Capítulo 11 - Enfrentamiento

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Ángela Brown

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Ángela Brown

De camino al departamento de mi novio, le cuento todo a Tamara sin entrar en muchos detalles sobre algunas cosas que pasaron en casa de Gil. Mi mejor amigo de la infancia, que estuvo de novio más de dos años con mi hermana y con quien yo tuve una relación en secreto al mismo tiempo. Me merezco todo lo que me pase, aunque él me aseguro varias veces que ellos tenían una relación abierta, no quita el hecho que estuvo mal. Me deje llevar por las hormonas y la lujuria para al final enamorarme del novio de mi hermana y que como era de esperarse él la prefiriera a ella.

Aparto eso de mis pensamientos, porque quedo en el pasado y tengo que concentrarme en algo igual de doloroso, el presente.

Tami me acompaña hasta el departamento, al que hace unas horas intente llegar, con la diferencia que ahora si llego a la puerta.

Toco, pero nadie contesta, vuelvo a tocar y vuelvo a tocar. Hasta que por fin mi novio comienza a abrir la puerta.

—¿Qué pasa? ¡¿Saben que horas son?! —pregunta Marcus molesto mientras abre la puerta. Su cara palidece al verme.

—Son las 9 amor— contesto melosa.

—¡Mi amor ¡¿Qué haces aquí tan temprano? Pensé que nos íbamos a ver más tarde— cuestiona intentando saludarme con un beso. A lo que yo evito sus labios volteando a ver a mi amiga porque el solo hecho de besarlo me da asco.

—¿No nos vas a invitar a pasar amor? — solicito tranquila, pero por dentro las palabras se me empiezan hacer nudo.

Él está en calzones y playera interior y en cuanto las palabras salen de mi boca Marcus cierra un poco más la puerta quedando apenas visible su cara y su torso.

—Estoy en ropa interior, no creo que Tamara se sienta cómoda viéndome así— dice observando a mi amiga y luego a mí—  además el departamento está desordenado, ¿por qué no mejor me esperan abajo y en unos minutos las acompaño y las invito a desayunar? —pregunta Marcus, quien empieza a ponerse nervioso.

— No creo que a Tamara le importe esperarnos aquí unos minutos ¿verdad? — sugiero volteando a ver a mi amiga, ella solo asiente. —En lo que te cambias y paso a recoger unas cosas que deje el otro día.

—Pero es de mal educación— se defiende Marcus — mejor esperen abajo— vuelve a insistir.

—¿Estás escondiendo algo? ¿O por qué no quieres que pasemos? — lo cuestiono.

— Ángela no hagas esto, estás exagerando — contesta mi supuesto novio.

Empujo la puerta con todas las fuerzas que tengo, Marcus ya no pone más resistencia y nos deja pasar. Sabe que es inútil vencer mi terquedad. Me dirijo directamente al dormitorio, pero él intenta detenerme, aunque no me hace falta avanzar más porque desde la sala se ve perfectamente a la joven de cabello café claro que vi el día anterior, durmiendo cómodamente en la cama de mi novio. 

Entre besos y engaños. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora