Capítulo 19

91 30 12
                                    

Ángela Brown

¿Quién soy yo ahora?

Esta pregunta se me está haciendo difícil de contestar. Me obligue a convertirme en la persona que supuestamente estaba destinada a ser, pero ahora que él no está no reconozco a esta versión de mí, ni quiero serla. No tiene sentido para mi seguir siendo la novia ejemplar que lo ayudaba en todo, que iba a los mejores eventos sociales y conocía a todo el mundo. Pero mis gustos y forma de ser han cambiado tanto que tampoco me imagino volver a ser lo que era antes.

Todavía recuerdo cuando conocí a Marcus, las ansias que tenía de aprender y él de enseñarme. Jugué a ser la niña inocente que él quería y me convirtió en la mujer que soy ahora. Por él deje atrás los vicios como fumar y de ser coqueta con la mayoría de los muchachos que me parecían atractivos, algo que ni Gil me pudo quitar.

Creo que tuve que pasar por todas estas cosas y malas experiencias para ver lo que es importante y continuar. Enfocarme en mis estudios y mis amigas sin estar obsesionada con el amor, esos serán mis nuevos conceptos. Lo que más me aflige es que la gente sepa el penoso desenlace de "la pareja perfecta" y dejen de recurrir a mí para ayudarles o no me vean con los mismos ojos, peor aún con los de lastima.

No me puede Marcus en lo absoluto, porque al fin lo veo como es realmente. Más bien me puede todos los hombres que rechacé (entre ellos el sexy pelirrojo) y momentos que desperdicié por serle fiel y estar al pendiente de sus necesidades. Tal vez eso es lo que necesito para sentirme de nuevo yo misma, salir con algún tipo desechable. Lástima que Carter se fue de la cuidad, no es material para algo serio, pero para algo de vez en cuando está perfecto. Definitivamente es lo que necesito, volver a ser la rompe corazones que alguna vez fui.

************

—¡Un pajarito ya me conto que alguien tiene una cita hoy! — grita con emoción Pamela haciendo una gran entrada a la sala.

Aparto la mirada de mi libro solo un segundo para lanzarle la mejor mirada de odio que tengo a Natalia, quien estaba tomando una taza de té de alguna hierva extraña haciéndose la loca esquivando mi mirada.

<< Que pajarito más traidor.>>

Vuelvo a mi lectura y me limito a contestarle a la animada chica que está luciéndose por toda la sala.

— Ni te emociones que no es nadie de importancia—digo sin voltearla a ver.

—Entonces, ¿por qué lo haces? – pregunta la traidora morena desde la barra de la cocina.

—Para darle celos a Marcus – afirma Pamela.

—Esto no tiene nada que ver con él— odio que lo sigan mencionando como si todavía tuviera relevancia en mis decisiones— solo quiero matar el tiempo y creo que ya es momento de avanzar.

— O sea que solo quieres sexo — informa la atrevida chica y Natalia al escuchar casi se ahoga con el té y comienza a toser.

— Tu piensa lo que quieras, pero si a mí me invita a salir un chico guapísimo le digo que sí y punto— digo segura.

— Sin pensarlo como veinte mil veces no creo.

—¿Cómo le haces? A mí nadie me ha invitado a salir en todo el verano y ya casi se nos acaban las vacaciones.

— Es un don, pero no fue de la nada si ese te ayuda.

El muchacho que me invito a salir, se me ha insinuado toda la prepa incluso con novio y relaciones complicadas. No sabe precisamente que Marcus y yo terminamos, pero lo supuso cuando me voy llegar al club sola para entregar mis cosas de socia. No quiero nada que haya conseguido gracias a él.

Entre besos y engaños. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora