Capítulo 45

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—Los celos pueden dañar muchísimo, Gianna —le dije y me acerqué a su oreja —. He oído que impide la excitación.

Su mano se dirigió hacia mi rostro y la detuve.

—Como me pongas una mano encima, te prometo que mañana no te reconocerás al verte al espejo —la amenacé y la furia le ardía en los ojos —. Vete antes de avergonzarte a ti misma, ¿quieres?

—¿Avergonzarme a mí misma? —repitió y largó una carcajada sarcástica —Tú deberías sentir vergüenza al creerte importante por el apellido que portas.

Sus palabras no significaban nada. Toda mi vida se la habían pasado diciéndome aquello y, aunque sabía que aquel me había brindado varios beneficios, mi padre nunca me había tratado de alguna forma en especial. De hecho, él había sido más duro conmigo que con cualquier otro agente.

—Tu novio te dejó, quedaste embarazada de él, y no pudiste hacer nada para evitar el asesinato de tu padre que sucedió frente a tus narices —rió —. Es que me das puta lástima, Jensen.

Aún no es el momento, Valdine...

—No, ambas sabemos que no es lástima lo que sientes por mí —Ella arqueó su ceja, intentando comprender lo que estaba diciendo —, sino que es envidia.

Cogí su cabellera rubia entre mis manos con el objetivo de dejarla sin cabello y acerqué su rostro al mío.

Lo que tenía de bonita también lo tenía de estúpida.

—Defenderte diciendo cosas sobre mi vida personal es caer muy bajo —espeté y golpeé su rostro con mi puño.

Últimamente, parecía estar metida en más peleas que nunca, aunque esta en especial no me desagradaba.

Atinó a coger mi rostro entre sus manos, pero le di otro golpe. Su nariz estaba ensangrentada y conservaba su mirada rabiosa sobre mí.

—¡Valdine! —lo divisé acercarse a lo lejos con firmeza y la rubia se removió bajo mi agarre con poco éxito —¿Qué mierda haces?

Cogió mi muñeca para que la soltara pero no lo hice.

Sus insistentes perlas se posaron sobre mis ojos y pareciera como si aquellas estuvieran declarándome la guerra.

—Está loca —habló Gianna, haciendo el papel de víctima, pero él la ignoró.

—Ya suéltala —me ordenó con su voz grave que tanto me hacía estremecer.

Me acerqué a su rostro y clavé mi mirada sobre sus apetitosos labios.

Me importaba una mierda que toda la cafetería estuviera viéndonos. Que ahora Cailan supiera lo que yo sentía por él no quería decir que fuera a dejarle darme órdenes.

En el pasado había permitido que me trataran como la mierda misma, pero jamás permitiría que me dijeran lo que tenía que hacer.

—Cailan... —oí la voz irritante de la rubia de fondo. Él bajó su mirada a mis labios y sonreí complacida.

Puede que no estuviera enamorado de mí pero, sin duda alguna, él no sabía controlarse cuando me tenía frente suyo.

Solté el agarre de su cabellera y se aferró al brazo del rubio con rapidez en busca de algo de protección.

Al recordar lo que había provocado en la amiga de Thea y verla con tan sólo su nariz sangrando y su ceja herida, me regañaba a mí misma por no haberla golpeado con más fuerza.

Tu padre y Mitch te han enseñado mejor que eso, Valdine.

Lo sé, pero asesinarla no era mi plan.

AVARICIA [+18] © ✔️Where stories live. Discover now