Capítulo 9

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Entre tantas personas, Vesta consigue llegar hasta donde se encuentra Mirilia, quien la sujeta de la mano para llevarla a conocer el lugar.

—Este lugar es muy divertido durante la noche. Siempre hay música, y las personas bailan con ella. Mira.

Vesta mira hacia donde Mirilia indica y ve a un grupo que comienza a hacer sonidos con varios instrumentos mientras otro grupo de personas comienza a moverse al compás del sonido.

—¡Vamos con ellos! —Mirilia hala de la mano de Vesta; pero ella permanece inmóvil. La demonio logra ver algo de miedo en su rostro —Mejor... Vamos despacio. Lo siento.

—Descuida. Estoy bien. —Vesta voltea para darse cuenta de que se ha separado de Borja —¿Dónde está Borja? ¡¿Borja?! —No lo ve por ningún lado —¡Borja!

No muy lejos de la ubicación de Vesta, el demonio con la apariencia de un humano intenta encontrar a la chica con la ayuda de su olfato. Pero con tantos humanos, le es casi imposible hacerlo.

—No la encuentro —Murmura —¿Dónde...?

El desconocer la ubicación de la chica lo enfada enormemente. Había prometido estar junto a ella; y ahora debe buscarla entre un montón de humanos.

—Claro...

De pronto, algo hace que su mente se aclare. Si no puede diferenciar el aroma de Vesta entre todos esos humanos, puede buscar a la que no es humana y que nadie puede ver.

Apenas consigue sentir el aroma de la demonio, Borja comienza a seguirlo con pasos firmes y una expresión que intimida a quien lo vea.

Al verse lejos de Borja, Vesta se siente insegura, sola. A pesar de la compañía de Mirilia, la chica no se siente cómoda en aquel lugar. Quiere huir; pero no sabe cómo o hacia dónde.

—¿Estás bien? —Mirilia nota el brillo en los ojos de Vesta.

—¿Dónde está? —Comienza a retroceder topándose con la gente hasta que se topa con alguien que no la deja seguir retrocediendo.

—Aquí estás —Vesta se voltea al oír la voz de Borja, quien la mira con una seria expresión —No te alejes así...

—No lo haré, lo siento —Lo interrumpe con un abrazo y ocultando su rostro en el pecho del demonio —No podía encontrarte. Pensé que...

—Estoy aquí, no llores.

Mirilia observa la conmovedora escena en la que aquel demonio consuela a la joven. Entonces, algo extraño se siente en su interior. Un vacío. ¿Por qué?

—Volvamos al bosque —Dice con una sonrisa triste —No debí traerlos. Perdónenme.

—Salgamos de aquí —Dice Borja para comenzar a guiar a Vesta fuera de la ciudad y de la gente.

Al volver al bosque, Borja vuelve a la forma que le acomoda mientras Vesta se queda sentada apoyada en uno de los árboles sin decir una sola palabra por un largo momento.

—En verdad lo siento —Vuelve a decir Mirilia —No quise...

—Suficiente —Borja se interpone entre la chica y el demonio.

—No fue su culpa —Dice Vesta —Ella solo quería...

—No podemos perder el tiempo de esta manera y lo sabes —El demonio está enojado; y Vesta lo ve en sus ojos —Nos llevó a ese lugar y ni siquiera sabía que no pueden verla porque su forma humana no es más que un engaño.

—¡Rynna me dio está forma para estar con los humanos! ¡Ella...!

—¡Ella te engañó así como lo hizo conmigo! Solo te hizo sentir querida para que pudiera hacer lo que quisiera contigo.

—¡Borja! —Exclama Vesta.

—Ella no hizo eso. No sería capaz. —Responde Mirilia.

—No discutiré contigo sobre ella. Mejor ve a ser invisible en ese lugar, ya que te gusta tanto.

Mirilia le da la espalda a Borja para correr lejos de él. Mientras, Borja se da media vuelta para hacer lo mismo y alejarse del lugar, dejando a Vesta completamente sola.

—Mamá... —Murmura al encontrarse sola —¿Qué puedo hacer ahora?

Vesta sale de sus pensamientos al oír el fuerte y grave aullido de lobo que luego es seguido por uno más pequeño y agudo.

—Ambos sufren por tu causa. ¿Cómo reparo esto?

Al llegar la mañana, Vesta despierta con la sorpresa de que Borja está junto a ella.

—Por eso no tuve frío —Murmura.

—Lo siento —Dice Borja, desviando la mirada lejos de la de ella —No quise dejarte sola.

—Está bien —Coloca su mano entre las orejas del demonio —Estás aquí ahora. Entiendo que estuvieras enojado.

—Pero me separé de ti. —Voltea a verla —Prometí que estaría contigo y...

—Borja, tú siempre estás conmigo. No es necesario que estés a mi lado todo el tiempo. Sé que estarás ahí cuando te necesite —Sonríe —Así como yo estaré ahí para apoyarte. —Borja guarda silencio —Será mejor seguir.

—Claro —Dice el demonio colocándose de pie y esperando a que la chica suba a su lomo para seguir con el viaje.

El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Where stories live. Discover now