aleja para luego sentarse en silencio. Fey nota que Borja se para junto a él sin dejar de ver a la chica. Tiene la esperanza de que le diga qué acaba de pasar.

—Está molesta —Comenta el hombre. —Vesta no suele enfadarse con nadie.

—Yo... No era mi intención.

—Todo esto es nueva para ella y para mí.

—¿Por qué se refirió a mí como "humano"?

—Es lo que eres ¿no?

—Sí, pero... Lo dice como si ella no lo fuera.

Fey guarda silencio en cuanto uno de los gatos salta sobre él mientras el otro gato se dirige hacia la chica junto con Mirilia.

—Supongo que les debo una disculpa.

—A mi no me interesa eso. Pero supongo que a Vesta sí —El hombre de ojos amarillos mira al chico un par de segundos antes tomar al gato y caminar unos metros lejos de todos.

—¿Por qué no vas con ella? —Pregunta Lonch. —¿Desde cuando dejas a Vesta por su cuenta?

—Ese no es tu asunto.

—Actúas extraño desde que intentaste alejarte de Vesta.

—No es tu asunto. —Deja caer al gato para luego perderse entre las sombras. En el silencio. En la soledad.

Del otro lado, Mirilia y Lanch permaneces frente a Vesta sin decir absolutamente nada mientras las chica parece refunfuñar.

—¿Por qué los humanos son así? —Murmura Vesta —No lo entiendo...

—Los humanos son estúpidos —Dice Lanch —No puedes esperar mucho de ellos y los sabes.

—Eso no es cierto —Dice Mirilia —No todos los humanos son iguales. Acompañé a Fey todo el camino. Él es esa clase de humanos que Rynna dijo que eran especiales.

—¿Qué clase de humano? —Pregunta Vesta.

—Un humano que vive con dolor en su corazón.

Vesta guarda silencio al oír las palabras de Mirilia. Pero al ver que ambos demonios miran en la misma dirección, Vesta no puede evitar hacer lo mismo.

—¿Puedo sentarme? —Vesta ve a Fey parado junto a ella con una de sus manos presionando su costado.

—Haz lo que quieras —Dice manteniendo una expresión seria mientras voltea a ver al suelo.

Dicho eso Fey decide hacerle caso a la chica y sentarse a su lado, aunque sin saber bien qué decir. ¿Cómo hacer para que la bella chica vuelva a sonreír cuando eres el causante de su enojo?

 ¿Cómo hacer para que la bella chica vuelva a sonreír cuando eres el causante de su enojo?

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El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora