Capítulo 1

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Mientras todos gozan de su nueva libertad, las brujas no pueden dejar de preocuparse por su sobrina, que desde hace más de dos años, no ha hecho más que sentarse frente al fuego sin obtener éxito en su búsqueda. Y junto a ella, el lobo de pelaje gris permanece recostado con la cabeza sobre su regazo sin hacer nada más que solo mirarla con preocupación.

—Llevas mucho tiempo buscando a Stolas —Raksha camina hacia Vesta —Deberías dejarlo por un tiempo. Es posible que aún no haya nacido.

—Aun así debe haber una forma de encontrarlo. Saber en dónde nacerá o... —Raksha niega en silencio.

—Ya hemos tenido esta conversación. Sabes que eso no es posible.

—¿Y esperas que solo me siente sin hacer nada hasta que pase algo malo y sepa que ya es muy tarde? —Raksha la mira con una sonrisa seria.

—Puedes disfrutar de tu vida ahora que no debes estar en el bosque —Vesta la mira confundida —A Rynna le gustaba mucho conocer el mundo.

—¿Dices que salga de aquí? ¿Qué pasará con Lanch, Lonch y Gob? ¿Qué pasará con Borja?

—Iré contigo —Vesta voltea a verlo —La bruja tiene razón. No puedes estar así por siempre. Además, si salimos...

—No quiero... —La bruja y el demonio guardan silencio —Prefiero estar aquí con ustedes.

Vesta se levanta y camina lejos de ambos hasta entrar a una pequeña cabaña. Ahí dentro, la joven bruja se recuesta en una cama hecha de hierbas y paja.

—¿Estás bien? —Pregunta Borja desde la entrada.

—Estoy bien —Dice mirando hacia la pared.

—Sé cuando mientes.

—Solo no quiero salir de este lugar. El mundo ha cambiado mucho y...

—Tienes miedo —Vesta se ovilla sin voltear.

—Raksha dice que a mamá le gustaba conocer lugares nuevos. Pero mamá no pasó toda su vida en un bosque con demonios. —Voltea sentándose en su cama —No sé como actuar con las personas. Solo sé como actuar estando con demonios o con mis tías.

Borja camina hasta sentarse junto a ella. Realmente no sabe cómo hacerla sentir mejor; pero espera que el estar junto a ella sea suficiente.

Vesta lo mira en silencio y acaricia su cabeza para luego solo abrazarlo.

—Si encuentras a Stolas aún así tendrás que salir. —Borja pasa de ser un lobo a un licántropo y abraza a la joven —Si decides salir, no dudes en que yo estaré a tu lado para protegerte.

—Pero las personas...

—Solo me importas tú. Mi ambición se quedó en el bosque con Borkoff.

—¿Crees que fue justo lo que hice?

—No había otra opción. Era lo necesario para acabar con todo.

—Yo... Pensaré en lo que dijo Raksha. —Borja camina hasta la salida —Buenas noches.

—Descansa, Vesta.

El demonio se aleja de la cabaña para internarse en la oscuridad del bosque hasta la mañana siguiente.

En dos años, la vida de Vesta y la de los demonios ha cambiado bastante. Por consejo de Raksha, Vesta comenzó a dormir en una cabaña y en una cama como lo hacían ellas. Pero a pesar de que no le agradó la idea, Borja lo aceptó. Después de todo, la joven había vivido toda su vida como uno de ellos, suponía que ya era tiempo de que viviera como lo que era. Una humana.

Durante el día, Borja y Vesta se la pasan juntos en todas las actividades que realizan. Pero, durante la noche, Vesta duerme en su hogar mientras Borja duerme en una cueva en medio del bosque.

—¿Por qué estás aquí de nuevo? —Dice Borja en medio de la oscuridad.

—Yo... Solo quise caminar. No estoy cansada.

—La bruja fue muy clara contigo.

—Lo sé. Pero...

—Vesta, no eres un demonio —Vesta desvía la mirada —Eres humana.

—Eso ya lo sé. Es solo que... Aun es difícil no sentirme sola en ese lugar.

—No lo estás. Vamos, te llevaré de vuelta.

Vesta se recuesta sobre el lomo de Borja mientras este camina de vuelta a la cabaña.

—¿Recuerdas cuando nos conocimos? —Pregunta Vesta mirando las estrellas.

—¿Cómo olvidarlo? ¿A qué viene eso?

—No lo sé. Solo lo recordé.

Un largo silencio los envuelve hasta que Vesta se sienta mirando en dirección contraria a Borja.

—¿Crees que lograré encontrarlo? —Borja se detiente.

—No te exijas demasiado, niña. La bruja tiene razón. Quizás ese brujo aún no ha vuelto a nacer.

—No soy una niña. —Suspira con pesadez —Pero ya van tres años desde que todo pasó. Stolas debió de haber reencarnado ya. Pero...

—Deja de preocuparte, Vesta.

Borja se sienta haciendo que Vesta se deslice hasta quedar sentada en el suelo. Algo que siempre la hacía reír; pero no funciona esta vez.

—Cuando estuve en Cántaro... Me di cuenta de que las personas me asustan. Me da miedo ver tantos humanos juntos y... Me asusta saber de lo que pueden ser capaces.

—De Rynna aprendí que no todos los humanos son malos. De ti aprendí que no debes juzgar de inmediato, porque posiblemente esa nueva criatura te traiga algo mejor a tu vida.

Aquello hace pensar a Vesta. Posiblemente Borja tenga razón en todo al igual que Raksha. Posiblemente, Stolas no está por ahí esperando a que lo encuentre y tendrá que esperar más tiempo para que eso ocurra.

—Yo... Pensaré en lo que dijo Raksha esta tarde... Buenas noches.

—¿Quieres que vaya contigo? —El silencio de Vesta es más que suficiente para Borja. Por lo que simplemente se pone de pie y comienza a caminar junto a la joven —Andando.

Ambos caminan hacia la cabaña uno junto al otro. Si bien ha pasado tiempo desde que llegaron a ese lugar, realmente ninguno de los dos se acostumbra con el estar separados el uno del otro. 

El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Where stories live. Discover now