Se burlaron de ella. La acusaron de débil, frágil, rara, inútil.
Se sintió mal por ello; sin embargo, no permaneció de brazos cruzados.
El destino tiene muchas formas de revertirse.
Ella ni siquiera lo planeó.
como tampoco estaba en sus planes ena...
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Cuando salió del vestidor no pudo creer lo que había sucedido allí dentro. La sensación de la mano de Bardock acariciando su mejilla aun seguía vigente; esas manos ásperas, con caricias suaves lograron reconfortarla.
Le dio un poco de tiempo.
Dijo que saliera cuando realmente se sintiera lista y que no iba a juzgarla por ello, tampoco permitiría que el resto de sus compañeros la molestaran por su anterior ataque de pánico.
Gine se armó de valor y pasando unos minutos del calentamiento, salió de las carpas de enfermería.
Lo primero que observó en el lugar es como todos los demás ya habían comenzado con sus entrenamientos en pareja. Estaba a punto de reincorporarse cuando una voz preocupada la interrumpió.
- Oí que tu compañero le preguntaba a Bardock si estás bien -Fasha la llevó a un lugar mas apartado tomándola de la mano- ¿Que sucedió? me tenías preocupada.
- No mucho, descuida.
La mayor la observó en forma severa, notando que claramente le mentía. Seguramente Gine no quería preocuparla.
- Tendrás que decírmelo mas tarde -advirtió con cierta mirada que asustó a la saiyajin mas pequeña. Sabía que su cuestionamiento sería largo considerando lo empática que era aquella mujer- prepara ese delicioso café porque...
- Así que aquí estabas.
Su conversación fue interrumpida por un atrevido Toma, que no dudó en estrecharlas a ambas bajo sus brazos. Gine maldijo entre dientes por lo sigiloso que podía ser este, se llevó un susto de muerte e inclusive pensó que aquella voz podía pertenecerle a Toteppo.
- Si -mencionó de manera nerviosa- bueno, como pasa la hora. Mejor vamos a entrenar.
Se safó del agarre, pero aun así fue víctima de los comentarios de su colega.
- ¡Ya entiendo! -se mofó a sus espaldas con una gran sonrisa- te estabas haciendo el enfermo para que cierta personita te consuele.
Un rubor notorio se hizo presente en el rostro de la mas pequeña. No podía creer tal cosa y le divertía su forma descarada de pensar, "si tan solo supieras" fue lo que atravesó su mente antes de seguir caminando, haciendo que después Toma le siga el paso.
Fasha supo que era hora de hacer su trabajo, aun con esa mirada de cautela en el rostro permaneció quieta distraída en sus pensamientos. Observó como Gine se marchaba y su compañero la perseguía entre comentarios molestos.
- Sabes, lo que haces es despreciable -lo acusó, sin perder esa sonrisa en su rostro- mira que meterte con una mujer casada cuando el mismo burdel se aloja en el campamento.
Quería que dejara de molestar respecto al tema. Su intención no era meter en problemas a Fasha y conociendo lo bocón que podía ser Toma, si un comentario como ese llegaba a oídos de Toteppo...
