Capítulo 44

1.7K 138 26
                                    

No lo había pensado demasiado, sólo... Lo había dicho.

Ya estaba agotada de secretos, mentiras y de tener que ocultar mis sentimientos. No podía continuar destruyéndome a mí misma a costa de preservar lo que sentía.

Su expresión se tornó ilegible y el dolor me consumió. Las lágrimas comenzaron a brotar, sufriendo la tortura de un corazón dañado y herido una y otra vez.

En su mirada ya no había ningún tipo de rastro de algún sentimiento previo; es como si lo hubieran vaciado de emociones.

—Me he enamorado de ti, Cailan —repetí mientras secaba mis mejillas húmedas.

El dolor de cabeza también estaba aniquilándome y era probable que hubiese destruido todo al revelar lo que sentía, pero debía admitir que ya podía percibir una sensación de alivio en mí.

Él dio un largo suspiro y se aproximó a mí. Acercó el termómetro a mi frente y volví a oír aquel corto pitido.

—Así como tú no te has podido controlar conmigo, yo tampoco he sido capaz de controlar mis...

Él jaló de mi brazo para acercar mi cuerpo al suyo y acabó posando mi cabeza en su pecho, rodeándome entre sus brazos. Los latidos de su corazón podían oírse a la perfección y es como si, por primera vez desde que había descubierto lo que sentía por él, tuviera un momento de calma.

Su mano comenzó a acariciar mi cabello y cerré mis ojos. No sé cuánto duraría, pero debía aprovechar cada segundo.

—Lo siento... —susurré como sinónimo de la he cagado.

Si tan sólo hubiera una forma de controlar lo que sentíamos, nada de esto hubiese sucedido, pero no existía tal cosa.

—Shh... No pienses en ello —dijo de la misma forma.

Jamás creí que Cailan fuera a reaccionar de esta forma. Cuando imaginaba contándoselo, supuse que se enfadaría y me dejaría abandonada con mis sentimientos como lo había hecho con Gianna, pero aquel no parecía estar siendo mi caso.

Rodeé su torso con mis débiles brazos y me embriagué de su aroma. Rápidamente, aquel pareció surgir efecto y mi cuerpo se relajó por completo.

Cailan Vaughan podía ser tanto la bala que me atravesaba la piel dejando un claro rastro de su paso como mi morfina, dependiendo de la situación.

*

Al alargar mi brazo tras despertar, mi cama se encontraba vacía y lo confirmé al abrir mis ojos; no había rastros de él. Tenía una pequeña ilusión de que se hubiera quedado conmigo tras caer dormida, pero no había sido así. ¿Habría sido todo un sueño? No lo sé, pero sí ya me sentía considerablemente mejor que ayer.

No significaba que las cosas ahora mejoraran y regresaran a la normalidad, pero yo estaba en camino de volver a sentirme yo misma.

Me di una rápida ducha, maldiciendo porque eso significaba deshacerme de su aroma impregnado en mi piel y mi ropa, y me dirigí hacia la cafetería.

Eso era todo, lo había dicho; había confesado mis sentimientos por Cailan.

Una sonrisa de alivio se apareció en mi rostro y el nudo que conservaba en mi pecho ahora parecía estar haciéndose más pequeño.

—Valdine —reconocí su voz a mis espaldas y la respiración se me cortó por un segundo —, veo que ya te encuentras mejor.

Y yo veo que aún me diriges la palabra...

Su cuerpo se interpuso en mi camino y posó su mano en mi frente.

—Ya no pareces tener fiebre.

AVARICIA [+18] © ✔️Where stories live. Discover now