—¡Quítense del camino! —gruñó Holly.

(Todos bloqueen las fronteras).

—¡Déjennos ir ya! —masculló ella. En ese momento, el perro monstruo salió por la puerta, destruyéndola completamente. Avanzó hacia el auto y atacó a los vecinos—. ¡Dios! ¿Viste eso? ¡Es horrible! —gritó Holly, señalando con la mano la criatura..

(Hagan algo).

—¡Date prisa, Holly! —ladré—. ¡Tenemos que escapar!

(Maten a la intrusa).

—Lo siento, lo siento —susurró Holly, pisando el acelerador. Tenía los ojos escocidos y la expresión fuera de sí—, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... —repetía entre lágrimas y jadeos, mientras aplastaba los primeros cuerpos de los vecinos que se interponían en nuestro camino.

Holly viró a la izquierda y no se detuvo, a pesar de que todas las calles estaban repletas de personas que intentaban frenarnos; algunas de ellas salían de sus hogares y avanzaban hacia nosotras, siempre murmurando en mi cabeza.

El pueblo entero estaba sumido en un propósito en común: detenernos o matarnos.

(Miranda está escampando).

No sabía quién los estaba controlando, supuse que tal vez Hunter, pero probablemente había otra entidad más poderosa detrás de todo esto. Una entidad que me estaba buscando y quería llevarme al refugio.

(Hagan algo).

Y yo no dejaría que hiciera eso conmigo.

(Todos deténganlas).

—¿Qué está pasando, Miranda? —jadeó Holly tras el volante—. ¿Por qué intentan matarnos?

Negué con la cabeza, sollozando.

—¡Dímelo! —gritó Holly, frenética—. ¡Dímelo! ¡Dímelo ahora!

—Sigue manejando —la exhorté, apretando los dientes—, no nos alcanzarán.

—El perro... ¿qué clase de perro era ese?

—¡Cállate! —protesté.

—Necesito mi teléfono —repuso Holly—, podría llamar a la policía o a Dante...

—No funcionará —indiqué.

—¿Cómo sabes?

Guardé silencio, deseando no haber hablado.

No le dije a Holly dónde tenía que llevarnos, porque ella ya lo sabía, así que solo me limité a cerrar los ojos y sentir el movimiento del auto sobre la carretera, a punto de dejar atrás la frontera.

Pronto la conexión entre Hillertown y yo terminaría.

Sin embargo, fuimos interceptadas por un grupo de vecinos y también por una pared de fuego que se levantó en medio de la oscura noche; las llamas rojas ondulantes alcanzaron una altura impresionante y parecían expandirse a medida que avanzábamos.

Entre chillidos, Holly tuvo frenar pero, las llantas del vehículo derraparon en el camino y aplastaron a los vecinos.

Algunos de ellos gritaban y gemían cuando sus huesos y créanos eran reducidos en una masa de carne roja en la carretera. Otros se aferraban a las ventanas y terminaban en el suelo por la velocidad del auto.

(Miranda está escapando).

Mis padres estaban muertos.

(Hagan algo).

Yo quería estar muerta.

(Maten a la intrusa).

Holly perdió el control de auto y salió de la carretera; avanzó varios metros hasta estrellarse en un montículo de tierra, vegetación y probablemente piedras. Al no llevar puesto el cinturón de seguridad, mi cabeza se estampó en la ventanilla.

No tuve tiempo de reaccionar, simplemente grité muy fuerte; todo a mi alrededor giraba y me sentía muy mareada.

(Entrégate a él).

—Holly... Holly... —murmuré, tratando de buscarla a tientas con mi mano derecha..

Ella no mostraba señales de seguir consciente, así que ladeé la cabeza y en un movimiento repentino de mi cuello, escuché un crujido y solté un gemido

(Por fin serás nuestra).

Alguien abría la puerta y me sacaba en brazos.

(A salvo).

—Tú vendrás conmigo. Estaremos a salvo —afirmó una voz.

(Estarás a salvo).

—Nos están esperando —repuso la voz.

—Holly... —jadeé—, no dañes... a... Holly.

(Ya es hora).

—Shh, no lo haré.

Mis ojos entrecerrados veían la noche, tan cálida y distante como la presencia que me llevaba en sus brazos.

—Holly... —susurré.

(No te resistas más).

—Vendrás conmigo, Miranda —afirmó la voz y supe que era Hunter—. Eres tan hermosa. Tan perfecta y única —repuso—. Llegó el momento de irnos. Ellos nos esperan.

(El Circulo).

—Eres mía, solo mía, Miranda.

(Es ahora).

Cada músculo de mi cuerpo se sentía, frío, casi entumecido y perdía el control de mis extremidades. Entonces, un acto de reflejo y confusión, oculté el rostro en el pecho de Hunter, escupiendo sangre.

(Tu nuevo hogar).

Hubo un destello que me cegó momentáneamente, y en la intensidad de la luz, escuché las incontables voces que se regocijaban por mi captura.

Segundos después, fuimos arrastradospor un tornado oscuro y solo hubo silencio.

La asíntota del mal [#1] - ✔Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ