Capítulo 29

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Cailan.

Observé como Valdine se largaba de la habitación y sentía una sensación de estorbo en la garganta muy inusual.

Me había quedado por decirle muchas cosas y ya me encargaría de eso, pero no podía correr tras ella y dejarnos en evidencia frente a Gwendolyn.

—¿Sucedió algo? —me preguntó y dirigí mi mirada hacia ella.

Negué con total seguridad.

Cuando se trataba de Valdine y yo, siempre sucedía algo. Estábamos a punto de asesinarnos o acabábamos follando.

—Ella parecía estar algo... afectada —manifestó con cierta preocupación.

—Esta situación no es fácil para ninguno de los dos. —Ella asintió.

Cuando la tenía cerca, cualquier problema parecía desintegrarse y lo sentía como una obligación el arrastrarme a ella.

—Una parte de mí estaba preocupada que no fuera a aceptar el plan —aclaró su garganta y se volteó a verme —. Ya sabes... Porque ella parece detestarte tanto como Irene.

Reí a mis adentros.

Si tan sólo supiera...

Si Irene me "detestara" de aquella forma, ya me hubiese encargado de que esta guerra hubiera llegado a un fin hace mucho tiempo.

—Ella haría lo que fuera por Broc —dije y me encaminé a la puerta para marcharme de allí, pero no sin antes agradecerle —. Gracias por haberte encargado de grabarlo todo tú misma.

Ella esbozó una pequeña sonrisa.

—Yo tampoco me hubiese sentido cómoda si tanta gente me estuviera viendo en un momento como ese —expresó —. Valdine debería saber todo lo que haces por ella —me sugirió y tensé mi mandíbula —. Puede que así deje de odiarte. —Simulé una sonrisa y me largué de allí.

Esa no era mi forma de ganarme a las personas, en especial a Jensen.

No tenía que informarle todo lo que hacía por ella para protegerla -muchas veces, se trataba de mi lado egoísta ni siquiera queriendo compartirla visualmente con otras personas- para que me cogiera cariño, porque yo no lo quería ni necesitaba. Si los sentimientos no intervenían entre nosotros, lograría lo que siempre había querido; tener la compañía de alguien sin que me quisiera ni yo a ella. En cuanto el lado afectivo se involucraba, todo siempre se iba a la mierda.

Como le había dicho, lo nuestro no se había acabado.

Me dirigí hacia su habitación esperando que, como siempre, su puerta no estuviera cerrada bajo llave y me permitiera decirle algunas cosas y más.

Para mi suerte, me adentré con facilidad y cerré la puerta con cuidado al no verla en su habitación y oír el ruido de la regadera.

Ella estaba en la ducha.

Esperarla aquí fuera parecía ser la idea más coherente, pero a mí me valía mierda qué era lo coherente o no. La vida era más bien todo lo contrario.

Me deshice de mi calzado, mi pantalón y mi playera, y abrí la puerta intentando no crear ningún sonido. Al hacerlo, su cuerpo se encontraba dándome la espalda y tenía la vista de su sensual trasero desnudo. Tragué grueso y me vi atontado al observar cada uno de sus movimientos; cómo removía su maquillaje de cadáver de su rostro, cómo limpiaba su cuerpo con jabón y cómo apoyaba sus manos en los azulejos de la pared para acto seguido largar un suspiro.

Me pregunto qué estaría pensando y por qué el sólo verla de esa forma ya me excitaba de una forma descomunal.

Me acerqué a su cuerpo y ahora el agua también comenzó a mojarme. Aquel caía por la espalda de Valdine y sentía como si su piel me estuviera pidiendo a gritos que la recorriera al dejar los rastros de mis besos en ella.

AVARICIA [+18] © ✔️Where stories live. Discover now