Dos semanas

235 16 3
                                    

Estamos en el avión que nos llevará a Alemania para la última carrera antes de nuestra boda. Las cosas han cambiado bastante desde la visita a Cervera. Marc y yo ya vivimos juntos, Alex y Val ya son novios oficialmente, ya tengo vestido (que es el que más me gustaba a mí y el que los hizo llorar a todos cuando me vieron, incluso a papá), Marc y yo hemos hablado de familia...

Estoy cada vez más nerviosa por la boda. Quiero que salga todo perfecto.

- Todo va a salir bien -me dice mi chico.

- Eso espero. A ver que tal se llevan Fabio y Diana y Pol y Lau.

- ¿De verdad crees que se pueden llevar mal?

- La verdad, espero que no.

El viaje resulta muy tranquilo. Para mi sorpresa, Pol y Fabio me estaban esperando en el aeropuerto.

- Felicidades Leli.

- Gracias Fabio.

- Enhorabuena preciosa -Pol me coge en brazos y me da vueltas haciendo que me maree.

- Gracias bobo. Os voy a presentar a unas amigas. Ya os he hablado de ellas antes.

Las chicas se acercan y Fabio y Pol babean con ellas. No se van a llevar nada mal. Y puede que no solo sean parejas para la boda.

- Creo que vamos a necesitar una fregona.

Los dejo solos para que hablen. Aunque sus miradas lo están diciendo todo.

- Tienen ganas de saltar encima de ellas -a Alex no le falta razón. Se ven que se gustan.

- Mira que eres bruto -le digo por lo que ha dicho.

En el circuito

- Este fin de semana no vas a trabajar.

- ¿Por qué? -no entiendo a Marc.

- Tienes que descansar. No quiero que trabajes en tu estado.

- Pero... -la cara de Marc hace que deje de hablar y me resigno a sentarme mientras los demás hacen mi trabajo.

No entiendo que tiene que ver mi estado con trabajar. No me hace ningún mal preparar las motos. Es más, me entretendría un rato y sería una buena forma de no pensar en la boda. Menos mal que mi héroe en los circuitos viene a rescatarme del aburrimiento.

- ¿Damos un paseo?

- Sí. Sácame de aquí.

Fabio sonríe y nos vamos a dar un paseo antes de que tuviese que atender a los medios que están en el paddock.

- Te llevas muy bien con Diana.

- Es tan adorable, divertida, simpática, guapa... -suspira al decir la última palabra.

- Me quedo con lo de guapa.

Mii amigo me lanza una mirada como dándome a entender que estoy loca y yo solo me limito a asentir. Estoy loca, no lo voy a negar. Pero en esto creo que no me equivoco. Además, si yo estoy loca, él también lo está.

Después del agotador viernes, llegó el sábado y la pole de Marc.

- Felicidades mi amor. Eres el mejor.

- Te la dedico princesa.

Todos en el box nos aplauden y yo me quedo roja como un tomate. Hasta Dani aplaude.

- ¡Dani!

- Felicidades guapa.

- Gracias -le doy un beso-. Estoy algo cansada.

- Siéntate -dice Marc con un tono que, más que ser una petición, es una orden.

- Prefiero tumbarme. Luego nos vemos.

Me voy al motorhome a tumbarme. Cada vez me canso antes y, lo peor, sin hacer nada. Lo raro es que no me pasa nada. Alex y Val vienen a hacerme compañía hasta que llega Marc.

- No entiendo lo que me pasa. Me mareo y me canso con nada.

- Tienes que relajarte para que todo esté bien.

Le hago caso y me tranquilizo lo más que puedo hasta que me quedo dormida en sus brazos.

El domingo es un día de fiesta. Marc y Dani quedan los primeros, Pol y Fabio nos presentan a sus novias (que ya las conocíamos) y la boda será en dos semanas.

- Tengo ganas de ser tuyo.

- Ya eres mío Marc. No te preocupes -lo hago sonreír.

Aleix se acerca a nosotros con una sonrisa en su rostro.

- Pol está muy contento desde que le presentasteis a Laura.

- Y Lau desde que está con él. Se complementan.

Todos se ven muy felices. Cada uno por sus cosas, pero felices. Ha sido un gran fin de semana. De esos que no se olvidan.

- Cuando estás en tu mundo pareces más interesante.

- No estaba en mi mundo.

- ¿Entonces como llamas a no saber que es lo que está pasando a tu alrededor?

- Igual si estaba en mi mundo. Vamos a ver que pasa a mi alrededor.

- Seguro que te gusta.

Seguimos con nuestra fiesta hasta que nos vamos a cenar. En la cena, siguen de celebración aunque yo ya estoy un poco cansada. ¿Es que no pensaba parar? Llevo desde las cuatro de la tarde de fiesta.

- Marc, vamos a la cama. Ya no aguanto más.

- Claro princesa,

Caigo rendida en la cama. No puedo ni mover el cuerpo.

- ¿Piensas dormir con la ropa puesta? -me pregunta Marc divertido.

- Si no me pones tú el pijama, sí.

Marc no espera ni un segundo para quitarme la ropa.

- Gracias cielo.

- De nada princesa. Ahora, descansa.

El jefe de papá (EJDP1)Where stories live. Discover now