CAPÍTULO 11: "Ese Día..."

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Durante años, Sarada había guardado aquel mal momento. No tuvo un momento a solas con la tragedia para reflexionar.

Esa noche, al mantener contacto con su aroma y sus objetos, su memoria se vio afectada, tomando su temor para poder confrontar aquel cruel destino.
Su llanto ahogado, su corazón hecho añicos, su soledad... Todo formaba parte del duelo.

Sin embargo, ahora no estaba sola. Podía contar con una persona que la entendería y la escucharía.

Sarada se había sentado en la cama. Shikadai había encendido una vela pequeña y abrió la cortina, para que no se viera tan oscuro.

El Nara había preparado dos tazas de té. Cuando se lo dio a Sarada, él se sentó de frente a ella, del lado de los pies de la cama.

Los ojos de la azabache estaban hinchados y su mirada, perturbada.

—Si necesitas endulzarlo, avísame y traeré el azúcar—exclamó Shikadai. Ella dio un sobro y negó con la cabeza.

—Está perfecto... —musitó.

—Me alegra... —esbozó una sonrisa ladina. No podía no sentir preocupación por la chica.

—Perdón por venir así y despertarte.

—Sarada—el moreno tomó aire y desvió la mirada —, estaré aquí para escucharte. Te dije que no estabas sola en esto.

Ella tomó un poco más y suspiró.

—Gracias, Shikadai—sus ojos se posaron sobre el rostro exhausto del Nara.

Sintió culpa por no haberlo dejado descansar, pero también fue algo que no pudo manejar.

Él no dijo nada más. Sólo se limitó a degustar su té y tratar de espabilarse. Sus párpados pesaban, pero no podía dormirse en ese momento.

—Ese día, Boruto me había pedido matrimonio—comenzó diciendo la azabache, captando la atención de Shikadai—. Estaba tan contenta por ello, que no pude evitar contárselo a alguien.

El sólo pensar en la situación, al Nara se le llenaban los ojos de lágrimas.
A lo mejor, él en su lugar, llamaría a su madre.

Sarada llevaba mucho tiempo saliendo con Boruto, tarde o temprano la propuesta llegaría.

—Mis padres estaban felices por mí. Ese día empecé a llorar muchísimo, aunque al principio fue de felicidad—bajó la mirada—. Estaba en la playa, observando la cabaña desde allí—se abrazaba a la taza—. Pero, durante la llamada, oí un tiro—enmudeció. Estuvo algunos segundos así, recordando ciertos detalles que había encajonado.

Shikadai comenzó a imaginar la secuencia. El sitio donde se encontraban era lo suficientemente alejado de la ciudad, lo cual sería imposible que sea por un robo al azar.

—Les dije a ellos lo que estaba sucediendo y corté la llamada—suspiró —. Corrí lo más rápido que pude y cuando llegué—nuevamente comenzó a temblar—.Dejé caer mi celular. El panorama era desolador.

El moreno levantó la vista y se encontró con las orbes oscuras de la chica.

—En el camino, vi pequeñas manchas de sangre. Cuando lo encontré, había dos personas con él—titubeó—. Ambos llevaban pasamontañas. Pero por la contextura física, me di cuenta que eran un hombre y una mujer—resopló—.El hombre lo sujetaba, tirándole los brazos y la cabeza hacia atrás. Él tenía el rostro ensangrentado y aún se mostraba aturdido.

Shikadai apretaba su taza. Ahora tenía una pista, aunque fuera mínima.

—La mujer lo apuntaba con su revólver y reía. Mi cuerpo no respondía. Necesitaba ayudarlo, pero mis piernas parecían pegadas al suelo... —cerró sus ojos—Cuando me vieron, no dudaron un segundo en darle el golpe de gracia. Ese momento es el peor de toda la secuencia. Verlo así, sentirme culpable por no haber hecho algo y...

Prófugos~ShikaSara (FINALIZADO) Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora