CAPÍTULO 25: "Decisión"

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—El informe hecho recientemente, nos revela que este joven tiene un severo trastorno de personalidad— uno de los oficiales le cedió todo la información recopilada a Kotaro Fuuma.

El hombre lo leyó detenidamente e hizo un gesto con la mano para interrumpir el discurso del oficial.

—Trastorno de personalidad. Bipolaridad y ataques de ansiedad... —murmuraba al pasar las hojas. Levantó la vista—¿No cree que ese muchacho necesita atención psiquiátrica urgente?

El hombre, testigo del examen que le habían hecho a Kawaki Uzumaki, resopló ante la idea.

—La justicia es bastante lenta en ese sentido. Todos estamos de acuerdo en que Kawaki necesita ser internado en un hospital psiquiátrico y recibir la mejor atención para tratar sus trastornos—sobó su nuca—. Lo que aún no entiendo es por qué tenía secuestrada a esa chica...

Kotaro lo miró con fastidio. Realmente dudaba de la capacidad de su colega.

—Claramente es un tipo de obsesión que adquirió hacia la chica.
Supongo que Kawaki habrá sido un niño malcriado que supo tener todo lo que quería. Aunque... —resopló—al toparse con Yodo, ella quitó el seguro que mantenía esa locura dormida. Se convirtió en un objeto de deseo y se obsesionó al punto de quitarle la libertad.

Ambos se cruzaron de brazos.
Miraban fijamente el monitor que vigilaba la actitud de Kawaki en una habitación solitaria.

Kotaro frunció el ceño.

—¿Aún no ha confesado? —inquirió y su compañero negó con la cabeza.

El Fuuma, quien se encontraba a cargo de la investigación del caso Uzumaki-Nara, sacó una cajetilla de cigarrillos que guardaba en el bolsillo.
La abrió y sacó uno de ellos. Le ofreció al hombre que estaba a su lado y éste aceptó.

Ambos los encendieron y dieron su primer bocanada como prueba de cuán exhaustos estaban.

—Presiento que hay algo mucho más turbio detrás de todo esto... —musitó.

Las miradas se centraban en la actitud apática de Kawaki.
Los perfiles de los psicópatas que habían pisado la dependencia policial, eran similares a las que presentaba el Uzumaki.
Su mirada mostraba el estado inactivo de su alma, dando fe de cuán perturbado estaba.

—Eso lo comprobaremos luego del interrogatorio—aseguró el oficial—. Pasará la noche en la celda. Luego se determinará si será trasladado o permanecerá allí hasta que sea enjuiciado.

                           [...]

Sarada acababa de darse una larga ducha.
Estaba exhausta y preocupada por Shikadai.

Si bien el muchacho había comido en paz, ella podía percibir que su mente divagaba en otro sitio.

Sabía acerca de los recientes cuerpos encontrados y cómo esa noticia afectaba en su corazón.
Nadie mejor que la Uchiha comprendía la angustia y el duelo que no podía dejar salir por culpa de otras preocupaciones esenciales.

La azabache se colocó los lentes y suspiró.
Colgó la toalla con la que había secado su cabello y salió del baño.

Sentía el aroma a tabaco que provenía del comedor.
Ella se acercó hasta él y notó que estaba apoyado en el ventanal. Tenía la mirada perdida, tal como lo había conocido.

Al escuchar los pasos, Shikadai volteó a verla y sonrió.

—Estaba deliciosa la comida... —musitó y dio otra calada a su cigarrillo.

—Gracias. Aunque era algo simple y rápido de hacer... —Sarada desvió la mirada. Quería acercarse a él, pero temía invadir su privacidad—Algún día... —captó la atención del moreno— Algún día te cocinaré algo mejor elaborado—exclamó con énfasis.

Prófugos~ShikaSara (FINALIZADO) Where stories live. Discover now