Ángela Brown, ante los ojos de la gente siempre ha sido la chica perfecta, ahora en la universidad tiene todo lo que siempre ha deseado; vive con su mejor amiga, estudia en una de las universidades más prestigiosas del país, tiene un grupo de amigos...
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Natalia García
El antro nos da la bienvenida con mucho ruido y humo. Desde la entrada podemos ver todo el lugar ya que estamos en alto. Está un poco lleno, pero no a modo que no nos podamos mover. Bajamos unos escalones y no sé a dónde ver, todo es tan llamativo y la energía que desprende el lugar es tan atrayente.
—Hay que buscar una mesa— grita Ángela ya que la música está un poco alta.
—En la parte de atrás para poder hablar bien — agrego en el mismo tono de vos que Angy.
—Yo voy por las bebidas— anuncia Pamela en un grito, que sonaba más animada que hace rato.
—Te acompaño— vocifera Sebas, pero antes de irse se inclinó hacia Tamara —¿Quieres tomar algo? — le pregunta con un tono de voz más decente, a lo que Tamara no más niega con la cabeza.
Ángela, Tamara y yo nos sentamos en una mesa en la parte del fondo de la disco, del lado opuesto de la barra. Las mesas están al rededor formando un rectángulo, la pista de baile está en el centro bajando unos escalones y enfrente de la pista esta un escenario donde se encuentra el DJ.
—¿Angy quieres ir a bailar? — le pregunto a mi amiga.
—No, quizás luego, deja que lleguen los demás—contesta la castaña un poco apagada.
Todavía sigue sin ser ella, necesita dejar salir toda esa energía negativa. Si las circunstancias fueran otra ya estaría intentando de Tamara bailara, sacándonos platica o viendo que chicos guapos había, pero no. Estoy preocupada por ella, ya pasaron 3 semanas desde qué pasó lo de Marcus y esta es la primera vez en todo ese tiempo que la veo un poco más animada. Los primeros días apenas salió de su cuarto ahora hasta se arregló. Si no fuera porque Tamara le rogó que la acompañáramos dudo mucho que estaría aquí.
—Llego la diversión linduras—exclama la entusiasmada rubia al llegar a la mesa con las bebidas.
—Te traje una botella de agua a ti y a Ángela— anuncia Sebastián aserrándose a Tamara.
—Ah no, todos vamos a tomar esta noche, en especial tu— declara Pamela apuntando a Ángela y agrega un poco disgustada — ya estuvo bueno de andar lamentándote.
—No creo que esté bien que la presionemos, sanar las heridas requiere tiempo y meditación —me apresuro a contestar con voz severa.
—¡No! — exclama Ángela haciendo que todos la volteemos a ver — Tienen razón— explica la pequeña castaña encogiéndose de hombros. — La verdad eh estado muy mal estos días, pero todos ustedes me han ayudado muchísimo y Pamela tiene razón ya es hora de seguir adelante así que ¡dame ese shot! — golpea la mesa con la palma de mano y la rubia inmediatamente le da la bebida. <<Muy obediente ella>>
—Solo toma con cuidado— le ruega Tamara muy suave, al mismo instante que Ángela se empina el pequeño vasito para después hacer una mueca de desagrado.
