CAPÍTULO 15: "Libro Abierto"

82 9 6
                                    

La oscuridad de la habitación del Nara le permitiría poder tomar control de la situación, pero algo dentro suyo no marchaba bien.

Shikadai estaba acorralado contra la puerta y su potencial presencia que lo abrumaba.
Ella lo había domado completamente...

Hacía mucho tiempo que no estaba a solas con una mujer y sentía pena por sí mismo.
La torpeza y los nervios lo delataban.

Sarada reía. En su estado de ebriedad, ella lograba desafiarlo y lo tenía a su merced, cumpliendo con su rol de juguete sexual para la bestia que residía en la Uchiha.

Sorprendido por su actitud altiva, se dejó llevar por sus manos ávidas de placer.

Con delicadeza y precisión, Sarada recorrió cada rincón del torso desnudo del Nara.
Él jadeaba al sentir su aliento en su cuello, acompañado de suaves rasguños en su pecho.

Shikadai cerró sus ojos y trató de enfocar su atención en la mujer que estaba frente a él, implorándole que sacíe su hambre.
La Uchiha comenzó a bajar sus besos con la firme intención de llegar al punto de mayor éxtasis del muchacho. Shikadai previó su jugada y la detuvo cuando estaba en su abdomen.

Levantó su rostro y lo llevó hacia sus labios.
Sujetó su cintura y la guió hasta su lecho, mientras flojaba su brasier debajo de su blusa.

Se alejó de ella y quitó ambas prendas, una después de otra, dejando al descubierto una de las grandes maravillas que ocultaba Sarada.

Sus senos eran medianos. De hecho, a Shikadai les gustaba así, ya que si fueran más grandes, le obstruiría la vista en cuanto al resto del cuerpo.
Cabían perfectamente en sus manos, robándole una infinidad de suspiros a su compañera.

El Nara las masajeó con suavidad y regresó a sus labios para demostrar que él también estaba dispuesto a todo esa noche.

Mordisqueó con sutileza y jadearon en sintonía.

Sarada admirada el torso delgado del azabache y miraba con lujuria al muchacho que se encontraba encima suyo.

Shikadai estaba aliviado, pues el alcohol comenzaba a marearlo un poco más y pensaba que podría perder estabilidad.
O, peor aún, que ella perdiera el equilibrio, rompiendo aquel clima candente que se encendía cada vez más.

Sarada buscaba arrebatar las prendas inferiores de Shikadai, sin dejar de besarlo.

En un impulso descontrolado, apretó con ahínco el miembro que, claramente, podía verse erecto bajo su ropa.

Shikadai gimió al sentir sus cálidas manos en su entrepierna.
La presión y la molestia comenzaba a manifestarse. No tenía otra opción.

Se bajó de la cama y comenzó a quitarse el pantalón cuán fiera salvaje.
Sarada actuó del mismo modo, esbozando una expresión lujuriosa que descarrilaba al metódico Nara.

Antes de continuar, buscó rápidamente en su mesa de noche y lo que sacó de allí, lo escondió bajo la almohada.

Sarada comenzó a reír y Shikadai soltó su cabello, mostrándose molesto por la actitud de la Uchiha.

—¿Qué te causa gracia? —inquirió mientras retomaba su lugar.

—Pues... —enarcó una ceja y llevó su mano directamente al miembro del muchacho.

Estremecido y pasmado, Shikadai dejó que Sarada cometiera un acto delictivo con su cuerpo.

Jugueteaba con él, moviéndolo con rapidez en sentido vertical. Una y otra vez, la mano de Sarada ascendía y descendía en el pilar que sólo pedía piedad.

Prófugos~ShikaSara (FINALIZADO) Where stories live. Discover now