Capítulo 14

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Cailan se dio media vuelta y bajé mi vista.

—Gracias —comentó con un tono firme y observé de reojo como Jayce continuaba su paso, apartándose de nosotros.

Como por arte de magia, recordé las palabras que el rubio me había dicho ayer en la cafetería.

"Me encantará follarte frente a tu ex-novio."

¿Acaso lo había planeado todo? Ya no sé ni por qué me sorprendía.

Él regresó su mirada hacia mí y cogí el micrófono de su mano. Lo volví a introducir entre mis senos y me observó desconcertado.

—¿Sabías que él iba a estar aquí? —le pregunté con un tono distante. Frotó su nuca y negó.

—No, pero lo supuse. —Lo aparté de mí y me eché a caminar.

Si aquel había sido su plan todo este tiempo, pues podía irse a la mierda. Si Jayce hubiese aparecido tan sólo unos minutos más tarde, de seguro nos encontraba en pleno acto. ¿Cómo me había dejado engañar por un demente como Cailan?

—Eleanor, espera... —cogió mi brazo, deteniendo mi paso.

Me volteé a verlo y me acerqué a él, haciéndole frente.

Era extraño como hace dos minutos lo tenía igual de cerca y sólo quería devorar su boca; ahora sólo quería partirle el rostro con mi puño.

—Entrométete en mi vida tanto como se te dé la regalada gana, no me importa —espeté, furiosa —, pero no te atrevas a hacerlo cuando se trata de gente importante para mí.

Cailan tensó su mandíbula.

—Él te jodió la vida —emitió como si por haberlo hecho, ahora yo debiera pagarle con la misma moneda.

A eso se le llamaba ser rencoroso. Si se ponía así por algo que me habían hecho a mí, no quería imaginarme cómo se comportaría si se lo hicieran a él.

—Sí, pero también me dio los dos mejores años de mi vida y prefiero quedarme con eso —me salí de su agarre y me alejé de él.

Regresé al salón e intenté actuar con total normalidad. Busqué con la mirada a Gus y a Naya, pero no había rastros de ellos. Se suponía que no debían salirse de este lugar... Bueno, tampoco Cailan y yo.

El ambiente ahora se encontraba algo tenso, distinto al que había dejado cuando Romeo me llevó a rastras al pasillo. De cualquier forma, yo debía continuar con mis identificaciones.

Una mano cogió la mía y me volteé alarmada. Tenía una seriedad escalofriante en su mirada que me estaba gritando que cogiera el arma de mi pierna.

—Debemos irnos —susurró —. Nos han descubierto.

Joder.

—¡Eleanor! —alguien llamó y volteé.

Tal vez, aún no me habían descubierto a mí.

Había esperado que las personas a mi alrededor conservaran aquella sonrisa lame culos que me habían estado dando toda la noche, pero ya no era así. Aquel hombre ya se encontraba apuntándome con el arma y Cailan tiró de mí como si se tratara de una cuerda.

AVARICIA [+18] © ✔️Where stories live. Discover now