Capítulo 12

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Al conseguir llegar al bosque, Borja se transformar para sostener a Vesta mientras sigue dormida. Sus mejillas están enrojecidas y su temperatura un poco alta.

—Decayó bastante rápido —Comenta Lonch.

—Parece enferma ¿Qué hacemos? —Pregunta Mirilia.

—Tú sabes más de los humanos —Responde Borja —Dime qué hacen en estas situaciones.

—Bueno, siempre van con un curandero o algo así para que se sientan mejor —Mira hacia todos lados —Pero estamos muy lejos de algún pueblo.

—Maldita sea... —La impotencia de no saber qué hacer hace que Borja se sienta frustrado.

—¿Huelen eso? —Dice Lonch.

—Interesante aroma —Dice Lanch.

—Quédense con Vesta —Ordena el demonio mayor —Lo traeré aquí.

—Y ¿cómo planeas hacerlo? —Pregunta Lonch —¿Lo asustarás hasta matarlo? ¿O le ofrecerás venir a cambio de su vida? —Ambos demonios ríen.

Ambos demonios ven la nueva apariencia de Borja. Realmente no se esperaban algo como eso.

—¿Quién lo diría? —Ríe Lanch —Una calamidad humana.

—Cierren la boca. —Dice completamente irritado —Cuando regrese quiero que desaparezcan. La bruja dijo que no dejáramos que nos descubrieran.

...

En la frescura de la sombra, Fey se deja caer de espaldas sobre el suelo.

—Que gusto —Dice completamente relajado. Pero la extraña reacción de su caballo hace que tenga que levantarse —¿Ahora qué tienes?

Fey voltea en cuanto escucha el sonido de ramas rompiéndose. Alguien se dirige hasta su ubicación con paso firme y rápido.

—¿Quién está ahí? —Pregunta metiendo su mano en su cinturón.

—De nada te servirá eso—Escucha desde algún lugar.

—¿Quién...?

Fey se sorprende al ver de quién se trata. El hombre que acompañaba a la joven de cabello rojo. Pero, ¿dónde está ella?

El hombre se acerca a él para sujetarlo del brazo con firmeza y comenzar a tirar de él.

—¡¿Qué estás...?! ¡¿Se puede saber qué haces?!

—Ella no despierta. —Dice sin dejar de forcejear —No sé cómo ayudarla.

—¡¿Qué dices?! ¡Ya suéltame! —Se suelta con un movimiento brusco, provocando una mirada aún más seria del hombre.

—Ayúdala —Su voz se suaviza —Te lo pido...

Aquella reacción del hombre hace que Fey sienta la gravedad de la situación. Por lo que no hace más que tomar una bolsa de su carreta para regresar con el sujeto.

—Está bien. Llévame con ella.

En el camino, Fey intenta seguir el paso del hombre, que desde que comenzó a caminar no ha dicho ni una sola palabra.

—Entonces... ¿Qué fue lo que pasó?

—No lo sé, dijo que estaba cansada y al poco tiempo decayó.

—Ya veo —Borja lo mira por el rabillo del ojo —Apuesto a que no están acostumbrados a salir de viaje —Continúa mirándolo en silencio —Es algo normal para las personas que no salen mucho. El frío por las noches y el sol durante el día hacen que el sistema se desordene un poco. Dependiendo de la persona, claro.

—¿A qué te refieres?

—No todos resisten el cambio de igual manera. Para algunos es fácil y no pasa nada. Pero para otros, es un poco más difícil y enferman con facilidad.

En ese momento, Borja se da cuenta de lo frágil que es Vesta y lo dependiente que siempre a sido de él y de la magia de Rynna. En su mente solo un pensamiento permanece dando vueltas.

—Yo la hice débil... —Murmura.

—Suele pasar con ciertos padres —Comenta Fey luego de oírlo —No está mal proteger a los hijos, eso significa que la quieres demasiado. Pero con el tiempo, protegerla siempre no es bueno para ninguno de los dos.

—¿Los dos?

—Ella no será capaz de pelear sus propias batallas. Y tú no serás capaz de dejarla ir cuando llegue el momento.

Una extraña curiosidad comienza a invadir al demonio sobre el humano que camina cerca de él. A pesar del desagrado que siente por él, hay algo que llama su atención enormemente.

—Ahí está —Dice Fey, apresurado el paso para llegar junto a la joven cuanto antes —Hey ¿Puedes oírme? —Coloca su mano sobre la frente de Vesta.

Al sentir el calor, Fey se apresura en mojar un trapo y colocarlo en su frente para disminuir la temperatura mientras intenta hacer que beba un poco de agua.

—No puede quedarse sobre la tierra —La levanta en sus brazos —Llevémosla a mi carreta. Ahí podrá descansar a gusto.

A borja no le queda más opción que solo aceptar la decisión del joven humano y dejar que se lleve a Vesta.

Mientras, entre la vegetación, los demonios mellizos observan sorprendidos la escena en la que su querida Vesta está siendo alejada del demonio.

—¿Por qué Borja lo permite? —Dice Lonch. —Ese humano se está llevando a Vesta...

—Tranquilo —Dice Lanch —De seguro tiene una buena explicación para lo que estamos viendo.

—Espero que sea buena. Confiar en un humano ¡Ja!

Aquella risa llama la atención de Fey. Pero le resta importancia y continúa caminando con Borja a un par de metros de él.

El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora