CAPÍTULO 5: "Huyendo Por Amor"

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—Con esta medicina podrás volver a estar al 100%—exclamó Shinki, después de examinar a la azabache.

Sarada comenzaba a relajarse y eso beneficiaba a que se recuperara aún más rápido.

Días atrás, Shikadai le había dado una gran lección de vida. Una que había descuidado y que agradeció cada noche.

—Anímicamente te veo mejor—exclamó Chouchou y le regaló una manzana.

—Eso creo… —musitó y dio la primer mordida. La morena la miraba con entusiasmo.

—¿Verdad que son deliciosas? —sonreía.

—Muy rica—Sarada saboreaba la fruta y disfrutaba de la dulzura de ella.

Shinki se colocó su uniforme médico y tomó su maletín.

—Chouchou, necesito que me acompañes. Acaban de informarme que una chica se accidentó aquí cerca y debemos chequear qué tan grave es—la muchacha se levantó rápidamente, acarició el cabello de Sarada y buscó sus herramientas de trabajo.

Sarada sentía la presión de ambos respecto a su labor. Ellos realmente se esforzaban para ayudar a los demás.

Una vez lista su novia, Shinki se acercó a Sarada y exclamó:

—¿Te molesta si te dejamos sola?

La Uchiha comenzó a reír.

—No se preocupen por mí. Sé cuidarme sola—se sentó en su cama y sonrió.

Ambos respiraron profundo y salieron sin decirle nada más.

—Sólo… —Sarada recordó lo que era la soledad—tengan cuidado allá afuera —pensó.

La casa era tan triste cuando no había nadie. Sólo tenían un televisor y, por momentos, no se podía ver la pantalla.
A veces se preguntaba por qué motivo no se compró uno nuevo, ya que siempre contaba con mucho dinero.

Realmente había cosas que no entendía. Como el hecho de que tuviera un consultorio improvisado en su casa. Que no contara con todas las maquinarias o herramientas que cualquier médico tendría. Pese a ello, no quería pensar más o se sentiría insegura.

Sarada estiró su cuerpo y se levantó.
Sentía dolor en la parte baja de la espalda, así que caminó manifestando molestia en la zona.

Se dirigió a la cocina. Deseaba tomar algo caliente.
La encendió y colocó una jarra de metal con un poco de agua.
Comenzó a revisar en los muebles y no encontraba ni una sola taza.

Su cabeza dolía. No estaba acostumbrada a estar tanto tiempo sin sus lentes.

—No sé cómo haré, pero los necesito—exclamó mientras masajeaba su frente.

Divisó un mueble en la parte superior de la mesada.

Pensó que allí debían estar los demás utensilios que no encontraba.
La jarra comenzó a hervir y la apagó.
Fue hasta la sala y buscó una silla. La llevó hasta la cocina y se subió en ella.

Tenía razón. Las tazas, vasos, platos y demás, se encontraban en ese lugar.

—¡Maldición! ¿Por qué inventan estos muebles tan altos? —renegaba mientras intentaba alcanzar las tazas  que se encontraban tras una pila de vasos.

—A lo mejor no están hechos para niños… —exclamó una voz detrás suyo, asustándola de tal modo que acabó tirando los vasos.

Los vidrios se esparcieron en el suelo. El calzado de Sarada se había llenado de las pequeños fragmentos de los vasos rotos.

Prófugos~ShikaSara (FINALIZADO) Where stories live. Discover now